El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania celebró este sábado que ya son casi 10.000 las hectáreas de terreno de cultivo que han sido desminadas desde el inicio de la guerra de Rusia.
En un comunicado difundido en redes sociales, los funcionarios dieron cuenta del avance de estas tareas, que son una de las operaciones clave de su contraofensiva, que les permiten seguir con la reconquista de sus territorios.
“En total, desde el comienzo de la agresión armada a gran escala de Rusia contra Ucrania, los grupos de desminado de las unidades de mando de apoyo de las Fuerzas Armadas de Ucrania limpiaron de artefactos explosivos más de 9.992 hectáreas de terrenos agrícolas y retiraron y desactivaron 120.846 artefactos explosivos”, precisó el escrito.
De esas cifras, 860 hectáreas fueron inspeccionadas y limpiadas en la última semana, donde se desactivaron unas 3.168 minas, agregó.
Kiev se convirtió, a raíz de las acciones de las tropas rusas, en el país más minado del mundo, con una superficie total saboteada equivalente al estado de Florida o a Uruguay. Estos explosivos ya se han cobrado la vida de al menos 298 civiles -22 de ellos, niños- y han herido a otros 632, por lo menos, según informaron expertos de las Naciones Unidas.
Informes elaborados por Human Rights Watch expusieron que Moscú llenó los campos con al menos 13 tipos distintos de minas antipersonal, junto con trampas explosivas que se activan ante el paso de las víctimas, y no distinguen entre combatientes y no combatientes.
Además, las tropas de Volodimir Zelensky denunciaron a comienzos de agosto que los enemigos habían colocado estas bombas en el camino que transitan los expertos del OIEA que visitan la central nuclear de Zaporizhzhia.
“El OIEA ha tenido conocimiento de la colocación de minas fuera del perímetro de las instalaciones y también en lugares concretos del interior. Nuestro equipo ha planteado este hallazgo específico a la central y contestaron que se trata de una decisión militar, en una zona controlada por militares”, comentó entonces el director general del Organismo, Rafael Grossi.
“Tener tales explosivos en el emplazamiento es incoherente con las normas de seguridad del OIEA y las orientaciones sobre seguridad nacional, y crea una presión psicológica adicional sobre el personal de la planta”, agregó.
Apenas unas semanas después, los ucranianos confirmaron que habían neutralizado estas amenazas y difundieron un video de la 36° Brigada de Infantería de Marina limpiando un campo en una zona cerca de Huliaipole.
Según explicaron, se trata de una parte clave de su contraofensiva y la principal razón por la que su avance se demoró en el verano.
De todas formas, será una tarea larga que, según el primer ministro de Ucrania, Denis Shmigal, podría costar unos 35.000 millones de euros al país.
“Según las estimaciones del Banco Mundial, será necesario gastar más de 37 mil millones de dólares para limpiar las zonas minadas”, comentó y enfatizó que “Rusia deja tras de sí una estela mortal. Las minas son un arma de guerra que permanece activa mucho después de la desocupación, después de la guerra”.
(Con información de EFE)