El conflicto en Gaza entre Israel y Hamas, generó preocupaciones sobre el papel de Irán en la región y sus objetivos estratégicos. A pesar de que no hay pruebas directas que vinculen al régimen persa con el brutal ataque contra civiles israelíes del 7 de octubre, Teherán expresó un fuerte apoyo al grupo terrorista palestino y celebró la masacre que dejó más de 1.400 muertos, 240 rehenes y más de 4 mil heridos.
Este respaldo de Irán a Hamas se inscribe en una larga historia de apoyo a movimientos y grupos antiisraelíes en la región y al compromiso iraní con la causa palestina, explica la revista Foreing Affairs en un artículo que repasa los objetivos inmediatos del régimen persa en este conflicto. Esta relación se ha mantenido a pesar de diferencias ideológicas y sectarias entre Irán, un país chiita, y grupos sunitas como Hamas, algo que permitió a Teherán extender su influencia en la región y fortalecer su posición en la lucha contra Israel.
Según el análisis de Mohammad Ayatollahi Tabaar, un destacado experto en temas iraníes de la Harvard Kennedy School de EEUU, uno de los objetivos principales del régimen persa es fortalecer a Hamas y la Yihad Islámica Palestina, otro grupo terrorista respaldado por Teherán. Irán busca que estos grupos infligan daños significativos a Israel y eviten su victoria en Gaza, disuadiendo así a las Fuerzas de Defensa (IDF, por sus siglas en inglés) de futuros ataques masivos en territorios palestinos.
Irán también se espera que un Hamas, como grupo militante victorioso, pueda ascender al poder en Cisjordania, lo que serviría para disuadir a los colonos israelíes en esa zona. Incluso si no logran tomar el control de otros territorios palestinos, una victoria en Gaza permitiría a Hamas y la Yihad Islámica Palestina expandir su influencia más allá de Gaza, ganando popularidad en Cisjordania y Jerusalén Este, de acuerdo a Tabaar.
Este resultado, advierte el especialista, es contrario a los intereses de Israel y podría tener consecuencias imprevistas tras la invasión masiva de Gaza por parte de las IDF.
Participación directa y búsqueda de armas nucleares
Irán, además, podría ingresar directamente en el conflicto, según al artículo de Foreing Affairs. Para proteger a sus aliados, Teherán amenazó con abrir nuevos frentes si Israel avanza en una guerra terrestre a gran escala y continúa bombardeando civiles palestinos. Esto indica la voluntad de Irán de intervenir directamente en el conflicto si es necesario para proteger a Hamas. Estas amenazas podrían contribuir a ampliar la violencia en la región y a involucrar a otros actores, como las milicias chiíes respaldadas por Irán en otros países, algo que ya está ocurriendo con el libanés Hezbollah y los hutíes en Yemen.
De hecho, el texto resalta cómo Irán ha utilizado históricamente su apoyo a grupos militantes en la región, como Hezbollah en el Líbano, para desafiar a Israel y crear una disuasión efectiva contra posibles acciones militares israelíes. La influencia de Irán ha contribuido al desarrollo y fortalecimiento de estos grupos, permitiéndoles enfrentar a Israel en términos más parejos. Este respaldo iraní a Hamas y otros grupos busca lograr resultados similares, es el análisis de Tabaar.
Además, una escalada del conflicto podría atraer la atención internacional y generar un entorno en el que Irán se sienta envalentonado en buscar armas nucleares, una grave amenaza para la estabilidad regional y global y con posibles implicaciones para la seguridad energética y económica a nivel mundial.
“Si el conflicto se extiende, aumentarían las probabilidades de que Irán diera los pasos finales para convertirse en una potencia nuclear”, advierte el especialista.
Esto podría que como consecuencia que Estados Unidos pudiera verse forzado a iniciar una invasión a gran escala del país para eliminar el programa nuclear, una perspectiva que la creciente capacidad convencional de Irán haría extremadamente costosa y difícil, según Tabaar.
Oportunidad para Irán
En definitiva, el conflicto en Gaza se presenta como una oportunidad para Irán en un momento en el que busca fortalecer su posición en el Oriente Medio. El régimen persa, explica Tabaar, ve la solidaridad que suscita la causa palestina como una forma de reivindicar liderazgo moral y destacarse en un mundo que, según su percepción, está alejándose de Occidente.
Los iraníes “creen que Estados Unidos está en declive y que nuevas potencias mundiales y regionales están alterando el orden surgido tras la Primera y la Segunda Guerra Mundial”, escribe Tabaar.
Irán espera que la guerra en Gaza genere una mayor cohesión en el Sur global, donde Estados Unidos es visto con escepticismo debido a su apoyo a Israel. Además, el conflicto podría desviar la atención internacional de las tensiones internas en Irán y la represión contra la población, además de fortalecer el discurso del régimen.
“En última instancia, es poco lo que el mundo exterior puede hacer para detener los esfuerzos de Irán”, advierte Tabaar. “La guerra entre Israel y Hamas se centra fundamentalmente en la difícil situación palestina y en la necesidad de una solución política creíble; mientras no exista una, Irán seguirá teniendo una influencia única en la cuestión palestina”.
Por eso, para evitar una escalada catastrófica Tabaar subraya la importancia de la comunicación entre las partes involucradas en el conflicto. El experto destaca que, aunque es difícil, la mediación internacional puede jugar un papel importante en la gestión de las tensiones y en la búsqueda de soluciones políticas a largo plazo entre los distintos actores en juego.
Aún así, el conflicto actual podría estar marcando un cambio significativo en la región, con implicaciones a largo plazo para la estabilidad y la seguridad mundiales.
“El colapso del proceso de paz palestino-israelí y el acuerdo nuclear iraní han dado poder a las fuerzas de línea dura tanto en los territorios palestinos como en Teherán”, concluye Tabaar. “Es poco probable que esta guerra las desaloje, y corre el riesgo de hacerlas más fuertes”.