Son muchos los argentinos que tienen seres queridos en Israel. Por eso, desde el sábado, tras los salvajes ataques terroristas de Hamas, sufren a la distancia por la inédita y triste situación que les toca atravesar a sus amigos y familiares.
Melina Weinstein es una de ellas. Siente impotencia por su gente allá, pero también por la falta de conocimiento en Argentina sobre el histórico conflicto israelí-palestino. Consciente de que las ideologías sesgan y que muchas veces no permiten ver las cosas de una manera objetiva e imparcial, alzó su voz a través de una “carta abierta” en su cuenta de Instagram (@meliweinstein) destinada a “todas las personas no judías”. Su único pedido es visibilizar el conflicto y hacer entender a quienes no les toca tan de cerca la difícil situación que atraviesa la población en Israel. “Compartir lo que está pasando es la única manera de que el mundo deje de caer en discursos erróneos y antisemitas”, dice la joven judía de 26 años que dialogó con Infobae acerca de su publicación, que ya superó los 60 mil “me gusta”.
- ¿Cómo se te ocurrió hacer esta publicación?
- En realidad, yo siento que le escribí un mensaje a mis amigas. Nunca, jamás, tuve la intención de que se divulgara así. Jamás imaginé el impacto que podía llegar a tener. Sentí que necesitaba hablarle desde el corazón a mis amigas, a las personas que me rodean, que no son judías, porque en las redes sociales empezaron a circular muchas publicaciones e historias hacia las personas no judías, pidiéndoles que por favor no miraran para el costado. Me parece que es sumamente necesario porque hay mucha desinformación, mucha fake news y un montón de gente que no lo sabe. Es fundamental para combatir el terrorismo y lo que está pasando. Hay personas que quizás nunca en su vida o muy pocas veces escucharon hablar sobre el conflicto árabe-israelí, que en su vida escucharon a Hamas, que prenden la tele y, según el canal que ven, escuchan una postura y que tienen miedo de decir lo que piensan o lo qué dirán sus seguidores si suben algo apoyando a Israel.
Entonces dije: “necesito hablarle a esta gente desde la empatía, desde la comprensión”. Que sepan que para mí también es difícil, porque yo también dudo si estará bien que publique esto. Refleja realmente lo que pienso. Escribí desde el corazón, desde la empatía y sobre todo con un mensaje que dice “somos humanos”.
Desde ahí es donde nos tenemos que parar y hablar, no callar más allá de cualquier tipo de creencias, ideologías o posturas que podamos tener.
- ¿Imaginaste el impacto que podía tener?
- No, jamás me lo imaginé. De hecho ayer fui a la marcha a favor de Israel (se realizó el lunes en Buenos Aires) y no estuve con el celular. Cuando lo vi dije “¿qué está pasando?” Lo que menos me esperaba, más allá de lo que pasó en Instagram, es que mucha gente conocida compartiera la publicación. Me escribieron muchas personas diciendo “qué lindo esto, yo realmente te quería escribir pero no sabía cómo”. Ese es el impacto con el que me quedo y el que jamás me imaginé que podía llegar a tener.
- ¿Qué respuestas recibiste?
- La gran mayoría son mensajes diciendo “gracias”. Y creo que detrás de ese gracias hay personas que se sintieron comprendidas, que encontraron la manera de expresar lo que hasta ese momento no podían. Y sobre todo, gracias por hablar con el corazón, desde la humanidad, la sinceridad y el miedo. Lo que generó la publicación es una red de personas que desean profundamente que esto se termine, que no son indiferentes y que están dispuestas a contener, abrazar, escuchar, dialogar y también compartir, que era uno de los principales objetivos de esta publicación. Lo único que nos une, y es un poco lo que intentaba transmitir, es la humanidad. El mundo está lleno de buenas personas y lo que está pasando ahora no nos puede hacer creer que el mundo es un lugar en el que se puede secuestrar, matar y cometer tantas atrocidades. Mi mensaje es “unámonos desde lo más humano que tenemos”, que estoy segura que lo tienen la mayoría de las personas en todo el mundo.
- ¿Cuál es tu mensaje para aquellas personas que polarizan el conflicto y se niegan a condenar el terrorismo?
Me pasó que por primera vez en mi vida recibí mensajes violentos, de odio. Es muy difícil parar un segundo y decir “voy a responder con paciencia”. Hay gente que habla desde la ignorancia, desde el desconocimiento y que, por más que pueda no tener razón en lo que dice, si le respondes violentamente, lo único que haces es reafirmar que siga haciendo estas cosas. Creo que es al revés, cuando escuchás, cuando abrís un diálogo, lo que pasa es muy diferente. Más allá de los comentarios negativos de la publicación, recibí muchos mensajes por privado de gente que decía “yo realmente quiero saber, me gustaría que me expliques y entender qué está pasando”. Porque había muchos comentarios que decían “¿a vos te parece bien que mueran civiles en la Franja de Gaza?”. Pareciera que el debate es ese, que tenés que estar de un lado o del otro. Y justamente la publicación intenta decir que no, que no son dos lados, es el lado de la vida y estoy segura que todos estamos de ese lado y que sufrimos y nos duele en el alma cada una de las pérdidas inocentes. Me afectan los comentarios violentos, me duelen un montón, pero lo que intento hacer es respirar y agradecer por intervenir, porque hay otras personas que no se animan ni siquiera a preguntar. Y responder con lo que yo sé, abrir las puertas a seguir teniendo esas conversaciones que realmente creo que nos enriquecen. Si queremos combatir la violencia, no se puede hacer con violencia. Sé que es muy difícil, sobre todo cuando te toca tan de cerca, cuando tenés gente en Israel que está desaparecida, que está pasando por los peores momentos de su vida.
- En tu publicación decís que viviste el miedo en “primera persona” en Israel. ¿Cómo fue esa situación?
- Yo viajé varias veces a Israel, una de ellas en julio de 2022, que coincidió con un momento de bombardeos desde Gaza. La situación era muy diferente a la que se está viviendo hoy. Pero sí, tuve que correr al búnker, escuché las sirenas y por un momento en tu cabeza, por más que sabés que existe la Cúpula del Hierro y que es muy poco probable que te pase algo, el riesgo está. “Acá me puede pasar cualquier cosa”, pensé. Fue una situación de mucho miedo.
- ¿Cómo están tus seres queridos allá?
- Están todos encerrados en los búnkeres. Tengo un amigo que está combatiendo, que por muchas horas no supimos nada hasta que logró mandarnos un mensaje. El último que recibimos fue hoy a la mañana (el martes) diciendo que estaba bien. Pero es muy difícil realmente. No podemos pensar en otra cosa que en lo que está sucediendo en Israel.
- ¿Por qué decidiste ir a la marcha a favor de Israel el lunes?
- Con mis amigas dudamos un montón en ir porque teníamos miedo, pero al final dijimos “no podemos no ir”. La gente que está en Israel tiene muchísimo más miedo que todas nosotras. Tenemos que hacernos presentes, demostrar que somos un montón. Estábamos ahí para cantar el himno de la esperanza, para decir acá estamos, para mandar nuestro apoyo. Y fue muy lindo sentir que éramos tantos queriendo lo mismo. No había ningún mensaje de odio hacia la gente de Palestina ni ninguna bandera que no fuera la de Israel. Creo que la cuestión es separar Palestina de Hamas, que son dos cosas distintas, pero que todos lo asocian a lo mismo. Hay mucha propaganda para que eso suceda. A mí me duele lo que sufre el pueblo palestino, pero no se puede defender el terrorismo. Creo que esa es la gran diferencia y es lo que necesitamos que la gente entienda.