Corea del Norte anunció hoy que ha puesto en órbita su primer satélite espía, una acción a la que el Sur ha respondido con la suspensión parcial de un acuerdo militar bilateral de 2018, lo que incrementa en otro peldaño la escalada de tensión en la península.
La Administración Nacional de Tecnología Aeroespecial (NATA, por sus siglas en inglés) dijo que lanzó en la víspera el cohete Chollima-1 a las 22.42 hora local (13.42 GMT del martes) y que éste “puso en órbita con precisión” el satélite ‘Malligyong-1′ unos 11 minutos después del despegue, según informó la agencia estatal KCNA.
A falta de que Seúl o Washington confirmen que el satélite se encuentra correctamente desplegado y operativo en una órbita polar de baja altitud, Pyongyang aseguró hoy también que el dispositivo ha tomado “fotos de la base aérea de Anderson, del puerto de Apra (donde se sitúa una base naval) y otras zonas de importantes enclaves de las tropas norteamericanas” en la isla de Guam, en el Pacífico.
De ser cierto, las capacidades de vigilancia norcoreanas habrían dado un importante salto con el despliegue de este satélite, al tiempo que NATA dijo que presentará en el próximo plenario del partido único norcoreano, previsto para los últimos días de diciembre, un plan para “lanzar varios satélites de reconocimiento adicionales en un corto período de tiempo” que ampliarían y fortalecerían dichas capacidades.
El lanzamiento del martes llega tras dos intentos fallidos en los pasados meses de mayo y agosto, y fue supervisado por el líder norcoreano Kim Jong-un, que apareció en la base de lanzamiento de Sohae (noreste del país) rodeado por técnicos del programa espacial norcoreano y figuras de importancia dentro del programa de misiles balísticos, según las fotos publicadas por KCNA.
Kim “observó las fotos aeroespaciales de la base aérea de Anderson, el puerto de Apra y otras importantes bases militares de las fuerzas estadounidenses tomadas en el cielo de Guam, en el Pacífico”, indicó la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA, que afirmó que las fotografías fueron recibidas a las 21:00 horas del miércoles.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, “condenó firmemente el lanzamiento”, informó su portavoz, Farhan Haq.
“Cualquier lanzamiento de Corea del Norte que utilice tecnología de misiles balísticos es contraria a las resoluciones del Consejo de Seguridad”, agregó.
Lanzado antes de tiempo
El cohete espacial fue lanzado en torno a una hora antes de que entrase en vigor la ventana que Corea del Norte había notificado ese mismo día a autoridades marítimas para que se restringiera la navegación en áreas donde podrían caer restos del proyectil y que se extendía desde la pasada medianoche (15.00 GMT del martes) hasta el próximo 1 de diciembre.
Además de la condena unánime de Seúl, Tokio y Washington, el lanzamiento provocó la activación durante unos minutos del sistema nacional antimisiles de Japón, a través del cual se envió un mensaje a los habitantes de la prefectura de Okinawa (sudoeste) que recomendaba buscar cobijo.
Representantes diplomáticos de los tres países recordaron hoy que las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU prohíben a Corea del Norte realizar lanzamientos espaciales al considerar que se emplea tecnología propia de misiles balísticos intercontinentales (ICBM).
Rusia, bajo la lupa
Seúl considera posible que, para solventar los problemas técnicos que experimentó el Chollima-1 en mayo y agosto, Pyongyang haya recibido asistencia técnica por parte de Moscú a cambio de enviarle armamento para usar en Ucrania.
Las autoridades surcoreanas han asegurado que el régimen norcoreano ha enviado a Rusia unos 2.000 contenedores de equipamiento militar compuesto por más de un millón de rondas de artillería y posiblemente también munición para tanques, misiles guiados antitanque o misiles tierra-aire portátiles e incluso afirman que se han podido transportar por tren o avión misiles balísticos de corto alcance (SRBM).
Se cree que este acuerdo de intercambio quedó refrendado en la cumbre que celebraron en septiembre el lider norcoreano y el presidente Vladimir Putin en el cosmódromo ruso de Vostochni, donde Kim mostró un gran interés al visitar una plataforma de lanzamiento y un edificio de ensamblaje para los cohetes Angara.
Una fuente militar surcoreana aseguró esta semana que incluso antes de la cumbre Rusia transfirió a Corea del Norte un motor de combustible líquido de unas 80 toneladas y que aparentemente ingenieros rusos visitaron el hermético país asiático después del encuentro de septiembre.
Respuesta surcoreana
En respuesta al lanzamiento, el Gobierno surcoreano aprobó hoy suspender parcialmente el acuerdo militar que firmó en 2018 con Corea del Norte, tal y como había advertido en los últimos días.
El Ejecutivo, recordando que el régimen ha violado varias veces el acuerdo en los últimos años, decidió así reiniciar las operaciones de vigilancia y reconocimiento surcoreanas junto a la frontera con su vecino, con el que técnicamente sigue en guerra.
El acuerdo de 2018 reflejó el breve acercamiento que vivieron ambas Coreas hace un lustro y supuso un importante paso para reducir la tensión militar en la frontera.
Sin embargo, tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización con Washington en 2019, Pyongyang aprobó un plan de modernización armamentístico -que incluye desplegar satélites militares y ha implicado la realización de infinidad de pruebas de misiles- además de rechazar el reinicio del diálogo y buscar un mayor acercamiento con Beijing y Moscú.
Mientras, Seúl y Washington han reforzado la cooperación militar con Tokio y fortalecido su mecanismo de disuasión desplegando cada vez con más frecuencia activos estratégicos estadounidenses en la península, como es el caso del portaaviones USS Carl Vinson, que ayer mismo llegó junto a su grupo de ataque a Busan (al sureste de Seúl).
(Con información de EFE y AFP)