(Román Lejtman, enviado especial a Tel Aviv). El 1948, un puñado de sobrevivientes del Holocausto llegaron a Israel y crearon el kibutz Saad, que a través de los años se transformó en un ejemplo comunitario de Israel. La Inteligencia de Hamas puso en la mira al kibutz Saad y desplegó una sangrienta operación que integró los ataques terroristas sucedidos hace casi una semana en territorio israelí.
Pocas horas después de la irrupción desde Gaza, los efectivos militares de Israel combatieron casa por casa contra los fedayines de Hamas y en un enfrentamiento cerca de la Franja cayó un terrorista que escondía un plan de ataque vinculado al kibutz Saad. Ese documento interno de tres carillas estaba escrito en árabe y describe paso a paso la ofensiva sobre el kibutz que, en su momento, contó con la ayuda comunitaria de Jerry Seinfeld.
En la página 2 del plan terrorista, al que accedió en exclusiva Infobae, se puede leer:
“Misión
El equipo 1 tomará el control del este del kibutz. El equipo 2 tomará el control del oeste. Ambos equipos tendrán el objetivo de causar la máxima cantidad de muertes y de tomar rehenes (mientras algunos de los secuestrados son llevados a Gaza en diferentes vehículos”.
Además de ordenar el asesinato masivo de los miembros del kibutz Saad, el paper de Hamas describe con minuciosidad qué tareas previas debían realizar los dos equipos antes de ejecutar su faena terrorista:
“Equipo de combate 1:
1. Abrir el punto de ingreso ya definido en la verja perimetral del blanco.
2. Destruir la cabaña de seguridad en la entrada del kibutz.
3. Tomar el control de las oficinas del kibutz.
3. Tomar el control del comedor.
5. Concentrar los rehenes en el comedor y llevar alguno de ellos a Gaza.
6. Tomar el control de la escuela.
Equipo de combate 2:
1. Neutralizar cualquier amenaza aérea mientras las fuerzas (de Hamas) se estén moviendo.
2. Centralizar a los rehenes y entregarlos al equipo de combate 1.
3. Monitorear el área que pertenece al movimiento juvenil Bnei Akiva.
4. Monitorear la vieja escuela”.
Tras describir la misión fundamentalista, el plan de operaciones enumera la cantidad de terroristas que integraban cada uno de los equipos de combate, las armas que llevarían al ataque contra el kibutz y cómo se moverían en las carreteras del sur de Israel.
“Cada equipo de combate tendrá 13 integrantes (26 terroristas en total más un comandante), usarán dos jeeps y 12 motocicletas, y portarán ametralladoras y equipos de ataque antiaéreos”.
Muchos residentes del kibutz fueron asesinados y heridos por Hamas, y otros se presume que están secuestrados en la Franja de Gaza. Pero también hay sobrevivientes, como Naama Rotenberg, que había festejado ese viernes la fiesta de Sukkot junto a su marido.
“Al otro día, mi esposo me levanta y escucho las explosiones y las sirenas de alerta. Nos fuimos a la sala de seguridad con nuestros cuatro hijos y un amigo”, recordó Rotenberg frente a los periodistas.
Y agregó: “Nos dimos cuenta que algo grande estaba pasando cuando recibimos un mensaje de la seguridad del kibutz diciendo que había que encerrarse en la casa y permanecer en el salón de seguridad. Todo ese día estuvimos adentro del cuarto de seguridad”.
Rotenberg y su familia están a salvo, pero jamás olvidarán ese día escondidos sin hacer ruido mientras los grupos de tareas de Hamas aniquilaban a sus amigos. El plan asignado al kibutz Saad fue meticuloso y su cumplió con exactitud. El paper describía hasta la velocidad y la cantidad de metros que debían recorrer los terroristas para llegar desde la ruta al kibutz fundado por un puñado de sobrevivientes del Holocausto.
Al final del plan se repite el principal objetivo de los terroristas:
“Se atacará el kibutz Saad en el día D a la hora H con el objetivo de tomar el control del kibutz, matar a la mayor cantidad de personas posibles y secuestrar rehenes hasta recibir nuevas instrucciones”.