El boicot de un grupo de mercenarios rusos contra el Kremlin ayudó a Ucrania a retomar una ciudad clave

El grupo neonazi “Rusich” dejó las armas en protesta por la negativa de Moscú de hacer más para evitar la detención y extradición de uno de sus líderes. Poco después, Kiev conquistó Robotyne, clave para avanzar hacia los territorios ocupados del sur

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Un militar ucraniano opera un
Un militar ucraniano opera un dron FPV desde sus posiciones en una línea del frente cerca del pueblo de Robotyne (REUTERS/Viacheslav Ratynskyi)

La decisión de un grupo mercenario neonazi ruso de dejar de luchar en protesta por la falta de acción del Kremlin para salvar a su líder puede haber ayudado a Ucrania a lograr un importante avance en la línea del frente.

El domingo, Ucrania anunció la toma de la aldea de Robotyne, en el sur del país, un punto “estratégico” que abre una vía en la contraofensiva de Kiev para avanzar hacia los territorios del sur que están ocupados por el ejército ruso.

La reconquista de la ciudad ocurrió después que el grupo paramilitar “Rusich” dijo que dejaba las armas en protesta por la negativa del Kremlin a hacer más para evitar la detención y posible extradición de uno de sus líderes a Ucrania, según mensajes difundidos en la aplicación Telegram.

Rusich dijo que su líder Yan Petrovsky (también conocido con el nombre de Voislav Torden) fue detenido el mes pasado cuando intentaba pasar por el aeropuerto de Helsinki y que los diplomáticos rusos han ignorado sus peticiones de ayuda. Petrovsky ha sido acusado de crímenes de guerra y las autoridades ucranianas quieren llevarlo a juicio.

Yan Petrovsky es un comandante
Yan Petrovsky es un comandante de la milicia Rusich con vínculos con el ejército mercenario Wagner (Redes sociales Voislav Torden)

“Rusich deja de realizar cualquier misión de combate”, dijo en su canal de Telegram en mensajes recogidos por The Telegraph. “Si un país no puede proteger a sus ciudadanos, ¿por qué deberían los ciudadanos defender al país?”

Rusich se creó en 2014 y es abiertamente pronazi. Ha combatido en Siria, en conflictos en África y en Ucrania. Ha estado implicado en la tortura y el maltrato de prisioneros ucranianos, según el grupo de inteligencia Molfar, y uno de sus líderes, Alexsey Milkachov, se grabó a sí mismo matando a un cachorro y arrancándole la cabeza a mordiscos en 2014.

El grupo mercenario ha criticado la gestión del Ministerio de Defensa ruso en su invasión de Ucrania y, aunque no estuvo directamente implicada, apoyó la fallida rebelión de Wagner contra el Kremlin en junio.

Yan Petrovsky junto a mercenerios
Yan Petrovsky junto a mercenerios de su grupo (Redes sociales Voislav Torden)

El impacto de la “huelga” de los mercenarios

Jeff Hawn, miembro del think tank New Lines Institute, con sede en Washington DC, declaró a France 24 que “es muy posible” que la decisión del grupo mercenario de deponer las armas haya contribuido a la caída de Robotyne.

Los analistas dijeron que era probable que los combatientes del grupo Rusich se hubieran posicionado en Robotyne, lo que da credibilidad a la afirmación de que la protesta puede haber desestabilizado las defensas rusas.

“El Grupo Rusich acusó al gobierno ruso de incumplir su obligación de proteger a los rusos en el extranjero al no haber conseguido antes la liberación de Petrovsky, y preguntó por qué el personal de Rusich debía proteger a Rusia si el gobierno ruso no protege a los rusos”, declaró el Instituto para el Estudio de la Guerra, un think tank con sede en Washington DC, en su informe diario sobre el conflicto del 28 de agosto. “El Grupo Rusich indicó que es probable que esté operando en la línea Robotyne-Verbove en el oeste de Zaporizhia Oblast, una zona crítica de la línea del frente donde el mando militar ruso probablemente no puede permitirse que ninguna unidad se rebele y se niegue a llevar a cabo misiones de combate”.

Un militar ucraniano camina cerca
Un militar ucraniano camina cerca de un tanque ucraniano destruido cerca del pueblo de Robotyne (REUTERS/Viacheslav Ratynskyi)

Los analistas afirman que las fuerzas rusas sufren una baja moral y divisiones internas, empeoradas por la fallida rebelión de Wagner y la posterior muerte en un extraño accidente aéreo de su líder Yevgeny Prigozhin.

La importancia de Robotyne

A diferencia de otros pueblos recuperados con más facilidad en esta contraofensiva, que comenzó a principios de junio, los combates en Robotyne duraron unas tres semanas, en las que Rusia utilizó un gran número de tropas para defenderla, algo que dejó en evidencia su importancia.

Según numerosos analistas la reconquista de Robotyne es de un avance clave para las aspiraciones ucranianas de llegar hasta el mar de Azov y partir la línea del frente en dos para dejar aisladas a las tropas rusas de ocupación en Crimea y Kherson.

Soldados ucranianos del Batallón de
Soldados ucranianos del Batallón de Asalto Separado 'Skala' entran en el pueblo de Robotyne (Reuters)

Esto supondría dejar a las tropas rusas en Crimea y Kherson, al oeste de Zaporizhzhia, sin más comunicación con el resto de territorios ucranianos controlados por Moscú y con la Federación Rusa que el puente de Kerch que une Crimea con Rusia.

En un artículo para el Centro Europeo de Análisis Políticos (CEPA), el profesor de la Academia Militar de Estados Unidos Jan Kallberg afirmaba que Ucrania no necesita llegar físicamente hasta el mar de Azov para conseguirlo.

Según el analista, a Kiev le bastaría avanzar unos 16 kilómetros más para tener bajo su fuego la ruta terrestre que utiliza Rusia para hacer llegar suministros a Crimea y Kherson.

Este lunes, Ucrania reivindicó que sus tropas lograron un avance limitado en el frente sur, cerca de Novodanilivka y de Novoprokopivka, y que también recuperó territorio cerca de la localidad de Bakhmut, en el este.

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