China continúa firme en su deseo por hacerse con el control de Taiwán, de la forma que sea.
Este martes, como parte de sus planes, el régimen de Xi Jinping presentó un proyecto de “integración” económica con la isla, con el que busca promover el acercamiento e intercambios entre ambos territorios.
Las 21 medidas, promovidas por el Comité Central del Partido Comunista chino (PCCh) y el Consejo del Estado, incluyen propuestas de vivienda, estudio y trabajo en China para los taiwaneses. El “equivalente a esbozar el futuro plan de desarrollo de la isla”, según lo describió el Global Times, un medio de comunicación de línea dura respaldado por el Estado comunista.
Una de ellas se centra en la provincia costera de Fujian, que Beijing busca convertir en una “zona de demostración” de este desarrollo integrado, con facilidades en servicios sociales y matriculación en escuelas para los isleños que elijan mudarse allí. También se aspira a profundizar la cooperación industrial.
“La medida tiene como objetivo profundizar en el desarrollo integrado a través del estrecho en todos los campos y avanzar en la reunificación pacífica de la madre patria”, informó al respecto el medio oficial estatal China Daily.
A la par de Fujian, “ciudades pares” como Xiamen, Kinmen, Fuzhou y Matsu tendrán “un papel aún más destacado” en la iniciativa. Kinmen y Matsu son dos islas clave, ubicadas a pocos kilómetros de China continental y con grandes lazos culturales y económicos pero que están bajo control de Taiwán, lo que explica por qué Beijing ha puesto el foco sobre ellas.
A pesar del entusiasmo del régimen de Xi Jinping, la noticia no fue bien recibida por el Ejecutivo de Tsai Ing-wen y por los isleños que, en su mayoría, se oponen a las aspiraciones de unificación chinas.
“El Gobierno chino ha cortado puerros [expresión utilizada para describir a inversores crédulos en los mercados chinos] entre su propio pueblo y ahora se dirige a los taiwaneses”, señaló un comentarista de un medio local que se mostró escéptico en medio de la crisis del mercado inmobiliario en el país, los obstáculos en su recuperación económica y las crecientes denuncias a los funcionarios por prácticas autoritarias.
Por su parte, varios residentes de Taipei declararon tampoco estar interesados en la propuesta. Terry Hung, un trabajador de la industria farmacéutica de 37 años, señaló que es “muy arriesgado”.
“No quiero invertir en propiedades en una nación comunista, compartiendo mis propiedades con ese gobierno. No quiero trabajar en un país autocrático porque los derechos humanos y laborales están todos controlados por el Gobierno. Si un día tu opinión no coincide con su postura, corres el riesgo de que te arresten o te detengan”, explicó.
Inclusive, Hsieh, una profesora jubilada, agregó que “el ambiente político y el entorno en China son tan diferentes que los taiwaneses podrían no adaptarse”.
El anuncio del régimen se dio a la par que Beijing envió el mayor número de buques de guerra a las aguas de Taiwán, una nueva muestra de que, si bien Xi avanza con sus planes pacíficos de reunificación, no ha descartado el uso de la fuerza y que, por otro lado, envía un mensaje contradictorio a los incentivos dados a los taiwaneses
Este lunes, el Ejército Popular de Liberación (EPL) ordenó maniobras de un grupo de portaaviones de ataque, liderado por la nave Shandong, junto con docenas de aviones de guerra. “Representa sin duda una nueva amenaza”, indicó el general Huang Wen-chi.
Al día siguiente, el Ministerio de Defensa japonés alertó de la presencia de dos flotillas de ocho buques de guerra en el estrecho de Miyako, al sur de Okinawa.
Luego de que este miércoles se detectaran otras 36 salidas de aviones de guerra, el analista del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional, Su Tzu-yun, advirtió al Financial Times que, de cambiar su rumbo de las aguas niponas, el grupo del martes podría converger con la flota liderada por el Shandong y resultar en las mayores maniobras jamás vistas en las que participe un portaaviones chino.
Cabe destacar que la última vez que el EPL había desplegado el Shandong sobre la isla fue tras la reunión de la Presidente con su homólogo en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
En ese sentido, analistas explicaron que las maniobras de esta semana pueden responder a los ejercicios conjuntos de Washington con los aliados y los recientes tránsitos en el estrecho.
Por otro lado, la cartera de Defensa de la isla advirtió sobre el Fujian, el tercer y mayor portaaviones de Beijing, que podría entrar en funciones “una vez finalizadas las pruebas de mar en 2025″ y que representa “una gran amenaza marítima a la que debemos enfrentarnos activamente en el futuro”.
El Fujian pesa unas 80.000 toneladas y es el primer portaaviones del EPL equipado con un sistema electromagnético de lanzamiento de aviones. Esto lo pone al frente del Shandong y del Liaoning, que son más pequeños y utilizan rampas de salto menos eficaces en el despegue de naves.
En este contexto, Taiwán se prepara, por su parte, para celebrar sus elecciones presidenciales. Taipei irá a las urnas el próximo enero en unos comicios que ya se prevé que cuenten con gran influencia de Beijing -tal como ha ocurrido en el pasado-.
Los esfuerzos de Xi se centran, principalmente, en debilitar al Partido Democrático Progresista (PDP), que es el mayor defensor de la independencia de Taiwán y cuyo candidato, el vicepresidente Lai Ching-te, lidera en las encuestas.