Israel respondió este viernes a los misiles lanzados desde Siria ayer atacando a una organización en el territorio, acusada de estar detrás de estas maniobras.
“Hace poco, fuerzas israelíes atacaron a la organización en Siria que llevó a cabo ayer el lanzamiento de un aparato aéreo no tripulado hacia Eilat, que impactó contra una escuela”, indicó un portavoz militar mientras que su homólogo Richard Hecht sumó que se trató de “un grupo satélite de Irán”.
La víspera, en esta ciudad -la más sureña de Israel en el mar Rojo- un vehículo aéreo no tripulado impactó contra una primaria en lo que el vocero del Ejército, Daniel Hagari, señaló como un intento por “dispersarnos de nuestra misión central en Gaza”.
“Ayer tuvimos que operar en el Líbano, Siria, Judea y Samaria [nombre bíblico de Cisjordania], Gaza y el sector del mar Rojo”, agregó.
En ese sentido, Israel responsabilizó “plenamente al régimen sirio” de Bachar al Asad por “cualquier actividad terrorista surgida de su territorio” y advirtió que “responderá severamente a cada agresión” contra su país.
Al igual que esta organización, se sumaron a los ataques contra Israel y en respaldo a Hamas los hutíes rebeldes de Yemen, que también lanzaron ofensivas la víspera sobre Eilat.
A diferencia de los sucesos de la tarde, en esta oportunidad, el sistema antiaéreo israelí logró neutralizar un misil tierra-tierra que había sido disparado durante la noche contra su territorio desde el área del mar Rojo. Según celebró el Ministerio de Defensa, el sistema Arrow 3 llevó a cabo su “primera intercepción operativa exitosa” desde su puesta en marcha, en 2017, de lo que describieron como “un objetivo sospechoso en el área de Arava”.
Así, el proyectil no logró ingresar en el espacio aéreo israelí y no se registraron víctimas.
Estados Unidos se sumó a los ataques sobre Siria
Washington confirmó en las últimas horas que también ordenó ofensivas sobre una instalación en la provincia de Deir al Zur, al este de Siria, utilizada por la Guardia Revolucionaria de Irán y otros grupos afines para el almacenamiento de armas.
Estas acciones, el 8 de noviembre, respondieron a más de una docena de ofensivas previas que Estados Unidos había denunciado en la última semana contra sus bases militares en este país e Irak.
“Bajo mis órdenes, las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque de precisión contra una instalación en el este de Siria, utilizada por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán” con “fines de disuasión” y “de una manera diseñada para limitar el riesgo de una escalada y evitar víctimas civiles”, sostuvo el presidente Joe Biden.
“Dirigí el ataque para proteger y defender a nuestro personal, degradar e interrumpir la serie de ataques en curso contra Estados Unidos y nuestros socios, y disuadir a Irán y a los grupos de milicias respaldados por Irán de realizar o apoyar nuevos ataques contra personal de Estados Unidos y sus instalaciones”, sumó a continuación.
Si bien el mandatario evitó brindar datos de bajas, una ONG local precisó al menos nueve muertos -entre ellos tres nacionales “que trabajaban con los iraníes”- y un número indeterminado de armas destruidas.
Ya el pasado 27 de octubre, Estados Unidos había respondido a estos actos violentos con más ataques selectivos en el este de Siria.
(Con información de AFP y EFE)