Los hutíes de Yemen, respaldados por Irán, se sumaron al grupo terrorista libanés Hezbollah y advirtieron que podrían sumarse a los ataques de Hamas contra Israel.
“No nos quedaremos de brazos cruzados ante la guerra genocida en Gaza”, indicó el Consejo Político Supremo del movimiento chií en un comunicado y agregó que “cumpliremos con nuestro deber religioso y de principios” si Israel continúa con los bombardeos en autodefensa sobre el enclave palestino, algo que señalan como “una línea roja que se cruza”.
Ya el pasado 10 de octubre -tres días después de lanzada la ofensiva de Hamas-, el máximo líder de los rebeldes, Abdelmalek al Huti, había declarado que su movimiento está dispuesto a “participar en la batalla” en apoyo de los palestinos. Desde entonces, siguen la situación “de cerca” y condenan “los crímenes atroces y las masacres genocidas cometidas por el enemigo sionista contra el pueblo palestino”.
Los hutíes forman parte de la Resistencia Islámica, liderada por Irán, que nuclea a varios de los grupos terroristas e insurgentes en la región -como Hezbollah y Hamas- y tiene fuerte presencia en Irak, Siria y Yemen. En sus mensajes, suelen amenazar con atacar instalaciones de Estados Unidos en Medio Oriente e inclusive Israel, si la Casa Blanca sostiene su apoyo al Estado judío o si interviene militarmente en Gaza.
Su lema desde hace años es “Dios es el más grande; Muerte a América; Muerte a Israel; Maldición de los judíos; Victoria para el Islam”.
La reciente amenaza, sin embargo, se dio luego de que funcionarios estadounidenses dijeran que los hutíes habían disparado cinco misiles de crucero proporcionados por Irán, así como unos 30 drones hacia Israel, citó The Wall Street Journal.
Según el medio, la última semana, el destructor USS Carney derribó cuatro misiles de crucero en el mar Rojo mientras que un quinto fue destruido por los sistemas antiaéreos de Arabia Saudí.
“No podemos decir con certeza hacia qué apuntaban estos misiles y drones pero fueron lanzados desde Yemen, en dirección norte a lo largo del mar Rojo, potencialmente hacia objetivos en Israel”, dijo días atrás un portavoz de la cartera de Defensa estadounidense y precisó que se trataría de un misil balístico táctico soviético desarrollado durante la Guerra Fría y varios R-11 -también conocidos como SCUD-.
No obstante, ni los hutíes ni Riad han emitido declaraciones sobre estos episodios.
Por otro lado, el Pentágono confirmó la víspera que desde el 17 de octubre sus fuerzas y las de la coalición habían sufrido diez ataques en sus bases en Irak y otros tres en Siria, perpetrados por estos grupos liderados por Irán.
Mientras se conocía la reciente amenaza del grupo en Yemen, el primer ministro Benjamin Netanyahu se dirigió a la nación y reafirmó que Israel se prepara para una intervención por tierra en Gaza, en la que buscará erradicar por completo a Hamas y evitar que un episodio como el del pasado 7 de octubre vuelva a ocurrir.
“Nos estamos preparando para una intervención terrestre en Gaza” aunque “no especificaré cuándo, cómo y cuánto, ni las diversas consideraciones que se están teniendo en cuenta para dar la luz verde”, declaró el mandatario y prometió que “los asesinos que cometieron estos horrendos crímenes paguen por ello”.
Desde el 7 de octubre, al menos 1.400 israelíes han perdido la vida, mientras unos 200 civiles de nacionalidades varias permanecen rehenes de la milicia palestina. Netanyahu ha insistido en que traerlos a casa con vida es una de sus prioridades en esta esperada ofensiva.
(Con información de EFE)