La batalla de los hospitales está marcando esta guerra en Gaza. Israel cree que los terroristas de Hamas mantienen en esas instalaciones sus bases operativas militares. Los palestinos aseguran que allí sólo se realizan actividades humanitarias y que los ataques ponen en peligro la vida de los enfermos, médicos y enfermeros, así como bebés nacidos de forma prematura. La batalla por el control del complejo hospitalario de Al-Shifa, el centro médico más grande de Gaza, y lo que las fuerzas israelíes exhiben como pruebas de lo que sucede allí, están definiendo la guerra y posiblemente sus consecuencias.
Los soldados israelíes entraron al complejo de 45.000 metros cuadrados en la madrugada del miércoles y comenzaron una acción de “limpieza” que continuaban este fin de semana. Desde entonces, los portavoces de prensa de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) se esfuerzan por mostrar a los periodistas internacionales que ellos transportan hasta el lugar las supuestas evidencias de que allí estuvo operando el comando central de Hamas camuflado entre las salas de cirugía y la maternidad. De acuerdo a reportes de los corresponsales de las principales cadenas de televisión del mundo, desde la BBC hasta Al Jazeera y CNN, allí había un importante arsenal de armas repartidas en diferentes secciones y evidencias de que podrían haber mantenido a algunos de los 240 rehenes que los terroristas secuestraron en el brutal asalto del 7 de octubre. Hasta ahora se reportó la recuperación de los cuerpos de dos de las rehenes encontrados en las inmediaciones.
También mostraron una importante destrucción de las instalaciones como consecuencia de los bombardeos y el asalto de las tropas. El doctor Juma´a Al-Saqa, el portavoz del hospital dijo que el complejo estaba operando al 20 % de su capacidad debido a la falta de combustible para alimentar los generadores de electricidad y por los bombardeos. Agregó que el hospital tiene capacidad para 600 camas y unos 1.300 empleados para atenderlos, desde médicos hasta laboratoristas, pero que desde que comenzó la guerra se refugiaron allí miles de personas y que tienen pacientes tirados en los pasillos y en los patios. Y enfatizó que el peor problema es el de los bebés prematuros que no pueden sobrevivir sin electricidad para sus incubadoras. En ese momento tenían 33 bebés en esa condición. “Normalmente tenemos un alto porcentaje de bebés prematuros, puede llegar casi al 50%. Pero ahora con el miedo y la ansiedad de la guerra en las madres, este número es superior al 70%”, aseguró Al-Saqa. La OCHA, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU respaldó estos números.
Los portavoces del gobierno israelí aseguran que estos médicos y estas cifras están manipuladas por los líderes de Hamas que controlan todos los aspectos administrativos de la Franja. También disputan el número de más de 12.000 muertos, 5.000 de ellos menores de edad, desde que comenzó el conflicto que reporta el Ministerio de Salud de Gaza. “Es importante subrayar que desde el momento en que las Fuerzas de Defensa de Israel expusieron públicamente el uso de hospitales para actividades terroristas hace unas semanas, Hamás ha trabajado persistentemente para ocultar infraestructuras y encubrir pruebas”, declaró un portavoz de las IDF.
Al Shifa tiene una larga historia y siempre estuvo en el centro de los conflictos en Gaza. Originalmente, fue un cuartel del ejército británico transformado en 1946 por el gobierno del Mandato Palestino en un centro sanitario, el Dar al-Shifa o “casa de la curación”. El hospital se amplió durante la administración egipcia de Gaza tras la guerra de 1948, y de nuevo bajo administración israelí en la década de 1980. En esa época se modernizó el complejo con una financiación de Estados Unidos. Ya entonces se esperaba construir un centro en expansión con 900 camas y un campus de aproximadamente 50.000 metros cuadrados. En 1994, se izó por primera vez la bandera palestina sobre el hospital al concederse a los palestinos cierta autonomía tras el proceso de paz de Oslo.
Todos estos planes fueron desbaratados cuando en 2005, en medio de las revueltas palestinas y las conversaciones de paz que no llevaban a ningún lado, el gobierno israelí se retiró de Gaza. Fue cuando Hamas tomó el control de Gaza tras una breve guerra con Al Fatah, el grupo político palestino hasta entonces dominante. El Ministerio de Sanidad palestino se partió en dos. Al-Shifa acabó bajo el control del Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamas, mientras se reportaban tiroteos en sus salas. En la guerra de 2008-2009, bautizada por Israel como Operación Plomo Fundido, las autoridades de Tel Aviv acusaron a Hamás de utilizar los túneles subterráneos del complejo hospitalario con fines militares. En ese momento, el lugar se convirtió en refugio tanto de los corresponsales de guerra que estaban cubriendo el conflicto como de milicianos de Hamas. Durante otro periodo de combates en 2014, un periodista del Washington Post escribió que el hospital se había convertido en un “cuartel general de facto para los líderes de Hamás, que pueden verse en los pasillos y oficinas.”
Pero nunca había ocupado un lugar tan central en el debate sobre la guerra como hasta ahora. Incluso desde antes de comenzar las operaciones el mes pasado las IDF señalaban al hospital como una base de Hamas que sería objetivo militar. Los oficiales israelíes presentaron un mapa del lugar que sugería que Hamás tenía complejos subterráneos bajo o junto a instalaciones médicas como ambulatorios. Estados Unidos ha respaldado públicamente estas acusaciones, y el Wall Street Journal informó de que la evaluación se basaba parcialmente “en comunicaciones interceptadas de combatientes dentro del complejo.” Pero, ya entonces, la Facultad de Derecho de la Universidad de Rutgers advertía que según las convenciones internacionales en vigencia “cualquier cosa que la fuerza atacante pueda hacer para permitir que las funciones humanitarias de ese hospital continúen, está obligada a hacerlo, incluso si hay alguna oficina en algún lugar del edificio donde tal vez haya un combatiente escondido.”
El jueves, el canal en árabe de France 24 entrevistó al director del complejo Al-Shifa, Muhammad Abu Salmiya, quien daba este informe de lo que sucedía allí: “Ahora que aquí todo se ha derrumbado, ya no podemos hablar de hospital. Sólo hay muros para que la gente muera entre ellos porque no pueden recibir tratamiento. Es una fosa común”. Y continuaba: “Nuestro personal médico no puede atender a ningún paciente, a ningún herido, a ningún niño, sea cual sea su estado. Al Shifa no tiene electricidad, ni agua, ni oxígeno. Ahora mismo, una niña enferma del corazón lucha cada minuto por su vida porque ya no podemos suministrarle oxígeno. Lo he visto con mis propios ojos, y si aún tuviéramos Internet, habría enviado los vídeos de esta niña a todo el mundo. Todo se ha paralizado, incluso el banco de sangre del hospital no funciona. Ningún herido o enfermo que necesite sangre puede recibirla.”
Mientras los oficiales israelíes encargados de la prensa en Gaza se preocupan por mostrar armas, uniformes y evidencias de que allí en Al-Shifa mantuvieron a algunos de los rehenes, dentro de Israel se desató la polémica sobre lo que sucede en el complejo hospitalario. “¿Se desvanecieron de la nada las 200 fuerzas de Hamás que, según los servicios de inteligencia de las IDF, estaban presentes en el Hospital Shifa tras el ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre?”, se preguntaba el diario Jerusalem Post. “Las IDF no anunciaron ninguna detención e incluso los medios de comunicación extranjeros sólo mencionaron dos detenciones, con cinco terroristas de Hamás abatidos a las afueras del hospital, pero ninguno dentro, ni siquiera un tiroteo. ¿Esperó a tomar Shifa más por la presión mundial o por complejas realidades operativas, como la necesidad de hacer planes más detallados en caso de que hubiera rehenes en el lugar y para evitar matar a médicos y pacientes?”. También especificó el diario que la semana anterior se encontraron más evidencias en el hospital Rantisi. “¿Por qué las IDF encontraron más restos de rehenes y armas más potentes, como granadas propulsadas por cohetes, en el Hospital Rantisi hace tan sólo unos días?”, se pregunta el Post de Jerusalén.
La batalla de los hospitales de Gaza está convirtiéndose en el símbolo de este conflicto. Sabemos desde siempre que la primera víctima de cualquier guerra es la verdad. En esta también. Pasará todavía un largo tiempo hasta que sepamos con claridad lo que realmente está sucediendo en la superficie y en los cimientos de este extraordinario complejo hospitalario que evidentemente excede esas funciones por su importancia histórica y estratégica en el centro administrativo de Gaza.