Corea del Sur acusó este jueves a Rusia de haber colaborado con el régimen de Kim Jong-un en el lanzamiento de su satélite militar, que ha elevado la tensión en la península y ha llevado a Seúl a suspender parcialmente el pacto intercoreano de 2018.
El Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano indicó que el satélite de Corea del Norte entró en órbita con éxito y que se sospecha que el apoyo del Kremlin fue clave para lograrlo.
Según Seúl, Pyongyang compartió con Moscú los datos de los dos lanzamientos fallidos previos del satélite durante la cumbre que celebraron en septiembre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en el cosmódromo ruso de Vostochni.
“Rusia analizó esos datos y dio sus sugerencias al Norte”, afirmó la agencia a los parlamentarios en una sesión informativa recogida por la agencia Yonhap.
Tras esa visita de Kim a Rusia, que duró una semana y que incluyó una reunión con Putin, Corea del Norte dijo que se abría “un nuevo capítulo de desarrollo en las relaciones bilaterales”, mientras que Moscú negó que hubiera ningún acuerdo militar entre ambos países.
El martes, el Ejército surcoreano detectó un nuevo lanzamiento a las 22.43 (hora local) desde la costa noroeste de Corea del Norte hacia el sur. Poco después, Pyongyang anunció que había puesto en órbita un satélite tras dos intentos fallidos en los meses anteriores.
Ante esta situación, el gabinete del primer ministro surcoreano, Han Duck Soo, aprobó en una reunión extraordinaria una propuesta para suspender parcialmente el acuerdo intercoreano, firmado el 19 de septiembre de 2018 bajo el mandato del ex presidente Moon Jae In, que buscaba reducir la hostilidad militar entre las dos Coreas, establecer zonas de seguridad marítima y convertir la Zona Desmilitarizada en una zona de paz, entre otras medidas.
En respuesta, la dictadura de Corea del Norte prometió restaurar las acciones militares suspendidas bajo el pacto intercoreano de 2018, al considerar que no “puede” reconocer ningún acuerdo con Seúl, al que acusa de romper “sin vacilar” los compromisos y promesas entre ambos países.
La puesta en órbita del satélite Malligyong-1 anunciada el martes por Corea del Norte es un desafío a las resoluciones de la ONU que prohíben a Pyongyang el uso de tecnologías de misiles balísticos.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, “condenó firmemente el lanzamiento”, informó su portavoz, Farhan Haq.
“Cualquier lanzamiento de Corea del Norte que utilice tecnología de misiles balísticos es contraria a las resoluciones del Consejo de Seguridad”, agregó.
Tras el lanzamiento la agencia KCNA afirmó que Corea del Norte prevé lanzar otros satélites “en el corto plazo”.
“El lanzamiento de un satélite de reconocimiento es un derecho legítimo de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) para reforzar sus capacidades de autodefensa”, subrayó.
El lanzamiento también fue condenado por Japón y por Estados Unidos en un momento en que el reciente acercamiento entre Corea del Norte y Rusia preocupa a Washington y sus aliados en la región.
(Con información de AFP y Europa Press)