Los vínculos entre Rusia y China son cada vez más estrechos y evidentes. Así es que el presidente Vladimir Putin pidió abiertamente este martes ampliar la cooperación con Beijing en materia de satélites militares y tecnología de armas de defensa prospectivas, y definir nuevos pasos para ampliar los intercambios en cuanto a defensa y asuntos internacionales.
Previo a una reunión que mantuvo con el segundo militar chino y vicepresidente de la Comisión Militar Central, el general Zhang Youxia, Putin puntualizó su voluntad de compartir conocimiento en torno “al espacio, incluidos los activos de alta órbita, y a los nuevos tipos de armas que garantizarán la seguridad estratégica tanto de Rusia como de la República Popular de China”, una muestra de que este aspecto se volvió una prioridad en la relación.
Subrayó, sin embargo, que con su relación “no están construyendo ninguna alianza militar basada en los patrones de la Guerra Fría” sino que la cooperación es “un factor importante para estabilizar la situación internacional”.
El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, agregó al respecto que “a diferencia de ciertos países occidentales agresivos, no estamos creando un bloque militar” y celebró, por el contrario, que los lazos sean “un ejemplo de interacción estratégica basada en la confianza y el respeto”.
En tanto, Zhang celebró que las relaciones estén “al más alto nivel en la nueva época” y resaltó que las naciones “inevitablemente se apoyan mutuamente en cuestiones de interés fundamental y preocupaciones clave”.
Inclusive, describió su relación como un “modelo de confianza estratégica y cooperación mutuamente beneficiosa”.
La “asociación estratégica” entre Moscú y Beijing, que aspira a fortalecer al frente comunista en la región frente a las alianzas de Occidente, data de hace años pero se vio intensificada en el último tiempo.
Ya en octubre de 2019 se conoció que el Kremlin estaba trabajando junto a China en el desarrollo de un sistema de alerta temprana que permitiera detectar lanzamientos de misiles balísticos gracias a una tecnología únicamente disponible en Rusia y Estados Unidos.
En marzo de este año, Xi Jinping visitó a su amigo en Moscú y luego, en octubre, éste viajó a su país para participar de la cumbre Belt and Road.
A estos encuentros se suman los respectivos respaldos en la ofensiva sobre Ucrania -con denuncias y una postura de neutralidad- y las crecientes tensiones por el control de Taiwán, para lo que inclusive se han realizado una serie de ejercicios de guerra conjuntos -con maniobras navales y patrullas de bombarderos de largo alcance sobre el mar de Japón (también llamado mar del Este) y el de China Oriental- y hasta tropas en tierra.
“Realizamos regularmente ejercicios operativos y de combate en tierra, aire y mar, y cumplimos con éxito misiones de entrenamiento de combate con diversos niveles de complejidad hombro con hombro”, sumó Shoigu.
Estos encuentros dejaron en claro su amistad “sin límites” para minimizar -según Putin- el “intento de la OTAN de ir más allá de su esfera geográfica de influencia”.
“Estados Unidos ha arrastrado cada vez más a los miembros de la Alianza a incitar tensiones en la región Asia-Pacífico y ha intentado crear nuevas alianzas político-militares, incluyendo a países de la región, partiendo de sus propios intereses egoístas”, denunció Putin.
En este plano, Zhang elogió a Moscú por “mantenerse firme frente a las sanciones occidentales, demostrando que no se doblegará ante ninguna dificultad”. “La parte china expresa su respeto por ello”, concluyó.
(Con información de AP)