Los líderes de Rusia y China se reunieron el miércoles en Beijing y pidieron una estrecha coordinación en política exterior, mientras crece la preocupación por posibles conflictos con Occidente por la invasión rusa a Ucrania y las crecientes amenazas de Beijing contra Taiwán.
Al referirse al incremento de conflictos en el mundo, Putin dijo en conferencia de prensa que “todos estos factores externos son amenazas comunes y refuerzan la cooperación ruso-china”, añadiendo que tenía “optimismo” sobre el futuro de la relación.
La reunión entre ambos se produjo en un momento de crisis geopolítica avivada por el conflicto entre israelíes y palestinos -una guerra en la que ambos líderes han evitado condenar a Hamas- o la ofensiva rusa en Ucrania, sobre la cual China ha mantenido una posición ambigua.
A su vez, Xi Jinping, pidió a Putin, “esfuerzos conjuntos” para “salvaguardar la justicia internacional”, según recogió la agencia estatal Xinhua.
El líder del régimen chino elogió el estado de las relaciones entre ambos países y destacó que “la confianza política se está profundizando continuamente”, con “una coordinación estratégica estrecha y eficaz y un comercio bilateral en máximos históricos”.
El encuentro se produjo al término de la inauguración del III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en la capital china, a la que se ha desplazado el mandatario ruso pese a la orden de arresto que emitió la Corte Penal Internacional (CPI) en su contra por la deportación ilegal de niños ucranianos.
“Nos hemos reunido 42 veces en los últimos diez años. Hemos desarrollado una buena relación de trabajo y una profunda amistad”, destacó el mandatario chino. “Tenemos que seguir enriqueciendo nuestra cooperación bilateral, reflejando nuestra responsabilidad como potencias, y seguir contribuyendo a la modernización de nuestros dos países”, puntualizó.
En su reunión matutina, Xi y Putin hablaron de comercio y del décimo aniversario de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, marca registrada de Xi, que ha construido autopistas, puertos y centrales eléctricas a través de Asia, Medio Oriente y otros lugares.
Esta política ha dejado a muchos Estados profundamente endeudados con los bancos chinos, y el intento de inyectarle nueva vida llega en un momento en que la propia economía china se ha ralentizado considerablemente debido a la enorme sobreinversión en el sector inmobiliario.
“En las difíciles condiciones actuales, es especialmente necesaria una estrecha coordinación de la política exterior”, dijo Putin en su discurso de apertura.
“Así pues, en términos de relaciones bilaterales, avanzamos con mucha confianza”, afirmó, señalando que el comercio bilateral iba camino de superar este año la cifra récord de 200.000 millones de dólares.
China es un cliente clave para el petróleo y el gas rusos, y proporciona a Moscú un salvavidas económico frente a las duras sanciones occidentales impuestas por su campaña contra Ucrania.
Apenas unas semanas antes de la invasión rusa de Ucrania el pasado febrero, Putin se reunió con Xi en Beijing y ambas partes firmaron un acuerdo en el que se comprometían a mantener una relación “sin límites”. Los intentos de Beijing de presentarse como un mediador de paz neutral en la guerra de Rusia contra Ucrania han sido ampliamente desestimados por la comunidad internacional.
China, por su parte, ha incrementado el acoso militar a Taiwán, la isla democracia que reclama como propia para unirla por la fuerza si fuera necesario.
(Con información de AP, AFP, EFE)