Un informe de dos laboratorios de ideas especializados en seguridad y defensa publicado este lunes recomienda la posibilidad de desplegar de nuevo armas nucleares estadounidense en Corea del Sur para que Washington pueda garantizar la seguridad de su aliado ante los avances del arsenal atómico norcoreano.
El análisis titulado “Opciones para fortalecer la defensa nuclear de la República de Corea (nombre oficial del sur)” y coescrito por la Corporación Rand, ligada al sector público y privado de defensa en EE.UU., y el Instituto Asan, fundado por el conglomerado surcoreano Hyundai, brinda ideas para fortalecer el actual marco disuasorio acordado por ambos países.
Entre las opciones propuestas se cuenten “fortalecer la claridad estratégica, obligar a Corea del Norte a congelar su programa nuclear y destinar armas nucleares estadounidenses para apoyar a la República de Corea”, lo que puede incluir desplegar algunas en suelo surcoreano.
Dentro de ese último apartado recomienda modernizar, con financiación surcoreana, un centenar de armas nucleares tácticas estadounidenses que puedan desplegarse con rapidez en la península, destinar gran parte a un submarino estadounidense que opere en el océano Pacífico con Corea del Norte en el punto de mira o la construcción de un depósito para armas nucleares tácticas en Corea del Sur.
En ese sentido, los analistas estiman que se pueden “destinar unas 180 armas nucleares” a garantizar la seguridad de Corea del Sur y que “quizá se podrían desplegar entre ocho y doce bombas nucleares B61 en la República de Corea con fines tanto simbólicos como operativos”.
EE.UU. retiró todas sus armas nucleares de Corea del Sur en 1991, aunque los recientes avances mostrados por Pionyang han incrementado los llamamientos en la opinión pública surcoreana a reforzar los mecanismos de disuasión, lo que incluye desplegar cabezas estadounidenses o desarrollar un arsenal propio.
El informe estima que esta situación viene dada también por la “ambigüedad del compromiso de EE.UU. para con la seguridad de la República de Corea” y que por ello “el paraguas nuclear estadounidense requiere de una mayor claridad estratégica tanto en lo que se refiere a disuasión como a brindar garantías” a Seúl.
Los autores instan a trabajar a partir de la llamada “Declaración de Washington”, acordada este año y por la cual EE.UU. refuerza la llamada “disuasión extendida o ampliada”, compromiso del Pentágono con Seúl que incluye el envío regular y rotatorio de activos estratégicos estadounidenses a la península.
Aunque la declaración “promete más claridad estratégica”, el reporte afirma “requiere de más detalles en su implementación para incrementar la garantías para la República de Corea”.
EL INFORME COMPLETO
¿Qué hará Corea del Norte?
Una mayor cooperación entre sus archienemigos, Washington y Seúl, podría preocupar al régimen de Kim Jong-un y podría demostrarlo con más lanzamientos de misiles.
Tras pasar décadas -y gran parte del PIB del país empobrecido- en el desarrollo de programas nucleares, Kim no está inclinado a cambiar de rumbo, según dijeron los expertos tras la declaración de Washington.
“Es poco probable que Corea del Norte renuncie a sus armas nucleares debido a estas amenazas”, señaló a AFP Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos en Seúl.
(Con información de EFE)