Hamas era poco popular en Gaza antes de atacar a Israel: la lucha contra la pobreza importa más que la resistencia armada

En medio de la escalada de la guerra entre Israel y Hamas, los observadores en la región y a nivel internacional continúan haciendo suposiciones sobre el apoyo público de Gaza a Hamas.

Suposiciones erróneas como las del candidato presidencial estadounidense Ron DeSantis, que afirma que todos los habitantes de Gaza son “antisemitas“, o aquellas que culpan a los habitantes de Gaza por “elegir a Hamas” pueden dar forma a los debates no sólo sobre cómo se percibe la guerra, sino también sobre los planes de ayuda para los habitantes de Gaza en los próximos meses.

Cualquier esfuerzo de reconstrucción o distribución de ayuda podría sopesarse con los temores de los insurgentes de Hamas dentro de la población de Gaza.

En mi propia investigación sobre el salafismo yihadista y el islamismo, descubrí que los movimientos militantes provocaron intervenciones militares para explotar el caos resultante. Es más, esos grupos a menudo afirman gobernar en función de los intereses “legítimos” de aquellos a quienes dominan, incluso si esas poblaciones rechazan su gobierno.

Como han observado varios comentaristas, Hamas probablemente espera no sólo alentar una respuesta desproporcionada de Israel, sino también utilizar las violentas consecuencias de la intervención para cultivar la continua dependencia de Gaza de él y distraer la atención de sus propios fracasos en política interna.

Los líderes de ambos lados del conflicto han tratado de justificar sus acciones. A menudo utilizan su propia percepción de la opinión pública de Gaza para apoyar sus propios objetivos políticos.

Por ejemplo, Ismail Haniyeh, jefe de la oficina política de Hamas, afirmó que las acciones de Hamas representaban a los habitantes de Gaza y a “toda la comunidad árabe musulmana”. Para Haniyeh, el uso de la violencia por parte de Hamas fue en nombre de los palestinos que habían sido atacados en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa en septiembre de 2023, o que habían sufrido a manos de las fuerzas de seguridad israelíes , o de los colonos en Cisjordania.

Mientras tanto, el presidente israelí Isaac Herzog sugirió que todos los habitantes de Gaza tenían una responsabilidad colectiva por Hamas. Como resultado, concluyó, Israel actuaría para preservar su propio interés frente a Gaza y su pueblo.

La administración Biden, cuidadosa de no condenar el bombardeo israelí, ha buscado un enfoque más amplio ante la escalada. En una entrevista y en las redes sociales, el presidente estadounidense Joe Biden observó que “la abrumadora mayoría de los palestinos no tuvo nada que ver con los atroces ataques de Hamas y [en cambio] están sufriendo a consecuencia de ellos”. Biden señaló que ese sufrimiento requería el eventual levantamiento del “asedio completo” implementado por Israel contra Gaza.

En cada ejemplo, los políticos utilizaron sus suposiciones sobre los habitantes de Gaza para respaldar sus políticas. Pero el pueblo de Gaza experimenta estas políticas de manera muy diferente.

Una revisión de la opinión pública de Gaza a lo largo del tiempo revela una sensación constante de desesperanza al vivir bajo el bloqueo israelí.

Una encuesta de junio de 2023 realizada por Khalil Shikaki, profesor de ciencias políticas y director del Centro Palestino de Investigación de Encuestas y Políticas, indicó que el 79% de los habitantes de Gaza apoyaban la oposición armada a la ocupación israelí del territorio palestino. Una encuesta del Instituto Washington de julio de 2023 encontró que sólo el 57% de los habitantes de Gaza tenían una opinión “algo positiva” de Hamas.

Una lectura más detallada de esas encuestas sugiere una historia más matizada. Consideremos que en 2018, alrededor del 25% de las mujeres de Gaza corrían riesgo de morir durante el parto, el 53% de los habitantes de Gaza vivían en la pobreza y los suministros esenciales de atención médica se agotaban. Ese mismo año, Shikaki encontró un número cada vez mayor de habitantes de Gaza insatisfechos con el gobierno de Hamas, y casi el 50% esperaba abandonar Gaza por completo.

En la encuesta del Instituto Washington de junio de 2023, el 64% de los habitantes de Gaza exigieron una mejor atención médica, empleo, educación y cierta sensación de normalidad en lugar de la pretendida “resistencia” de Hamas. Más del 92% de los habitantes de Gaza expresaron abiertamente su enojo por sus condiciones de vida.

Además, como informó Shikaki, más del 73% creía que el gobierno de Hamas era corrupto. Sin embargo, los habitantes de Gaza veían pocas esperanzas de un cambio electoral. Sin elecciones desde 2006, la mayoría de los habitantes de Gaza que viven hoy no tenían edad suficiente para haber votado por Hamas.

El apoyo a la resistencia armada no siempre estuvo presente. Cuando Hamas luchó abiertamente contra la Autoridad Palestina –que gobierna Cisjordania y cuestionó la legitimidad de la victoria de Hamas– y tomó el control de la Franja de Gaza en 2007, más del 73% de los palestinos se opusieron a esa toma y a cualquier otro conflicto armado.

En ese momento, menos de un tercio de los habitantes de Gaza apoyaban cualquier acción militar contra Israel. Más del 80% condenó el secuestro, los incendios provocados y la violencia indiscriminada.

Si se leen a lo largo del tiempo, las encuestas realizadas a los habitantes de Gaza entre 2007 y 2023 cuentan una historia. Ayudan a dejar claro que el apoyo de Gaza a la resistencia armada creció junto con una creciente frustración, ira y una sensación de desesperanza ante cualquier solución política a su sufrimiento.

En 2017, la académica Sara Roy, al estudiar la economía palestina y el islamismo, exploró la tolerancia de Gaza hacia Hamas y señaló que “lo nuevo es el sentimiento de desesperación, que se puede sentir en las fronteras que la gente ahora está dispuesta a cruzar, fronteras que alguna vez fueron inviolables”.

Los habitantes de Gaza, argumentó Roy, en particular el 75% menor de 30 años, sentían afinidades muy diversas hacia la ideología de Hamas o las pretensiones de legitimidad islámica. Señalaron que Hamas pagaba salarios cuando pocos podían hacerlo. Arriesgarse a ser atacado por soldados israelíes era un riesgo de contratación calculado y tolerable si eso significaba un sueldo.

En 2019, el 27% de los habitantes de Gaza culparon a Hamas de sus condiciones de vida. En esa misma encuesta, el 55% apoyó cualquier plan de paz que incluyera un Estado palestino con Jerusalén Este como capital y una retirada israelí de todos los territorios ocupados.

En 2023, cuando los habitantes de Gaza encuestados por Shikaki expresaron su apoyo a la resistencia armada, lo hicieron con la creencia de que sólo esa resistencia –no la política electoral– proporcionaría alivio del bloqueo y asedio israelíes. Al mismo tiempo, sin embargo, los encuestados expresaron cansancio por la corrupción de Hamas y el desempleo y la pobreza actuales en Gaza.

Cualquier posibilidad de un simple retorno a la normalidad parece perdida para muchos habitantes de Gaza, ya que Hamas afirma actuar como su “resistencia legítima“.

Con las negociaciones de paz estancadas en Gaza desde 2001, las elecciones pospuestas, la salida de Gaza imposible y ahora una crisis humanitaria en aumento, toda una generación de habitantes de Gaza se queda con pocas opciones.

“Hay muerte en todas partes “, dijo Omar El Qattaa, fotógrafo de 33 años que reside en Gaza, “y recuerdos borrados”.

Aunque las encuestas de 2023 indicaron que la mayoría de los habitantes de Gaza se oponían a romper el alto el fuego con Israel, Hamas siguió adelante con sus ataques de octubre en contra de su voluntad popular. El sentimiento de desesperación que sienten El Qatta y millones de otros habitantes de Gaza corre el riesgo de ser instrumentalizado por Hamas. Como escribe Matthew Levitt , académico e investigador de Hamas, Hamas ve la política, la caridad, la violencia política y el terrorismo como herramientas complementarias y legítimas para perseguir sus objetivos políticos.

Como señala Khaldoun Barghouti, un investigador palestino radicado en Ramallah, los bombardeos en curso por parte de Israel han suavizado la frustración de Gaza con Hamas, al menos en el corto plazo. Tales ataques “convirtieron la culpa a Hamas (por los ataques en Israel) en más ira hacia Israel”.

Queda por ver cómo esto se traducirá en apoyo a alternativas a Hamas en los próximos meses. Mucho dependerá de cómo los actores internacionales recuperen la confianza de los habitantes de Gaza y al mismo tiempo los ayuden a encontrar alternativas significativas a un gobierno y un movimiento militante que alguna vez consideraron corruptos e incapaces de satisfacer sus necesidades básicas.

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