La analista estadounidense Anne Applebaum argumentó que Occidente debe pasar a una estrategia mucho más agresiva para derrotar a Rusia en la guerra, de modo de poner fin a la ofensiva y evitar el surgimiento de una nueva era de grandes conflictos globales.
En un artículo publicado en The Atlantic, Applebaum, experta en la historia de Europa del Este y autora de exitosos libros como “Gulag” y “Hambruna roja”, afirmó que después de más de 21 meses de guerra, el presidente ruso, Vladimir Putin, no ha abandonado sus ambiciones imperiales sobre Ucrania.
Señaló que Putin sigue creyendo que puede ganar el conflicto debilitando el apoyo de Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea al gobierno de Volodimir Zelensky.
“Putin confía en que el Partido Republicano, algunos de cuyos miembros han difundido propaganda rusa, gane las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 y retire el apoyo a Ucrania”, sostuvo Applebaum.
Según sus cálculos, desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022, las fuerzas rusas se han retirado de aproximadamente la mitad del territorio ucraniano que lograron ocupar inicialmente. La experta estima que al menos 88.000 soldados rusos han muerto y más de 176.000 resultaron heridos en los combates.
Además, calcula que Rusia ha perdido miles de millones de dólares en equipamiento militar destruido, incluyendo varios miles de vehículos blindados, cientos de tanques, aviones y helicópteros, así como buques de guerra hundidos en el Mar Negro.
Pese a estas enormes bajas, Applebaum advirtió que Putin parece creer que aún puede ganar la guerra política y económicamente si logra debilitar a Ucrania y erosionar el respaldo de sus aliados. “Si no puede ganar en el campo de batalla, ganará usando intrigas políticas y presión económica”, afirmó.
Ante este escenario, la analista hizo un llamado a EEUU, la OTAN y la UE a dejar de lado la estrategia reactiva de solo apoyar a Ucrania y pasar a una política mucho más proactiva para derrotar completamente a Rusia en todos los frentes. La experta propone una batería de medidas concretas para Occidente:
- Aumentar drásticamente el presupuesto militar para igualar el gasto bélico ruso, que alcanza el 40% del presupuesto estatal anual de Rusia.
- Modernizar los arsenales y acelerar la producción armamentística para poder abastecer rápidamente a Ucrania con las armas avanzadas que necesita.
- Confiscar los bienes rusos congelados en el exterior, calculados en unos 300.000 millones de dólares, para transferirlos a Ucrania en compensación por los daños de guerra.
- Usar todos los medios necesarios para socavar la industria bélica rusa, incluyendo ciberataques, sabotajes a instalaciones y el bloqueo de componentes clave importados.
Applebaum argumentó que Occidente debe entender que la invasión rusa a Ucrania marca el inicio de “una nueva era de conflicto entre grandes potencias”, por lo que la respuesta debe estar a la altura de la amenaza.
La analista advierte que una victoria rusa no solo destruiría a Ucrania, si no que fortalecería el poder desestabilizador global de Putin, alentando futuras agresiones de Rusia y sus aliados, como China o Irán. Por ello, insiste en que la guerra solo terminará cuando el sueño neoimperialista ruso sobre Ucrania sea completamente abandonado, al igual que ocurrió con el fin del colonialismo europeo sobre Argelia o Irlanda en el siglo XX.
“Debemos demostrar que nuestro compromiso con el principio de que Rusia debe pagar reparaciones a Ucrania es real”, enfatizó Applebaum.
“La conquista de Ucrania podría empoderar a Irán, Venezuela, Siria y el resto de los aliados de Putin. Todavía podría alentar a China a invadir Taiwán. Todavía podría conducir a un nuevo tipo de Europa, una en la que Polonia, los estados bálticos e incluso Alemania estén bajo constante amenaza física, con todas las consecuencias que ello conlleva para el comercio y la prosperidad. Una Europa permanentemente en guerra, una idea que parece imposible para la mayoría de la gente en Occidente, sigue pareciendo eminentemente plausible para el presidente ruso. Putin pasó una parte importante de su vida como oficial de la KGB, representando los intereses del imperio soviético en Dresde. Recuerda cuando Alemania Oriental estaba gobernada por Moscú. Si pudo ser así una vez, ¿por qué no otra vez?”, se preguntó.
Y concluyó: “Al aprender a luchar contra Rusia, una autocracia sofisticada con ambiciones globales, estaremos mejor preparados para conflictos posteriores y más grandes, si alguna vez hay una lucha más amplia con China o Irán. Y, lo que es más importante, al derrotar a Rusia podríamos ser capaces de detener esos conflictos más grandes antes de que comiencen. El objetivo en Ucrania debería ser poner fin a la brutal invasión rusa y disuadir a otros de lanzar otra en otro lugar”.