Las autoridades de Armenia dijeron que para este jueves ya eran más de 70.000 los karabajíes que habían abandonado sus hogares en Nagorno Karabaj y se habían desplazado hasta su territorio en busca de refugio.
Nazeli Baghdasarián, portavoz del Primer Ministro armenio, declaró que un total de 70.500 desplazados forzosos llegaron desde Artsaj en los últimos cinco días, lo que representa más de la mitad de la población total allí.
De ellos, 50.866 ya han sido registrados y la mayoría tiene familia o vivienda de amigos en Armenia mientras que los restantes reciben alojamiento provisto por el Estado.
Los desplazamientos masivos comenzaron este domingo y estuvieron plagados de obstáculos y dificultades. Ese mismo día por la noche, la única ruta que conecta Nagorno Karabaj con Armenia ya estaba colapsada por la cantidad de autos que salían del lugar.
El lunes por la noche explotó un depósito de combustible en una gasolinera donde muchas personas formaban fila para poder huir también. Se registraron al menos 68 víctimas mortales, unos 300 heridos y más de un centenar de desaparecidos.
Además, se dio una escasez de combustible ante el repentino aumento en la demanda.
“Todos trabajaron durante la noche y cabe señalar que la intensidad de las llegadas no ha disminuido en absoluto, y seguimos atendiendo a unas 1.000 personas por hora, dirigiendo y llevando a cabo su registro”, señaló al respecto Baghdasarián.
Para apoyar esta migración, el Gobierno armenio dispondrá -una vez aliviada la congestión en el corredor de Lachin- unos 35 autobuses que transportarán a los karabajíes que no tengan vehículo propio desde la capital -Stepanakert- hasta el país.
Este éxodo armenio se dio como respuesta al reciente anuncio del Gobierno de este enclave separatista de que, a partir del 1 de enero de 2024, la República sería disuelta y, por tanto, dejaría de existir.
En un decreto, el dirigente Samvel Shajramanyan, señaló que, a partir del nuevo año, la república fundada hace más de tres décadas “cesa su existencia”.
Como respuesta a este anuncio, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, denunció que se está llevando a cabo una “limpieza étnica” allí y aseguró que, en los próximos días, no quedará ningún armenio en el territorio.
“Es doloroso. Toda nuestra vida ha quedado reducida a un polvo”, lamentó Lilit Grigorian, una maestra de 32 años que esperaba cruzar la frontera por medio, al igual que tantos otros, de que no se respeten sus derechos y su seguridad.
En este contexto, Pashinián urgió también al apoyo de la comunidad internacional, tal como lo hizo días atrás su ministro de Asuntos Exteriores, Ararat Mirzoyan, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En aquel encuentro, el funcionario pidió el envío “inmediato” de una “misión” de la ONU a Nagorno Karabaj para evaluar y controlar la situación sobre el terreno.
“La comunidad internacional debería hacer todos los esfuerzos posibles para el despliegue inmediato de una misión interinstitucional de la ONU en Nagorno Karabaj con el objetivo de vigilar y evaluar los derechos humanos y la situación humanitaria y de seguridad en el terreno”, dijo.
(Con información de AFP, EFE y AP)