Las municiones de uranio empobrecido que Estados Unidos suministrará a Ucrania son un arma muy eficaz a la hora de perforar vehículos blindados, pero controvertida por sus riesgos de toxicidad para los militares y la población civil.
El uranio empobrecido es un producto derivado del proceso de enriquecimiento del uranio. Es alrededor del 60% menos radiactivo que el uranio natural.
El uranio es un metal muy denso: 1,7 veces más que el plomo y es tan duro que en un proyectil no se deforma cuando golpea su objetivo.
Por eso, el uranio empobrecido es empleado en proyectiles perforantes para atravesar el blindaje de vehículos y buques.
Es un tipo de municiones común, que se usa por su capacidad de perforación de blindaje, según argumenta el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que asegura que estos proyectiles “no son radiactivos” y “no se acercan para nada” a la categoría de los armamentos nucleares.
El uso de tales municiones no está prohibido por el derecho internacional.
Estas municiones son usadas por muchos ejércitos, incluidos especialmente el estadounidense y el ruso.
Fueron empleadas en las dos guerras del Golfo de 1991 y 2003, así como en la ex Yugoslavia en los años 1990.
El Pentágono también ha reconocido que usó obuses de uranio empobrecido en dos ocasiones en 2015 en operativos contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Siria.
Hace meses, el Reino Unido anunció que entregaría municiones de uranio empobrecido a Ucrania, lo que fue denunciado por Moscú.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE, por sus siglas en inglés), el uranio empobrecido es un “metal pesado, química y radiológicamente contaminante”.
Al golpear su objetivo, los proyectiles perforantes esparcen polvo y fragmentos de uranio.
En materia de salud, “el principal riesgo que plantea el uranio empobrecido no es la radiactividad, sino el carácter tóxico químico”.
La ingesta o inhalación de grandes cantidades puede afectar el funcionamiento de los riñones.
Si una persona inhala grandes cantidades de partículas durante un largo periodo, “la principal preocupación para la salud será el aumento del riesgo de cáncer de pulmón”, subraya la comisión canadiense de seguridad nuclear.
Las municiones de uranio empobrecido fueron citadas como unas de las causas posibles de problemas de salud de los ex combatientes de la guerra del Golfo, o del número elevado de cánceres o malformaciones congenitales en la ciudad iraquí de Faluya, pero su papel no fue científicamente comprobado.
Muchos estudios concluyeron que no hay pruebas sobre el carácter nocivo del uranio empobrecido, pero esos resultados siguen siendo cuestionados.
Según estudios cuyas conclusiones comparte el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), “el riesgo radiológico al que se exponen las poblaciones y el medio ambiente no son más importantes en los casos donde la presencia de uranio empobrecido provocó una contaminación localizada del medio ambiente bajo forma de pequeñas partículas liberadas al darse el impacto”, subrayó la oficina de asuntos de desarme de la ONU.
Por el contrario, “cuando fragmentos de municiones de uranio empobrecido o municiones completas de ese tipo son descubiertos, las personas que entran en contacto directo podrían sufrir efectos radiactivos”, concluyó Naciones Unidas.
(Con información de AFP)