El Papa nombró este sábado en una ceremonia en la plaza de San Pedro a 21 nuevos cardenales, entre los que se encontraban dos españoles, tres argentinos, un colombiano y un venezolano y que son ejemplo de la Iglesia universal que quiere Francisco.
De estos, 18 nuevos purpurados son menores de 80 años y por tanto podrán ser electores en un futuro cónclave para elegir al próximo pontífice. Actualmente hay 137 cardenales electores, aunque cinco cumplirán el límite de edad en estos últimos meses de 2023.
Los dos españoles son el recién nombrado arzobispo de Madrid, José Cobo; y el rector de los Salesianos, Ángel Fernández Artime. Con estos nombramientos, España contará con 14 cardenales, de los que 8 podrán entrar en la capilla Sixtina para elegir al sucesor de Francisco y se convierte en el tercer país más representado tras Italia y Estados Unidos.
Mientras que los argentinos son el nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández “Tucho”, amigo personal de Francisco y llamado a ejercer un rol clave en Roma como “guardián de la fe”, y el arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi. Argentina contará así con cuatro electores en un cónclave.
Aunque no podrá estar en un futuro cónclave para elegir al próximo papa por haber superado los 80 años, fue nombrado cardenal el capuchino argentino Luis Pascual Dri, de 96 años, quien fue confesor de Jorge Bergoglio y se encuentra en el Santuario de Nuestra Señora de Pompeya de Buenos Aires y no pudo asistir a la ceremonia por su avanzada edad.
Además recibió la púrpura el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, Luis Rueda Aparicio, quien se convierte así en el único purpurado elector del país.
Mientras que el Papa también nombró cardenal, aunque mayor de 80 años y por tanto no elector, al venezolano Diego Padrón Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná.
Ante decenas de miles de personas reunidas en la plaza y la presencia de 75 cardenales llegados para este consistorio y tras la lectura en latín del ritual de creación de cardenales y la proclamación de los mismos, los purpurados se presentaron uno a uno ante el pontífice para recibir de rodillas el birrete cardenalicio rojo y el anillo, que son los dos signos del cardenalato.
Asimismo, a cada cardenal, se le asignó el título o diaconía de una Iglesia de Roma, símbolo de la ayuda al papa en la diócesis de Roma.
Cada cardenal estuvo acompañado por una delegación de su país. En el caso de los españoles, en representación del Gobierno, estuvo el ministro de presidencia en funciones, Felix Bolaños, en calidad de ministro responsable de las relaciones con la Iglesia Católica.
La primera dama de Colombia, Veronica Alcocer, también viajó a Roma para acompañar al arzobispo de Bogotá.
(Con información de EFE)