La ONG Amnistía Internacional (AI) denunció que son “los civiles de ambos lados” quienes están pagando el precio del nuevo enfrentamiento entre Israel y Hamas y pidieron a las autoridades israelíes y palestinas evitar “un mayor derramamiento de sangre” entre la población civil.
“Las fuerzas de seguridad israelíes y los grupos armados palestinos deben hacer todos los esfuerzos posibles para proteger las vidas de los civiles en el estallido de combates de hoy en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados”, se lee al comienzo de una nota publicada en la página web de AI.
Desde la organización se mostraron “profundamente alarmados por el creciente número de muertes de civiles en Gaza, Israel y la Cisjordania” y exhortaron a ambas partes a cumplir con los principios del Derecho Internacional Humanitario.
“Todas las partes en un conflicto tienen la obligación clara de proteger las vidas de los civiles atrapados en las hostilidades”, dijo la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, quien subrayó que “atacar deliberadamente a civiles, llevar a cabo ataques desproporcionados y ataques indiscriminados que matan o hieren a civiles son crímenes de guerra”.
Callamard pidió a los grupos armados palestinos de la zona que “se abstengan de atacar a civiles y utilizar armas indiscriminadas, como lo han hecho en el pasado, y con mayor intensidad en este caso”, reiterando que estos “actos equivalen a crímenes de guerra”.
“Todos los civiles retenidos como rehenes deben ser liberados inmediata, incondicionalmente e ilesos. Todas las personas cautivas deben ser tratadas con humanidad, conforme al derecho internacional, y recibir tratamiento médico”, se lee en el comunicado.
“Amnistía Internacional urge a la comunidad internacional a actuar con urgencia para salvaguardar a los civiles y prevenir más padecimientos”, agrega.
La Corte Penal Internacional inició una investigación en 2021 sobre la situación en Palestina. Su competencia abarca crímenes de derecho internacional perpetrados por todos los involucrados en los enfrentamientos actuales, así como el crimen de lesa humanidad de apartheid contra las personas palestinas.
El ejército de Israel indicó que aún libraba combates en “22 lugares” con “cientos de infiltrados” que penetraron en el país “por aire, mar y tierra”.
“Estamos en guerra”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al tiempo que ordenaba la movilización de reservistas.
El ejército usará “toda su fuerza para destruir las capacidades militares de Hamas”, que gobierna de facto la Franja de Gaza desde 2007, prometió el mandatario, urgiendo a los palestinos a salir del territorio.
“Reduciremos a ruinas (...) todos esos lugares donde se esconde Hamas”, proclamó en una alocución televisiva.
El Ministerio de Energía ordenó cortar el suministro de electricidad a Gaza, un enclave donde viven 2,3 millones de palestinos.
La escalada dejó “más de 300 muertos” y miles de heridos del lado israelí, según el ejército, que acusó a Hamas de cometer masacres contra los civiles en sus propias casas.
(Con información de Europa Press y EFE)