El régimen de Corea del Norte disparó este miércoles un misil balístico de alcance no especificado hacia el mar del Este (también conocido como mar de Japón), pero el lanzamiento parecía haber fracasado, según reportó la agencia de noticias Yonhap, citando a las fuerzas militares de Corea del Sur.
El ejército surcoreano dijo que Corea del Norte disparó el misil desde la zona de Sunan, en Pyongyang, a las 23.05 hora local (14.05 GMT), pero no proporcionó otros detalles, de acuerdo a lo informado por Yonhap.
Las autoridades de inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos estaban realizando un análisis del lanzamiento, indicó la agencia surcoreana.
Este miércoles Seúl aprobó suspender parcialmente el tratado intercoreano de 2018, en respuesta al lanzamiento por parte de Pyongyang de un satélite militar espía, con el que ya habría captado imágenes de una base militar de Estados Unidos en la isla de Guam.
El incidente se produce un día después de que la dictadura de Kim Jong-un informara que había colocado con éxito su primer satélite espía en órbita y prometió lanzar más en el futuro cercano, desafiando la condena internacional de Estados Unidos y sus aliados.
La agencia estatal KCNA informó que el dictador norcoreano vio “fotos de la base aérea de Anderson, del puerto de Apra (donde se sitúa una base naval) y otras zonas de importantes enclaves de las tropas norteamericanas, tomadas desde el cielo sobre la isla Guam, en el Pacífico, y recibidas a las 9.21 (0.21 GMT) del 22 de noviembre”.
Kim Jong-un supuestamente vio las imágenes durante la visita que realizó este miércoles al centro de control general de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial (NATA, por sus siglas en inglés) en Pyongyang, donde se le informó que el satélite Malligyong-1 comenzará oficialmente operaciones el próximo 1 de diciembre tras someterlo a ajustes durante los próximos “7-10 días”.
KCNA publicó una foto de Kim visitando el mencionado centro en compañía del vicedirector del Departamento de Industria de Municiones, Kim Jong-sik, una de las principales figuras del programa norcoreano de misiles, y otra instantánea de las instalaciones en la que solo se aprecian paneles de control generales que además han sido difuminados antes de su publicación.
Por su parte, el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano explicó en un comunicado que, tras analizar detenidamente su trayectoria y otros factores, estima que “el satélite parece estar en órbita”, aunque añadió que “determinar si el satélite está funcionando normalmente llevará tiempo, ya que se requieren análisis adicionales”.
De ser ciertas las afirmaciones del régimen, las capacidades de vigilancia norcoreanas habrían dado un importante salto con el despliegue de este satélite que le permitiría ahora detectar, por ejemplo, movimientos de tropas en el noreste de Asia a distintas horas, puesto que el dispositivo, situado en una órbita polar, daría más de una vuelta entera a la tierra cada día.
Kim Jong-un destacó la importancia de vigilar los movimientos estadounidenses y recordó que en las últimas horas Washington ha desplegado en el sur de la península tanto el portaaviones USS Carl Vinson como el submarino USS Santa Fe, integrado en el mismo grupo de ataque, como parte del mecanismo de disuasión acordado con Seúl.
El mariscal norcoreano “también subrayó la necesidad de lanzar varios satélites de reconocimiento más, poniéndolos en diferentes órbitas y operándolos de manera práctica y combinada”, un plan que la NATA ha dicho que planteará durante el plenario del partido único norcoreano previsto para los últimos días de diciembre.
(Con información de Reuters y EFE)