El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO ha decidido no incluir a Venecia en su lista de sitios en peligro. La decisión se anunció durante una reunión del comité en Riad (Arabia Saudí) y se produce a pesar de las advertencias y recomendaciones previas de los expertos sobre el estado vulnerable de la ciudad debido al cambio climático, el turismo masivo y el desarrollo.
Luigi Brugnaro, alcalde de Venecia, saludó la decisión como una “gran victoria”, afirmando que el mundo ha reconocido los esfuerzos realizados para preservar la ciudad. A través de las redes sociales, expresó sus sentimientos: “Venecia no está en peligro”, le dijo a la agencia EFE. El Ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, se hizo eco de las palabras del alcalde y calificó la medida de poner a Venecia bajo escrutinio de “medida indebida” carente de datos objetivos, según reportó Reuters.
Sin embargo, no todos comparten esta visión optimista. Adam Markham, subdirector de clima y energía de la Union of Concerned Scientists, expresó su frustración por la decisión. Afirmó que Venecia necesita medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático y el exceso de turismo. Del mismo modo, un grupo de ciudadanos de Venecia lamentó la decisión, atribuyéndola a la diplomacia italiana más que a una evaluación objetiva del estado de la ciudad.
El comité de la UNESCO reconoció que quedan importantes cuestiones por resolver para la adecuada conservación de Venecia. Entre ellos, los retos relacionados con el turismo de masas, los proyectos de desarrollo y el cambio climático. La organización tiene previsto enviar una delegación a Venecia y presentar un nuevo informe en febrero del año que viene para revisar el estado de la ciudad.
La lucha de Venecia: Una mirada más de cerca
Venecia se enfrenta a una serie de problemas que amenazan su sostenibilidad a largo plazo. La población del centro histórico se ha reducido a menos de 50.000 habitantes por primera vez desde que se empezaron a llevar registros en 1871. Este descenso se atribuye a diversos factores, entre ellos la transformación de edificios residenciales en alojamientos turísticos.
Además, Venecia es cada vez más vulnerable a los efectos del cambio climático. La ciudad ha implantado el sistema antiinundaciones MOSE, una serie de barreras diseñadas para contener las mareas altas. A pesar de ello, la ciudad sigue sufriendo frecuentes y dañinas inundaciones, conocidas localmente como “acque alte”, que erosionan los edificios al saturar sus muros con agua salada.
En un intento de gestionar la abrumadora afluencia de turistas, el ayuntamiento aprobó recientemente una polémica tasa de entrada de 5 euros para los visitantes de un día, a partir del año que viene. Con esta medida se pretende poner freno a los millones de turistas que visitan anualmente la ciudad, que han alcanzado los cinco millones en lo que va de 2023, según reportó hoy The New York Times.
El camino por recorrer
Aunque la decisión de la UNESCO ha dado a Italia más tiempo para desarrollar nuevas medidas de conservación, también ha puesto de relieve los complejos y polifacéticos retos a los que se enfrenta Venecia. Según The New York Times, varios delegados presentes en la reunión del Comité del Patrimonio Mundial sugirieron que Italia acogiera una nueva misión asesora en los próximos meses para supervisar la eficacia de sus esfuerzos de conservación.
Mientras Venecia afronta estos retos, el mundo la observa de cerca. La decisión de no incluir la ciudad en la lista “En Peligro” puede ofrecer un respiro temporal, pero también sirve como recordatorio de que queda mucho trabajo por hacer para asegurar el futuro de esta emblemática ciudad.
(Con información de EFE, NPR, The New York Times y Reuters)