Los rehenes y el “metro” de Gaza condicionan la ofensiva israelí contra los milicianos de Hamas

Los civiles israelíes secuestrados se encuentran en algún lugar de la enorme estructura de túneles que pasan por debajo de Gaza. Hasta allí tendrían que llegar los soldados israelíes para liberarlos

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Milicianos de Hamas en uno de los túneles que pasan por debajo de la ciudad de Gaza, donde mantienen a los rehenes israelíes. (Hamas/2017)
Milicianos de Hamas en uno de los túneles que pasan por debajo de la ciudad de Gaza, donde mantienen a los rehenes israelíes. (Hamas/2017)

Desde que los terroristas de Hamas se llevaron el sábado pasado unas 150 personas, casi todos civiles, incluidos niños y ancianos, como rehenes, estos fueron confinados en lo que se denomina eufemísticamente como “el metro” de Gaza, el intrincado sistema de túneles que pasan por debajo de esa ciudad. Estas excavaciones y pasadizos se fueron construyendo durante años por diferentes camadas de milicianos que los utilizaron para penetrar dentro de territorio israelí por debajo de la valla fronteriza; también para pasar por debajo de la frontera con Egipto, por donde contrabandean armas y suministros; y para esconderse de la vigilancia de drones y satélites. Este es el mayor obstáculo con el que se encuentran los soldados israelíes en su ofensiva por acabar con la dirigencia de Hamas y liberar a los prisioneros.

Los túneles aparecieron por primera vez en Gaza en respuesta al bloqueo israelí impuesto tras la toma del poder por Hamas en 2007. Al principio, se utilizaban para introducir mercancías de contrabando en el enclave. Pero pronto se utilizaron para otros fines. En esa época, Hamas utilizó un túnel para capturar al soldado israelí Gilad Shalit, quien permaneció cautivo durante cinco años antes de su liberación como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros en 2011.

En la guerra de Gaza de 2014, el ejército israelí informó que las tropas habían sido emboscadas por combatientes que emergieron del suelo. Poco después, Hamas difundió videos de militantes enmascarados, portando armas automáticas y lanzagranadas, saliendo de un agujero del lado israelí de la frontera, burlando la valla que separa a ambos territorios. En ese momento se destruyeron unos 30 túneles. Aunque las autoridades israelíes dijeron que Hamas había construido más de 1.300 túneles desde 2007 con un coste de 1.250 millones de dólares, desviando fondos internacionales destinados a la reconstrucción de infraestructuras públicas en Gaza.

Una captura de un vídeo publicado en redes sociales muestra a la joven Noa Argamani cuando es tomada como rehén por milicianos de Hamas. (Vídeo obtenido por Reuters)
Una captura de un vídeo publicado en redes sociales muestra a la joven Noa Argamani cuando es tomada como rehén por milicianos de Hamas. (Vídeo obtenido por Reuters)

Ya en esa guerra, las fuerzas israelíes detectaron a milicianos que intentaron penetrar el territorio israelí y llegar a los poblados y kibutz cercanos que portaban esposas y tranquilizantes con la intención de secuestrar civiles. Un hecho que provocó terror en la población israelí que vive cerca de la Franja. Gerard De Groot, profesor de Historia de la Universidad de St Andrews que escribe sobre guerra y política, describió en una ocasión los túneles como capaces de “evocar un horror peculiar, como si el mismísimo diablo saliera del infierno para sembrar el tormento en la Tierra”.

El líder de Hamás en ese momento, Ismail Haniyeh, se jactó en 2016 de que el grupo tenía el doble de túneles que las fuerzas comunistas utilizaron contra las tropas estadounidenses en la guerra de Vietnam. Y en una serie de entrevistas con expertos militares palestinos, iraníes y sirios incluidas en la investigación realizada por el profesor Rami Abu Zubaydah, del Instituto de Estudios Egipcios, se reveló que existen en el subsuelo de Gaza “una variedad de túneles utilizados por razones estratégicas, incluidos los que se usan para el combate, aquellos en los que pueden reunirse los dirigentes y otros en los que se almacenan cohetes y armas. También hay túneles más pequeños utilizados para el transporte rápido”.

Desde entonces, las nuevas tecnologías hicieron posible que el ejército israelí pudiera detectar con mayor facilidad los pasadizos subterráneos. Pero también los palestinos utilizaron nuevos materiales para que no estuvieran expuestos ante los rayos infrarrojos, por ejemplo. La valla fronteriza tiene una extensión de varios metros de profundidad con detectores que hacen casi imposible que los atacantes pasen por allí. El sábado pasado lo lograron lanzando explosivos desde drones en varios puntos al mismo tiempo y porque la respuesta de los guardias israelíes fue demasiado pobre. También pudieron acercarse a la valla sin ser detectados porque salieron con sus motos desde algunos de los túneles más sofisticados. Otros, integrantes de las Brigadas Izz al-Din al-Qassam, volaron por encima con unos paracaídas impulsados por generadores con hélice.

Soldado israelí en uno de los túneles de Hamas descubierto en 2017 que cruzaba la valla divisoria entre el territorio de Israel y la Franja de Gaza. (Reuters)
Soldado israelí en uno de los túneles de Hamas descubierto en 2017 que cruzaba la valla divisoria entre el territorio de Israel y la Franja de Gaza. (Reuters)

De todos modos, los pasadizos más importantes que tiene Hamás son los que están por debajo del centro de la ciudad. Es en este momento la zona más bombardeada. La aviación israelí está utilizando bombas del tipo “corta-margarita”, especialmente diseñada para ir explotando y destruyendo los subsuelos. Pero no será suficiente para desbaratar todo el sistema de túneles. Y allí está el mayor peligro para una avanzada militar terrestre. Seguramente, Mohammed Deif, el jefe militar del ala militar de Hamas que diseñó el asalto del sábado pasado, el más grave en la historia del Estado israelí, tiene un plan para emboscar a las fuerzas que intenten llegar allí. Y utilizarán a los rehenes como escudos humanos.

“¿Estará dispuesto el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu a sacrificar al centenar y medio de israelíes o con doble nacionalidad que son ahora rehenes para neutralizar la amenaza de Hamás mediante una operación terrestre a gran escala?”, se preguntaba en un análisis, Héloïse Fayet, especialista en Oriente Medio del Instituto Francés de Relaciones Exteriores (IFRI). “La cruel realidad es que Hamás tomó rehenes como seguro contra las represalias israelíes, especialmente un ataque terrestre masivo, para intercambiarlos por prisioneros palestinos. Y va a intentar preservarlos hasta que se vean perdidos”, opinó en una entrevista con Reuters, Aaron David Miller, investigador de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.

La operación terrestre a gran escala implica el peligro de tener una enorme cantidad de bajas. Los soldados tendrían que entrar en el centro de la ciudad, con pequeñas calles intrincadas y eso da una ventaja significativa al enemigo. Para esto, el ejército israelí tiene 100.000 soldados con el mejor entrenamiento y armamento, y movilizó a otros 300.000 reservistas. No hay precedentes de una campaña terrestre en Gaza de esta envergadura. “Hay que pensar siempre en el final, no sólo en el comienzo de la guerra. En Gaza hay dos millones de personas ¿Podrán estos soldados controlar a esa población moviéndose en su propio territorio y desesperada?”, se planteaba un analista militar israelí entrevistado por Al Jazeera.

Una unidad del ejército israelí tomando posición en una ruta cercana a la Franja de Gaza. (REUTERS/Ronen Zvulun)
Una unidad del ejército israelí tomando posición en una ruta cercana a la Franja de Gaza. (REUTERS/Ronen Zvulun)

Tampoco se sabe cuál es la verdadera capacidad de Hamas y las otras milicias armadas que controlan la Franja como la Jihad Islámica –más pequeña pero altamente entrenada por los Guardias Revolucionarios iraníes-. Hasta hace una semana, se creía que jamás podrían realizar una operación como la que lanzaron el sábado. Los videos mostraron que cuentan con armas muy sofisticadas como un dron asesino de origen ruso que fue capaz de destruir un tanque de última generación.

“¿Qué sucedería si toda esta operación en realidad es apenas una carnada para que las tropas israelíes se adentren en Gaza y atacarlas con un armamento sofisticado que no teníamos en cuenta que estaba en manos de Hamas?”, se pregunta Héloïse Fayet. Sabemos que Irán está detrás de toda esta ofensiva de los terroristas y que es el Estado que financia, arma y entrena a Hamas y a la Jihad Islámica. ¿Pudo haberle entregado drones kamikazes como los que le provee a Rusia para su invasión a Ucrania?

La otra alternativa que se maneja es un sitio de la Franja, dejando sin electricidad ni agua ni combustible a la población como ocurre en este momento, e iniciar una negociación. El último intercambio de prisioneros de este tipo se produjo en 2011, cuando para recuperar al soldado Gilat Shalit Israel se vio obligado a liberar a mil prisioneros palestinos. “Actualmente es difícil ver cómo un gobierno de extrema derecha y ministros como Itamar Ben Gvir (encargado de Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas) podrían soportar el costo político de una negociación de este tipo. Pero creo que es la opción más probable”, afirmó Vicent Lemire del French Research Centre de Jerusalén en una entrevista con France24. Sobre esta posibilidad hablaron el jueves el secretario de Estado Antony Blinken y el premier Netanyahu.

Ataque aéreo de la aviación israelí sobre la zona de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. (Abed Rahim Khatib/dpa)
Ataque aéreo de la aviación israelí sobre la zona de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. (Abed Rahim Khatib/dpa)

En este momento hay unos 4.500 detenidos políticos palestinos en las cárceles israelíes. “Lo que tenemos en nuestras manos liberará a todos nuestros prisioneros”, pronosticó Saleh al-Arouri, jefe del ala política de Hamás, en una entrevista concedida esta semana a la cadena Al Jazeera. Es evidente que ese es el plan de los terroristas, obtener concesiones a cambio de los prisioneros. Con niños, mujeres y ancianos como rehenes, creen que Israel está mucho más vulnerable que cuando negoció la liberación de soldados. Y no podemos olvidarnos de que Hamas tiene a unos 150 israelíes secuestrados, pero también mantiene como rehenes a la mayoría de los dos millones de habitantes de Gaza, el 42% de estos menores de 14 años.

Lo que vamos a ver en los próximos días será una guerra inédita que se desarrollará en el medio de una extraordinaria crisis humanitaria. El primer ministro Netanyahu que, según la mayoría de los analistas israelíes, contribuyó a la actual situación al dividir al país aliándose a la extrema derecha religiosa para poder aferrarse al poder, atacando a la Corte Suprema de Justicia y promoviendo la expansión de los asentamientos en los territorios palestinos, ahora se enfrenta seguramente al mayor desafío de su carrera política. Fue por eso que convocó a la oposición y con algunos de sus líderes armó un gabinete de guerra. Serán los que decidirán qué deben hacer los soldados israelíes en las próximas horas.

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