Yuval Harari y otros académicos israelíes proponen crear refugios dentro de Israel para proteger a los civiles de Gaza

La gestión de estos lugares seguros estaría a cargo de las Naciones Unidas y la Cruz Roja, con financiamiento proporcionado por la comunidad internacional

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Funcionarios de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) sirven comida a los palestinos que se refugiaron  (Europa Press)
Funcionarios de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) sirven comida a los palestinos que se refugiaron (Europa Press)

Académicos israelíes, entre los que destaca el historiador israelí Yuval Harari, pidieron en una carta abierta publicada en el diario británico The Guardian el establecimiento de centros temporales para albergar a los palestinos desplazados por los combates.

Dicen que el atroz ataque terrorista perpetrado por Hamas contra civiles israelíes el 7 de octubre debe ser contrarrestado con una guerra total contra esta organización “similar a Isis”: “No se puede permitir que los terroristas sigan gobernando la Franja de Gaza y manteniendo como rehenes las vidas de millones de israelíes y palestinos por igual”.

“Pero mientras libramos una guerra justa, debemos respetar los valores humanos y judíos universales”, afirman. “Nuestra lucha contra un monstruo no debe resultar en infligir daños innecesarios a personas indefensas. Israel debería demostrarse a sí mismo y al mundo que nos comportamos de manera muy diferente a Hamas, que se ha colocado más allá de las normas humanas universales, así como más allá de la ética islámica”.

Dado que, según aseguran los académicos en la misiva, “otros países se muestran reacios a aceptar y proteger a los civiles palestinos, proponemos que Israel invite a la comunidad internacional a establecer refugios temporales seguros para ellos en lugares apropiados del lado israelí de la frontera”.

Estos lugares seguros en Israel servirían como lugar de refugio para los residentes de Gaza, incluyendo mujeres, niños, ancianos y pacientes evacuados de hospitales que han sido desplazados o amenazados por los enfrentamientos.

La gestión de estos refugios seguros estaría a cargo de las Naciones Unidas y la Cruz Roja, con financiamiento proporcionado por la comunidad internacional. Aquí, las personas alojadas estarían protegidas de la guerra, recibirían alojamiento temporal, así como suministros de alimentos, agua y atención médica básica. Desde el exterior, Israel mantendría la seguridad de estos refugios. Una vez que los combates concluyan, los residentes desplazados podrán regresar a sus hogares en la Franja de Gaza.

Recuerdan que, en el pasado, las fuerzas internacionales han establecido refugios seguros. “Todo lo que Israel está llamado a hacer es asignar áreas deshabitadas para estos refugios y asegurarse de que (a) sean construidos y financiados por la comunidad internacional; (b) desalojado dentro de un período de tiempo acordado; y (c) salvaguardados únicamente por las fuerzas israelíes”, delinean.

Harari y el resto de los intelectuales dicen que el establecimiento de los refugios seguros comenzaría “una vez que la Cruz Roja haya tenido acceso a los rehenes israelíes retenidos por Hamas y haya comprobado su condición” (REUTERS/Mohammed Salem/File Photo)
Harari y el resto de los intelectuales dicen que el establecimiento de los refugios seguros comenzaría “una vez que la Cruz Roja haya tenido acceso a los rehenes israelíes retenidos por Hamas y haya comprobado su condición” (REUTERS/Mohammed Salem/File Photo)

Esos refugios seguros cumplirían con el deber moral de Israel de proteger las vidas de los civiles palestinos y, al mismo tiempo, ayudarían a las Fuerzas de Defensa de Israel a proseguir la guerra al reducir el número de civiles atrapados en la zona de combate, ayudando así a salvar las vidas de los soldados israelíes.

Harari y el resto de los intelectuales dicen que el establecimiento de los refugios seguros comenzaría “una vez que la Cruz Roja haya tenido acceso a los rehenes israelíes retenidos por Hamas y haya comprobado su condición”.

La carta fue firmada por Yossi Ben-Artzi, de la Universidad de Haifa; Yuval Noah Harari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén; David Harel, del Instituto Weizmann de Ciencias; Benjamin Z Kedar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén; Benny Morris, de la Universidad Ben-Gurion en el Negev; y Anita Shapira, de la Universidad de Tel Aviv.

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