El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, denunció este martes violaciones del derecho internacional en Gaza e instó a un alto el fuego inmediato, en una tensa sesión del Consejo de Seguridad, que provocó una repuesta indignada del canciller israelí y un pedido de renuncia por parte del embajador.
En la apertura de la sesión, Guterres dijo que no había excusa para la “espantosa” violencia de los militantes de Hamas el 7 de octubre, pero también advirtió contra el “castigo colectivo” a los palestinos.
“Estoy profundamente preocupado por las claras violaciones del derecho internacional humanitario que estamos presenciando en Gaza. Permítanme ser claro: ninguna parte en un conflicto armado está por encima del derecho internacional humanitario”, dijo Guterres en una sesión del Consejo de Seguridad, sin nombrar explícitamente a Israel.
Guterres afirmó que los palestinos han estado “sometidos a 56 años de ocupación asfixiante”, y declaró ante el Consejo de Seguridad: “Es importante reconocer también que los ataques de Hamas no se produjeron en el vacío”.
Estas declaraciones enfurecieron al ministro israelí de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, quien, señalando con el dedo a Guterres y alzando la voz, relató gráficos testimonios de civiles muertos el 7 de octubre en el ataque individual más mortífero de la historia de Israel.
“Señor Secretario General, ¿en qué mundo vive usted?” dijo Cohen.
Señalando que Israel se retiró de Gaza en 2005, Cohen dijo: “Dimos a los palestinos Gaza hasta el último milímetro. No hay disputa respecto a la tierra de Gaza”.
Poco después, Israel impuso un bloqueo del enclave, que se mantiene desde que Hamas tomó el poder.
El embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Gilad Erdan, pidió a Guterres que dimitiera, escribiendo en X, antes conocido como Twitter, que el jefe de la ONU “ha expresado comprensión por el terrorismo y el asesinato”.
“Sufrimiento épico”
Militantes de Hamas irrumpieron en Israel el 7 de octubre y atacaron objetivos mayoritariamente civiles, entre ellos familias y un festival de música, matando al menos a 1.400 personas y tomando más de 220 rehenes, según funcionarios israelíes. Más de 5.700 palestinos han muerto en la Franja de Gaza en los bombardeos israelíes de represalia, según el Ministerio de Sanidad del territorio, dirigido por Hamas.
Guterres, que viajó personalmente al paso fronterizo entre Egipto y Gaza en un esfuerzo por permitir la entrada de ayuda, acogió con satisfacción el paso de tres convoyes de ayuda hasta ahora a través del paso fronterizo de Rafah. “Pero es una gota de ayuda en un océano de necesidades”, dijo Guterres, advirtiendo de que los suministros de combustible de la ONU se agotarán en cuestión de días.
“Para aliviar el sufrimiento épico, hacer más fácil y segura la entrega de ayuda y facilitar la liberación de los rehenes, reitero mi llamamiento a un alto el fuego humanitario inmediato”.
La sesión del Consejo de Seguridad reúne a altos diplomáticos, entre ellos el Secretario de Estado Antony Blinken, que ya ha rechazado anteriormente los llamamientos a un alto el fuego, afirmando que sólo permitiría a Hamas reagruparse.
Estados Unidos vetó la semana pasada un proyecto de resolución sobre la crisis, alegando que no apoyaba suficientemente el derecho de Israel a la autodefensa.
Blinken dijo al Consejo de Seguridad que Estados Unidos estaba presentando una nueva resolución que “incorpora comentarios sustanciales”. Se preguntó por qué no había más indignación por los asesinatos de israelíes.
“Debemos afirmar el derecho de cualquier nación a defenderse y a impedir que se repitan tales daños. Ningún miembro de este Consejo, ninguna nación de todo este organismo, podría o toleraría la matanza de su pueblo”, afirmó Blinken.
El ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina, Riyad al-Maliki, rival de Hamas, denunció la inacción del Consejo de Seguridad. “Hay que poner fin a las continuas masacres perpetradas deliberada, sistemática y salvajemente por Israel, la potencia ocupante, contra la población civil palestina sometida a ocupación ilegal”, afirmó. “Es nuestro deber humano colectivo detenerlas”, afirmó. “El fracaso continuado de este Consejo es inexcusable”.
(Con información de AFP)