China y Rusia continúan estrechando sus lazos. Esta vez se vio reflejado en el aumento del 27% de sus intercambios comerciales bilaterales, en los nueve meses transcurridos de este 2023.
El primer ministro de Moscú, Mikhail Mishustin, celebró que “entre enero y septiembre, el volumen comercial aumentó un 27% en comparación con el mismo período de 2022, hasta alcanzar los 16 billones de rublos (unos 170.000 millones de dólares) o 1.2 billones de yuanes”.
Precisó, además, que el 90% de esas transacciones se realizaron en las divisas nacionales -rublos y yuanes-, una iniciativa que cobró fuerza tras la guerra iniciada en Ucrania, que busca despreciar los ‘billetes verdes’ que suelen utilizarse en el comercio mundial. Inclusive, ya en diciembre de 2022, Mishustin había destacado que “casi la mitad de nuestros intercambios comerciales se llevan a cabo en divisas nacionales”. “Este es el pago que debe dominar, se trata de la lógica de la política económica y financiera soberana del mundo unipolar”, agregó.
En este contexto, Mishustin anunció que la relación entre las naciones ha alcanzado un nivel “sin precedentes” y que aún tiene margen para crecer, dado que los mandatarios definieron parámetros de cooperación con miras hasta 2030.
China es un cliente clave para el petróleo y el gas rusos, gracias a lo cual Moscú ha logrado un fuerte ingreso económico en el último año y medio en el que, a raíz de su ofensiva, fue sancionado y asilado de la comunidad internacional, que cesó la compra de estos hidrocarburos y exploró otras alternativas.
Por su parte, el premier chino, Li Qiang, aseguró que su país está dispuesto a profundizar las relaciones “en todos los terrenos” y en beneficio de ambas partes, descartando que éstas estén dirigidas a un tercer actor o supeditadas al dictado exterior.
“La cooperación está destinada a garantizar el bienestar de nuestros pueblos y contribuir al desarrollo en todo el mundo y la defensa de la Justicia internacional”, comentó.
Se trata de un “nuevo comienzo” en las relaciones sino-rusas, explicó, que nacieron con la reciente visita de Vladimir Putin a Xi Jinping en Beijing, y cuya “confianza política se está profundizando continuamente”.
Hace exactamente una semana, los líderes se reunieron en China en una clara señal de acercamiento y acordaron trabajar juntos en cuestiones como política exterior y justicia internacional, en un momento en el que Occidente teme una invasión china a Taiwán o nuevos avances enemigos sobre Ucrania.
A estas cuestiones se suman otros “factores externos” como la guerra entre Israel y Hamas, o la inestabilidad en diversos países de África que, según declaró Putin entonces, “son amenazas comunes y refuerzan la cooperación ruso-china”. “En las difíciles condiciones actuales, es especialmente necesaria una estrecha coordinación en política exterior”, sumó.
Es por ello que Xi le pidió realizar “esfuerzos conjuntos” para “salvaguardar la Justicia internacional”. “Tenemos que seguir reflejando nuestra responsabilidad como potencias” mientras “contribuimos a la modernización de nuestros países”, agregó.
Previo a esto, en febrero de 2022, las partes habían firmado un acuerdo en el que se comprometían a mantener una relación “sin límites” que, inclusive, quedó expuesto en los intentos de mediación de Xi sobre Ucrania, en los que planteaba condiciones favorables a su aliado.
(Con información de EFE)