El régimen de China insiste en que ha eliminado de una barrera flotante en el Mar de China Meridional en un esfuerzo por retomar el “control regular” de la región, tras un incidente que aumentó la tensión con Filipinas en torno al disputado atolón Scarborough.
“El barco oficial de la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos de Filipinas (BFAR) entró ilegalmente en aguas cercanas a la isla china de Huangyan sin la aprobación del gobierno chino”, dijo Gan Yu, portavoz de la Guardia Costera de China, a última hora del miércoles, usando el nombre chino de Scarborough.
Gan Yu continuó explicando la decisión del régimen de Beijing, afirmando que “(China) desplegó temporalmente redes de bloqueo en respuesta a la intrusión del barco filipino en la laguna, y luego tomó la iniciativa de recuperar las instalaciones de bloqueo y reanudar el control normal el 23 de septiembre”.
Los comentarios de Gan contradicen la versión de Filipinas, que el lunes exhibió un video y anunció una “operación especial” para eliminar un cordón de 300 metros instalado por China frente al banco de arena. Además afirmó que Beijing había retirado los restos de la barrera al día siguiente. Según Gan, la eliminación de la barrera fue una “completa invención de los hechos” por parte de Filipinas y acusó al país de haber organizado un “drama autoinducido y dirigido”.
China también expresó su determinación de continuar llevando a cabo actividades en las aguas y de “salvaguardar resueltamente la soberanía y los derechos marítimos de China” en la región del Mar de China Meridional.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, reiteró la postura de China de que Scarborough es territorio chino y que Beijing siempre defenderá su soberanía y sus intereses marítimos en la zona. Wang desestimó la acción de Filipinas como una “farsa para su propia diversión”.
Scarborough Shoal, situada a unos 220 kilómetros de Filipinas y casi 900 kilómetros de China, ha sido objeto de disputa durante años. China ha reclamado históricamente la isla como parte de su territorio ancestral desde el siglo XIII, mientras que Filipinas argumenta que el banco forma parte de su zona económica exclusiva bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
El tribunal internacional falló en 2016 en contra de los reclamos de Beijing sobre la mayoría del denominado Mar de China Meridional, pero el régimen rechazó el fallo. A pesar de la decisión del tribunal, las tensiones persisten en la región, alimentadas por el creciente juego de poder entre China y Estados Unidos en el Indo-Pacífico.
En años recientes, China ha impedido el acceso de los pescadores filipinos a Scarborough, lo que llevó a Filipinas a llevar el caso ante el tribunal internacional. Aunque en 2016 se permitió a los pescadores filipinos regresar a la zona después de una mejora en las relaciones entre los dos países, las tensiones han vuelto a aumentar en medio de la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos en la región.
La eliminación de la barrera flotante por parte de Beijing marca un desarrollo significativo en las disputas en el Mar de China Meridional y un gesto que podría aliviar las tensiones, aunque la situación en la región continúa siendo compleja y delicada.