Una misión de las Naciones Unidas llegó el domingo a Nagorno-Karabaj, según Azerbaiyán, después de que casi toda la población de etnia armenia huyera desde que Bakú reconquistara el enclave separatista.
Un portavoz de la presidencia azerbaiyana declaró a la AFP que “una misión de la ONU llegó a Karabaj el domingo por la mañana”, principalmente para evaluar las necesidades humanitarias.
Es la primera vez en unos 30 años que el organismo internacional accede a la región.
Los separatistas armenios, que habían controlado la región durante tres décadas, acordaron desarmarse, disolver su gobierno y reintegrarse en Bakú tras una ofensiva azerbaiyana de un día de duración la semana pasada.
Francia ha arremetido contra Azerbaiyán por no permitir la entrada de la misión hasta que la mayoría de los residentes ya habían huido.
El fin del intento separatista de Karabaj supuso un duro golpe para el sueño secular de los armenios de reunificar lo que dicen que son sus tierras ancestrales, divididas entre potencias regionales desde la Edad Media.
Casi todos los 120.000 habitantes de Karabaj huyeron del territorio en los días siguientes, provocando una crisis de refugiados.
Nazeli Baghdasaryan, portavoz del primer ministro armenio, declaró que “100.483 desplazados forzosos llegaron a Armenia” el domingo por la mañana.
Dijo que 45.516 refugiados se encontraban ahora en alojamientos provisionales.
El viernes pasado el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, anunció que se había acordado con el Gobierno de Azerbaiyán el envío este fin de semana de una misión a Nagorno Karabaj. Según Dujarric, al frente la misión estarían Ramesh Rajasingham, un alto funcionario de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y la coordinadora residente en Azerbaiyán, Vladanka Andreeva.
El Gobierno de Armenia ha denunciado que Azerbaiyán lleva a cabo una “limpieza étnica”, ante lo cual Bakú replica que no fuerza a los armenios a marcharse, pero insiste en que los que se queden en Nagorno Karabaj deben acatar la legislación azerbaiyana, con sus derechos y obligaciones.
Página trágica
El domingo, Armenia celebró un día nacional de oración por la región. Las campanas repicaron en las iglesias de todo el país, y el jefe de la Iglesia Apostólica Armenia, Karekin II, dirigió un servicio religioso en la principal catedral del país, Echmiadzin, cerca de la capital, Ereván.
Los clérigos, ataviados con túnicas ornamentadas, entonaron cánticos ancestrales en un altar al aire libre situado en el exterior de la imponente catedral, construida en piedra caliza de color rosa pálido.
Cientos de personas asistieron al servicio religioso en la iglesia de San Sarkis, en Ereván.
“Hoy se escribe una de las páginas más trágicas de la historia armenia”, declaró a la AFP Mariam Vartanyan, de 28 años, entre la multitud de fieles envueltos en el humo del incienso.
El arquitecto Artur Hayrapetyan, de 25 años, dijo: “Rezo por el fin de este desastre en Karabaj, por la supervivencia de Armenia”.
Armenia, un país de 2,8 millones de habitantes, se enfrenta a un gran reto para albergar la repentina afluencia de refugiados.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja anunció el viernes un llamamiento de emergencia por valor de 20 millones de francos suizos (22 millones de dólares) para ayudar a los que huyen.
Azerbaiyán mantiene ahora conversaciones de “reintegración” con los líderes separatistas, al tiempo que detiene a algunos altos cargos de su antiguo gobierno y mando militar.
El Presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, y el Primer Ministro armenio, Nikol Pashinyan, se reunirán el jueves en la ciudad española de Granada para mantener conversaciones con mediación occidental encaminadas a poner fin a su histórica enemistad.
Las relaciones entre los dos países, envenenadas por el odio étnico derivado de tres guerras en otras tantas décadas, han fracasado hasta ahora en varias rondas de negociaciones mediadas por Bruselas y Washington.
(Con información de AFP y EFE)