El conflicto que enfrenta desde mediados de abril al Ejército de Sudán y a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) ha obligado ya a casi cinco millones de personas a abandonar sus hogares y ha provocado que la cifra de desplazados internos se dispare por encima de los siete millones.
En concreto, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 7,1 millones de personas viven como desplazadas internas dentro de Sudán y, de ellas, 3,8 corresponden al éxodo derivado de la reciente escalada de violencia. La región de Darfur y los estados de Río Nilo, Sennar y Nilo Blanco acumulan la mayor parte de estos desplazados.
Por otra parte, la cifra de personas que han cruzado la frontera hacia otros países se acerca ya a los 1,1 millones, principalmente con destino a Egipto, Libia, Chad, República Centroafricana, Sudán del Sur y Etiopía. Dos de cada tres son ciudadanos sudaneses, mientras que el tercio restante corresponde a refugiados retornados a sus respectivos países o a personas de terceros países.
La OIM advirtió de la “grave crisis humanitaria” derivada de este conflicto, que ha provocado carencias de comida, agua, medicinas y combustible, así como una drástica subida del precio de productos básicos y complicaciones en las rutas de transporte.
La ONU, en tanto, estima que 24,7 millones de personas, la mitad de la población de Sudán, necesitan ayuda humanitaria.
El director del departamento de Operaciones y Emergencias, Federico Soda, subrayó que “la población de Sudán se merece paz”, temiendo que “cualquier nueva escalada de la violencia pueda devastar al país y a la región”.
Por ello, llamó a la comunidad internacional a respaldar de manera “urgente” la labor humanitaria y garantizar el envío de ayuda “antes de que sea demasiado tarde”. La OIM dobló su petición de fondos para Sudán y los países aledaños, hasta los 418 millones de dólares (unos 390 millones de euros), pero por ahora sólo ha recibido el 21% de estos fondos: es decir, 87,7 millones de dólares.
De este presupuesto, 270,7 millones de dólares se destinarán en Sudán, 124,1 millones en países vecinos y 23,2 millones en asistencia a nacionales de terceros países, según el informe de la IOM.
“La compleja situación humanitaria y el carácter mixto de la situación de movimientos fuera de Sudán exigen una estrategia contextualmente relevante y una respuesta basada en las necesidades impulsada por fuertes esfuerzos de coordinación dentro países, a nivel regional e internacional con entidades relevantes en países de origen”, detalló.
El conflicto en Sudán se inició después de que las FAR se rebelaran contra el Ejército y, hasta el momento, la guerra ha dejado entre más de 1.000 y 5.000 muertos, según diferentes estimaciones.
De momento no hay visos de un alto el fuego permanente, después de numerosos intentos infructuosos de alcanzar una tregua duradera entre ambos bandos con la mediación de diferentes países como Arabia Saudita, Estados Unidos y Sudán del Sur durante los meses de mayo y junio.
Con información de Europa Press y EFE