El régimen ruso destituyó hoy al jefe de la agencia de aviación civil (Rosaviatsia), Alexandr Neradko, cuya estructura confirmó el pasado 23 de agosto el siniestro del avión privado en el que viajaba el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin.
Neradko, que encabezaba la agencia desde 2009, será sustituido por su segundo, Dmitri Yardov, según informó el ejecutivo en su página web.
Según el diario “Izvestia”, el funcionario había sido criticado en varias ocasiones por el Gobierno por desoír sus recomendaciones, en especial las que le hacía llegar el ministro de Transporte, Vitali Saveliev.
Rosaviatsia informó sobre la tragedia del avión en el que volaba Prigozhin, sus principales comandantes y tres tripulantes.
La prensa destacó entonces la celeridad y transparencia con la que la agencia había informado sobre el suceso, del que los wagneritas más radicales, la oposición y Occidente responsabilizan al presidente, Vladímir Putin.
Al día siguiente, Putin calificó el suceso de “catástrofe aérea”, aludió a los “errores” cometidos por Prigozhin, en alusión a la fallida rebelión armada que protagonizó en junio, y prometió que la investigación llegaría “hasta el final” para esclarecer lo ocurrido.
Al respecto, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, negó hoy que la investigación se haya ralentizado.
“No lo vemos así. Esta es una investigación complicada, un suceso complicado”, dijo.
En su momento Peskov descartó la posibilidad de la participación de instituciones internacionales en la investigación de la tragedia.
Según la prensa rusa, el Comité Interestatal de Aviación, entidad con sede en Moscú que investiga incidentes y accidentes en la postsoviética Comunidad de Estados Independientes, no investigará este suceso acorde a las normas internacionales.
El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) y la Empresa Brasileira de Aeronáutica (EMBRAER), fabricante de la siniestrada aeronave, expresaron su disposición a participar en la investigación del siniestro.
El avión Embraer en el que viajaba Prigozhin junto a otros nueve ocupantes, algunos altos mandos del grupo de mercenarios rusos Wagner, se estrelló en la región de Tver mientras se dirigía de Moscú a San Petersburgo.
Hasta el momento no se ha dado ninguna información oficial sobre las causas del siniestro, pero entre las principales versiones se encuentra el estallido de una bomba a bordo.
Peskov negó categóricamente que el jefe del Kremlin diera la orden de liquidar al líder de Wagner, cuyas funciones serían ahora ejercidas por otras compañías privadas adscritas al Ministerio de Defensa y por la Guardia Nacional.
En su momento, el Kremlin reconoció que un “error deliberado” está entre las posibles causas del accidente aéreo en el que murió el líder mercenario Yevgeny Prigozhin.
En declaraciones a los periodistas durante su conferencia telefónica diaria, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló que existen “diferentes versiones” de lo sucedido y que “se están considerando”, entre ellas “digámoslo así, un error deliberado”.
Instó a los periodistas a esperar a que concluya la investigación del Comité de Investigación ruso y dijo que no puede haber una investigación internacional al respecto. El Comité informó la semana pasada de que había abierto una causa penal por violación de la seguridad de vuelo, una acusación habitual en las investigaciones de accidentes aéreos en Rusia cuando no hay motivos inmediatos para sospechar que hubo delito.
Un avión de negocios en el que viajaban Prigozhin, fundador y líder de la fuerza militar privada Wagner, y sus principales lugartenientes se estrelló a medio camino entre Moscú y San Petersburgo, matando a las 10 personas que iban a bordo.
El accidente se produjo exactamente dos meses después de que Prigozhin organizara una efímera rebelión armada contra la cúpula militar rusa, que supuso el mayor desafío a la autoridad de Vladimir Putin en sus 23 años de gobierno. El Kremlin ha negado su implicación en el accidente.
(Con información de EFE)