El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigú, llegó este martes a Irán en medio de una visita oficial en la que buscará profundizar aún más y coordinar la cooperación militar entre las naciones. Se trata de un “paso importante” en las relaciones bélicas, indicaron agencias de noticias de Moscú.
Shoigú fue recibido por la Guardia de Honor en la sede del Estado mayor de las Fuerzas Armadas junto con el general Mohammad Bagheri.
“Durante la visita, la delegación mantendrá conversaciones con líderes militares” del régimen persa, declaró el Ministro a su llegada y agregó que esta visita “contribuirá a fortalecer los lazos militares ruso-iraníes y marcará un paso importante en el desarrollo entre los dos países”.
Su primer encuentro fue con Bagheri y tuvo tres ejes centrales: el desarrollo de la diplomacia de defensa, la ampliación de la cooperación bilateral y la gestión de amenazas comunes.
Este viaje se da en medio de las denuncias y sanciones de la comunidad internacional sobre ambos países, los cuales están señalados por mantener vínculos e intercambios armamentísticos en el marco de la guerra en Ucrania.
Puntualmente, Occidente acusa a Teherán de proveer a las tropas de Moscú grandes cantidades de drones y explosivos que son utilizados a diario en los ataques sobre Ucrania que, además, muchas veces están dirigidos a objetivos civiles y causan la muerte de cientos de inocentes.
Sin ir más lejos, este mismo martes, unos 18 drones kamikaze Shahid entraron en el espacio aéreo de la provincia de Lviv y, si bien las tropas lograron derribar 15 de ellos, los tres restantes alcanzaron almacenes de empresas y causaron la muerte de al menos un trabajador.
Meses atrás, Infobae tuvo acceso a un contrato que dejaba al descubierto los envíos al Kremlin con todo tipo de municiones y material bélico que incluían cohetes, balas, blindajes para tanques y piezas de artillería. “La conexión es mucho más grande que sólo drones”, explicó al respecto una alta fuerte de seguridad internacional.
Desde julio de 2022, cuando las armas iraníes hicieron sus primeras apariciones en el campo de batalla, a menudo zarpan del puerto de Amirabad, en el Mar Caspio, barcos repletos de municiones que atraviesan las aguas y entregan el cargamento en el puerto de Astrakhan.
También se detectaron aviones rusos que aterrizan en Teherán, recolectan material bélico y parten nuevamente a Moscú.
Por su parte, Irán también recibe aviones de entrenamiento del Kremlin, como las que llegaron a la base aérea de Shahid Babei, en Isfahán el pasado 2 de septiembre y que se suman a las tantas naves comprendidas en los contratos de armas del país con Rusia.
Frente al avance de la contraofensiva de las tropas ucranianas, con el apoyo de las armas y el entrenamiento de los aliados de Occidente, Putin ha quedado en una posición muy debilitada.
Sumado a las victorias de Kiev, que han llevado a sus tropas a retroceder en sus filas, las sanciones que pesan sobre su país lo han dejado al margen de los intercambios con el mundo y, por tanto, se vio obligado a recurrir a viejos aliados en busca de municiones y artillería para poder continuar su ofensiva.
Es por ello que, también, el líder del Kremlin ha mantenido reuniones con el dictador norcoreano Kim Jong-un y con su homólogo chino, Xi Jinping, con quien, este mismo martes, se anunció un próximo encuentro en Beijing.
(Con información de AFP y EFE)