La cifra de muertos a raíz de las devastadoras inundaciones en la ciudad de Derna, en Libia, ya alcanzó los 11.300, según informó este jueves la Media Luna Roja del país. La actualización le sigue a declaraciones del alcalde de la localidad, Abdulmenam al Gaizi, que precisó que el número de víctimas podría ascender hasta las 20.000.
Mientras avanzan las tareas de búsqueda y rescate, tras el colapso de dos presas por las intensas lluvias, la secretaria general del grupo, Marie el-Drese indicó que otras 10.100 personas permanecen desaparecidas y 30.000 fueron desplazadas por la subida del agua.
“Podemos confirmar que miles de personas han perdido la vida, miles están desaparecidas y miles han perdido sus hogares pero los números finales serán establecidos por nuestros equipos que están evaluando la situación en el terreno”, dijo el delegado de la FICR, Tamer Ramadan, quien comparó la situación con el gran terremoto que días antes azotó Marruecos. En tanto, el jefe de la delegación de Libia de la Cruz Roja dijo que “este desastre fue violento y brutal. Una ola de siete metros de altura arrasó edificios y arrastró infraestructuras al mar. Ahora hay familiares desaparecidos, cadáveres que vuelven a la costa y casas destruidas”.
Por su parte, un funcionario de la ONU declaró que la mayoría de las víctimas de este evento podrían haberse evitado mientras que Petteri Taalas, jefe de la Organización Meteorológica Mundial sentenció que “si el servicio meteorológico hubiera funcionado con normalidad, habría podido emitir las alertas”.
“Las autoridades de gestión de emergencias habrían podido llevar a cabo la evacuación”, agregó.
Este domingo por la noche el ciclón Daniel se presentó en el país, causando destrozos en diversas ciudades, entre ellas Derna, la más afectada. Allí, las fuertes lluvias generaron el derrumbe de dos presas en las afueras de la ciudad, que sólo empeoraron la situación. Se estima que la gravedad de los daños representan la destrucción del 25% de la ciudad.
Si bien la OMM había emitido alertas 72 horas antes de los sucesos, tanto a las autoridades por correo electrónico como en los medios de comunicación, no se había dado aviso alguno de la posibilidad del colapso de las represas.
A eso se sumó que, según indicó al Gaizi, estas estructuras llevaban sin mantenimiento desde 2008 a causa de la crisis política que enfrenta el país desde el levantamiento de 2011 en el que Muammar Gadhafi fue derrocado.
Libia, un país rico en petróleo, pasó la mayor parte de la última década dividida entre gobiernos rivales, uno en el este y otro en la capital, lo que repercutió en cuestiones básicas en el país, como las obras públicas y su correcta conservación.
Registros públicos indican que se había asignado más de 2 millones de euros a estas tareas entre 2012 y 2013 pero ese dinero nunca llegó a destino.
De todas formas, mientras se realizan las investigaciones pertinentes, funcionarios y equipos de resctatistas trabajan contrarreloj registrando edificios destruidos, peinando el mar frente a la ciudad y brindando asistencia a todos los afectados.
Se cree que un número incalculable de personas podrían estar sepultadas bajo montañas de barro y escombros de todo tipo: vehículos volcados, restos de establecimientos y trozos de hormigón de hasta cuatro metros.
A la vez, el ministro de Sanidad de la Libia oriental, Othman Abduljaleel, comentó que se crearon fosas comunes en las afueras de la ciudad -donde ya se enterraron más de 3.000 personas- y otro tanto fueron trasladadas a pueblos y ciudades cercanas.
En otras zonas cercanas a Derna como Bayda, Susa, Um Razaz y Marj se identificaron unas 170 personas muertas por el paso de la tormenta.
(Con información de AP)