En la frontera norte israelí con El Líbano se vive la peor escalada de violencia desde la guerra con Hezbollah del 2006. Los milicianos lanzaron decenas de cohetes y el ejército israelí respondió con fuego de artillería pesada y drones. Hay al menos 55 muertos y miles de desplazados de los pueblos cercanos a uno y otro lado de la línea divisoria. El líder máximo de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, dio un mensaje el viernes en el que no descartó una nueva guerra en apoyo a la brutal ofensiva lanzada por Hamas el 7 de octubre. En Cisjordania también se registran unos 150 muertos en la peor ola de enfrentamientos de los últimos 15 años. El ejército israelí realiza incursiones permanentes desde hace tres semanas. Arrestó a casi 2.000 militantes. Y los colonos judíos atacaron a sus vecinos palestinos en al menos cinco episodios sangrientos. Las milicias pro-iraníes que operan en Siria también lanzaron misiles hacia el territorio israelí. Y lo mismo ocurre con los rebeldes Houthis de Yemen, que están apoyados por Irán, y que lanzan desde 2.000 kilómetros de distancia misiles crucero contra Israel. Intervino uno de los barcos de Estados Unidos estacionados en el Mar Rojo para interceptarlos.
Cinco frentes que tiene abiertos Israel, si bien no todos tienen la misma peligrosidad y no pueden mantener la intensidad de fuego que se registra en Gaza. Constituye un peligro que los analistas militares llaman Guerra de las Mil Abejas. Muchos pequeños elementos aguijoneando al mismo tiempo. Una táctica que en poco tiempo puede debilitar incluso a un ejército de la magnitud y del poderío del israelí.
El clásico manual militar del estratega chino Sun Tzu hace varias descripciones de estrategias y tácticas para que organizaciones menores desafíen a enemigos mucho más poderosos. Esto incluye conocer bien al enemigo; no atacar los puntos fuertes, sino los lugares donde el adversario es débil; el despiste y el engaño. Exactamente lo que planteó Hamas con su inesperado ataque que desencadenó esta guerra “Los dirigentes de Hamas estudiaron detenidamente la mentalidad israelí y las tácticas de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF), examinando formas de atacar los puntos débiles del Estado y de emplear el engaño para desequilibrar a las IDF y a los dirigentes políticos israelíes”, explica Richard Sindelar, ex funcionario de la Oficina de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado y ahora profesor de la Universidad Rice en un análisis publicado en el sitio especializado 1945.
Hamas atacó en el medio de una festividad religiosa después de meses de relativa calma en Gaza, mientras el país estaba debilitado por la pelea política interna y una confrontación entre algunos sectores del Ejército y los servicios de inteligencia con el gobierno del Primer Ministro Benjamin Netanyahu y su alianza con la extrema derecha religiosa y colonialista para mantenerse en el poder.
Y, ahora, según los expertos, podría estar ocurriendo lo mismo. La guerra de Gaza podría ser una nueva distracción mientras “silenciosamente” se montan los otros escenarios bélicos para llegar a la situación de los múltiples frentes de ataque. Incluso, dicen, podría llegar a tener un solo comando conjunto como cabeza de todas esas fuerzas en los generales de la Guardia Revolucionaria iraní, aunque hasta el momento desde Teherán no hubo ninguna señal de que Irán estaría dispuesto a entrar en la guerra.
Desde ya, Hamas está intentando refugiarse en su complejo de túneles y en el entorno urbano de Gaza, buscando una batalla larga y agotadora. Esperan que la guerra genere multitud de vídeos y noticias que muestren horrores espantosos que debiliten aún más a Netanyahu y a sus generales. En esa circunstancia, el Hezbollah que hasta ahora tampoco muestra signos claros de querer entrar en la guerra -a causa, fundamentalmente, de los graves problemas económicos internos en El Líbano- podría comenzar a utilizar parte de su arsenal de más de 5.000 misiles de última generación con capacidad para atacar a Israel en todo su territorio. Por ejemplo, podría atacar puntos estratégicos de los colonos en los territorios ocupados de Cisjordania para provocar una reacción en cadena dentro de las divisiones internas israelíes. Psicológicamente llevaría la guerra de Gaza a todo el territorio israelí.
Lo mismo ocurre del lado palestino en Cisjordania. Hasta ahora, la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa y otros grupos de jóvenes militantes como los que surgieron en Jenin, siguieron el consejo del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y se mantuvieron en gran medida al margen. Pero, una vez más, si empeora la situación humanitaria en Gaza, la presión política podría aumentar de tal modo que estos grupos armados entren en la contienda. Tienen allí a mano numerosos asentamientos israelíes y puestos de control como objetivos potenciales.
Todos los analistas coinciden en que ni Hamas, ni Hezbollah, ni las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa pueden desafiar seriamente al poderoso ejército israelí en una lucha abierta. Tampoco puede hacerlo el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Pero, si se coordinan armarían a una coalición que podría librar con posibilidades de éxito una Guerra de las 1.000 Abejas. Obviamente, aquí también entraría otros factores como por ejemplo que Estados Unidos intervenga también directamente y todos esos intentos se frustren en apenas unos días.
“Aunque no sería descabellado pensar que una situación de varios frentes pequeños a la vez también se podría extender a otros grupos que comenzaran a atacar a las fuerzas estadounidenses en el resto de Oriente Medio. Intentarían atacar una amplia gama de objetivos en toda la región con lanzamientos de cohetes y misiles móviles de gran fluidez, asaltos e incursiones de pequeños grupos y, en algunos casos, quizás incursiones para tomar más rehenes”, escribe el profesor Richard Sindelar. “Los objetivos podrían incluir ciudades fronterizas, asentamientos y grandes ciudades para lograr un mayor impacto mediático. Podrían incluir intentos de cegar el aparato de seguridad israelí, atacando cámaras, sensores y capacidades de guerra electrónica. Hamas ya lanzó cohetes hacia Dimona, donde se encuentra el reactor nuclear y la estación de investigación que se cree que es el centro del programa de armas nucleares de Israel.”
Un planteamiento del tipo de la Guerra de las 1.000 Abejas puede tener cierto éxito para las organizaciones terroristas y pro-iraníes en Medio Oriente, simplemente con el desgaste que unos ataques a baja escala podrían producir. Las dirigencias políticas de Israel y Estados Unidos se van a ver afectadas si este conflicto en Gaza se extiende en el tiempo y si continúa la tragedia humanitaria que se está desarrollando con más de dos millones de personas sin provisión de agua potable, alimentos ni combustible. Las escenas de los niños heridos sacados de debajo de los escombros son mas poderosas que varios misiles.
Todas las encuestas sugieren que el hasta ahora desafiante premier Netanyahu ya no podría ganar de ninguna manera las próximas elecciones y que ni siquiera le alcanzaría para llegar a una coalición estrafalaria con la extrema derecha religiosa y colonialista como la que lo sostiene ahora. Su intento de poner todas las culpas de lo sucedido en los generales y los responsables de la inteligencia, se le volvieron en contra como un boomerang.
Lo mismo le sucede al presidente Joe Biden. Sus números en las encuestas cayeron significativamente desde el 7 de octubre, y ahora se arriesga a perder el estado de Michigan en 2024, un estado que debe ganar si quiere la reelección. Allí hay una población de más de 300.000 ciudadanos de ascendencia árabe que tradicionalmente votan a los demócratas y que ahora podrían cambiar ante el apoyo que la Casa Blanca está dando a Israel y las atrocidades que están ocurriendo en el sur de Gaza. En Michigan, Biden ganó por sólo 10.000 votos en 2020.
Las abejas pueden aguijonear en muchos frentes al mismo tiempo en esta Era de lo Imprevisible.