Armenia acusó este lunes a las fuerzas azerbaiyanas de abrir fuego en una zona fronteriza contra un vehículo que transportaba alimentos a las tropas armenias, una denuncia que el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán desmintió.
El Ministerio de Defensa de Armenia dijo que las fuerzas azerbaiyanas dispararon contra “un vehículo que llevaba alimentos para el personal de los puestos de combate armenios en las afueras de Kut”, cerca de la frontera con Azerbaiyán, cuyas tropas lanzaron este mes una ofensiva relámpago contra el enclave armenio de Nagorno Karabaj.
En el enfrentamiento hubo “víctimas”, agregó el ministerio.
En una campaña militar de 24 horas que comenzó el 19 de septiembre, el ejército azerbaiyano derrotó a las fuerzas armenias de la región, escasamente equipadas y superadas en armamento, y las obligó a capitular. Las autoridades separatistas acordaron entonces disolver su gobierno a finales de este año.
Éxodo masivo
Aunque Bakú se ha comprometido a respetar los derechos de los armenios de Nagorno-Karabaj, la mayoría de ellos huyeron precipitadamente de la región, temiendo represalias o perder la libertad de utilizar su lengua y practicar su religión y costumbres.
El gobierno armenio declaró el lunes que 100.514 de los 120.000 habitantes de la región han cruzado a Armenia.
La ministra de Sanidad armenia, Anahit Avanesyan, declaró que algunas personas habían muerto durante el agotador y lento viaje por la única carretera de montaña hacia Armenia, que llegó a durar 40 horas.
El éxodo se produjo tras nueve meses de bloqueo azerbaiyano de la región, que dejó a muchos afectados por la desnutrición y la falta de medicinas.
Sergey Astsetryan, de 40 años, uno de los últimos residentes de Nagorno Karabaj en abandonar la región en su propio vehículo el domingo, dijo que algunos ancianos han decidido quedarse, y añadió que otros podrían regresar si ven que es seguro para los armenios étnicos vivir bajo el dominio azerbaiyano.
“Mi padre me ha dicho que volverá cuando tenga la oportunidad”, dijo Astsetryan a los periodistas en un puesto de control en la frontera armenia.
Las autoridades azerbaiyanas actuaron con rapidez para reafirmar el control de la región, deteniendo a varios antiguos miembros de su gobierno separatista y animando a los residentes de etnia azerbaiyana que huyeron de la zona en medio de una guerra separatista hace tres décadas a que empiecen a regresar.
Stepanakert, vacía
Las calles de la capital regional, Stepanakert, que los azerbaiyanos llaman Khankendi, aparecían vacías y llenas de basura, con las puertas de las tiendas desiertas abiertas de par en par. En las afueras de la ciudad había puestos de control de la policía azerbaiyana.
En el balcón de un edificio podían verse tropas rusas de mantenimiento de la paz, y otras se encontraban en su base a las afueras de la ciudad, donde estaban aparcados sus vehículos.
El domingo, la fiscalía azerbaiyana emitió una orden de detención contra el ex dirigente de Nagorno-Karabaj Arayik Harutyunyan, que dirigió la región antes de dimitir a principios de septiembre. La policía azerbaiyana detuvo el miércoles a uno de los ex primeros ministros de Harutyunyan, Ruben Vardanyan, cuando intentaba cruzar a Armenia.
“Hemos puesto fin al conflicto”, declaró el Presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en un discurso pronunciado el lunes. “Protegimos nuestra dignidad, restauramos la justicia y el derecho internacional”.
Añadió que “nuestra agenda es la paz en el Cáucaso, la paz en la región, la cooperación, los beneficios compartidos, y hoy lo demostramos”.
Tras seis años de luchas separatistas que terminaron en 1994 tras el colapso de la Unión Soviética, Nagorno-Karabaj quedó bajo control de las fuerzas de etnia armenia, respaldadas por Armenia. Tras una guerra de seis semanas en 2020, Azerbaiyán recuperó partes de la región en el sur de las montañas del Cáucaso junto con el territorio circundante que las fuerzas armenias habían capturado anteriormente.
Acusaciones a Rusia
Las autoridades armenias han acusado a las fuerzas de mantenimiento de la paz rusas, desplegadas en Nagorno-Karabaj tras la guerra de 2020, de permanecer inactivas y no detener la embestida azerbaiyana. Las acusaciones fueron rechazadas por Moscú, que argumentó que sus tropas no tenían mandato para intervenir.
Las acusaciones mutuas han tensado aún más las relaciones entre Armenia y su viejo aliado Rusia, que ha acusado al gobierno armenio de inclinarse a favor de Occidente.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, alegó el jueves que el éxodo de armenios étnicos de Nagorno-Karabaj equivalía a “un acto directo de limpieza étnica y de privar a la gente de su patria”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán rechazó enérgicamente las acusaciones de Pashinyan, argumentando que su marcha fue “su decisión personal e individual y no tiene nada que ver con un traslado forzoso.”
Una delegación de las Naciones Unidas llegó el domingo a Nagorno-Karabaj para supervisar la situación. La misión es la primera de la organización a la región en tres décadas, debido a la “muy complicada y delicada situación geopolítica” allí, dijo el viernes el portavoz de la ONU Stephane Dujarric.
Las autoridades locales calificaron la visita de formalidad. Hunan Tadevosyan, portavoz de los servicios de emergencia de Nagorno-Karabaj, dijo que los representantes de la ONU habían llegado demasiado tarde y que el número de civiles que quedaban en la capital regional de Stepanakert podía “contarse con una mano”.
“Recorrimos toda la ciudad pero no encontramos a nadie. No queda población en general”, afirmó.