China despidió al ministro de Defensa, el general Li Shangfu, que desapareció de la escena pública durante casi dos meses sin dar apenas explicaciones, según informaron el martes los medios de comunicación estatales.
“De acuerdo con la sexta reunión del comité permanente de la XIV Asamblea Popular Nacional de la República Popular China, se decidió el 24 de octubre de 2023... destituir a Li Shangfu de los cargos de miembro del Consejo de Estado y ministro de Defensa”, dijo la cadena estatal CCTV.
El Consejo de Estado es el Gabinete de China y el centro del poder gubernamental. La destitución de Li del organismo supone prácticamente el fin de su carrera política, aunque no está claro si será procesado o se le impondrán otras sanciones legales.
La cadena estatal china no detalló las razones de la destitución ni nombró un sustituto para Li, visto en público por última vez a finales de agosto, poco después de efectuar un viaje oficial a a Moscú y Minsk para reunirse con altos funcionarios rusos y bielorrusos.
No hay indicios de que la destitución de Li, quien se había convertido en ministro de Defensa durante una remodelación del Gabinete en marzo, signifique un cambio en la política exterior o de defensa de China. No obstante, ha suscitado dudas sobre la resistencia del círculo de poder del presidente y líder del Partido Comunista, Xi Jinping.
Li está sometido a sanciones estadounidenses relacionadas con su supervisión de las compras de armas a Rusia, que le prohíben entrar en el país. Desde entonces, China ha cortado los contactos con el ejército estadounidense, principalmente en protesta por la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán, pero también dando a entender que Washington debe levantar las medidas contra Li, que Beijing se niega a reconocer públicamente.
Caída en desgracia del ex ministro de Exteriores
La situación de Li ha recordado a la del ex ministro de Exteriores Qin Gang, depuesto en julio pasado tras permanecer varias semanas desaparecido de la vida pública.
Al igual que el ex ministro de Defensa, Qin también fue destituido hoy como miembro del Consejo de Estado, según CCTV.
La desaparición del entonces titular de Exteriores dio lugar a todo tipo de especulaciones y aunque los motivos de su destitución se desconocen, algunos medios internacionales la han atribuido a un romance extramatrimonial mantenido en su época como embajador de China en Estados Unidos.
Qin fue nombrado titular de Exteriores en diciembre de 2022 en lo que se vio un ascenso meteórico del diplomático, considerado muy cercano a Xi Jinping, con quien trabajó como jefe de protocolo antes de ocupar el cargo de viceministro de Exteriores entre 2018 y 2021.
En los pocos meses en los que estuvo en el cargo, el diplomático desarrolló una actividad frenética con la apertura del país una vez finiquitada la política del ‘cero covid’, que mantuvo al gigante asiático cerrado a cal y canto durante casi tres años.
La página web del Ministerio de Exteriores borró gran parte de las menciones a Qin Gang al mes de su desaparición, cuando ya se había confirmado su destitución.
Pese a su cese como ministro, Qin mantuvo el cargo de consejero de Estado, lo que añadió aún más confusión sobre su situación ante la posibilidad de un eventual regreso a la primera línea política.
Pero el anuncio de este martes implica, al igual que para Li Shangfu, la absoluta muerte política del ex ministro.
Otros cambios en el gabinete
El ministro de Ciencia y Tecnología, Wang Zhigang, y el ministro de Finanzas, Liu Kun, también fueron destituidos de sus cargos, para ser sustituidos por el actual secretario del partido en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, Yin Hejun, y el secretario del partido en el Ministerio de Finanzas, Lan Fo’an, respectivamente, según la CCTV.
Ese mismo mes, China anunció que el ex comandante de la Armada Wang Houbin asumiría el cargo de nuevo jefe de la Fuerza de Cohetes del ejército chino, mientras los medios de comunicación informaban de una investigación por corrupción.
Los sistemas político y jurídico de China siguen siendo muy opacos, lo que alimenta animados debates sobre posibles casos de corrupción, debilidades personales o desencuentros con otras figuras poderosas que conduzcan a la caída de altos cargos.
Xi tiene fama de valorar la lealtad por encima de todo y ha atacado implacablemente la corrupción en público y en privado, a veces en lo que se ha visto como un método para eliminar rivales políticos y apuntalar su posición política en medio del deterioro de la economía y el aumento de las tensiones con Estados Unidos en materia de comercio, tecnología y Taiwán.