Francia quiere prohibir los cigarrillos electrónicos desechables para combatir el tabaquismo

El gobierno dijo que los vaporizadores constituyen una puerta de entrada al cigarrillo para los jóvenes y anunció un plan nacional contra el hábito, que causa 75.000 muertos al año en el país. También volvió a defender la prohibición en las escuelas públicas del “abaya” islámico

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Una selección de líquidos saborizados para cigarrillos electrónicos se exhiben en una tienda en Niza, Francia (REUTERS/Eric Gaillard)
Una selección de líquidos saborizados para cigarrillos electrónicos se exhiben en una tienda en Niza, Francia (REUTERS/Eric Gaillard)

El Gobierno francés quiere dar una vuelta de tuerca a la lucha contra el tabaco, a partir de la constatación de que el consumo ha aumentado, y tiene intención de prohibir los cigarrillos electrónicos desechables, que constituyen una puerta de entrada al hábito para los jóvenes.

En una entrevista emitida este domingo por la emisora RTL, la primera ministra, Élisabeth Borne, lo justifica porque “dan malos hábitos a los jóvenes. Se puede decir que no hay nicotina, pero es un reflejo y un gesto al que los jóvenes se acostumbran. Así van hacia el tabaquismo”.

A la primera ministra le preocupa que los cigarrillos con sabores como caramelo helado, malvavisco y chicle, que recuerdan a los dulces de la infancia y tienen un precio de entre 8 y 12 euros por 500 vaporizadores desechables, se dirijan a los adolescentes.

Borne, que anunció la próxima presentación de un plan nacional contra el tabaquismo, lamentó que el consumo haya aumentado e insistió en que causa “75.000 muertos al año”, una cifra “enorme”.

Recordó que la fiscalidad sobre el tabaco, que ha aumentado este año, no volverá a subir el próximo, pero “eso no quiere decir que no estemos muy vigilantes” sobre el consumo.

La primera ministra francesa Elisabeth Borne y el presidente Emmanuel Macron (REUTERS/Pascal Rossignol)
La primera ministra francesa Elisabeth Borne y el presidente Emmanuel Macron (REUTERS/Pascal Rossignol)

El pasado 30 de abril, un colectivo de médicos especialistas en tabacología y defensores del medio ambiente lanzaron una petición para la prohibición de los cigarrillos electrónicos desechables, que llegaron al mercado francés en 2021 porque más allá de las consecuencias sanitarias, suponen un serio problema para el entorno porque contienen materiales plásticos y una batería de litio.

Este año, el entonces ministro de Salud de Francia dijo que aunque el gobierno del presidente Emmanuel Macron no tenía mayoría en el parlamento, los ministros “trabajarían con los legisladores” para llegar a un acuerdo sobre la prohibición.

François Braun dijo que la ley podría promulgarse “antes de finales de este año”.

Varios países europeos también estudian prohibirlos. En Bélgica está prohibida su venta por Internet y en Irlanda se está llevando a cabo una consulta nacional sobre su prohibición. En Alemania, el gobierno ha prohibido los cigarrillos electrónicos de sabores, aunque el zar antidroga advierte de que sólo es el principio.

A nivel mundial, Australia ha adoptado la respuesta más dura: los vaporizadores sólo se pueden adquirir con receta, se ha reducido su contenido de nicotina y se han restringido los sabores.

Prohibición de la vestimenta islámica en las escuelas

Una mujer usa un "abaya" en Nantes (REUTERS/Stephane Mahe)
Una mujer usa un "abaya" en Nantes (REUTERS/Stephane Mahe)

Por otro lado, el gobierno francés volvió a defender la prohibición general en las escuelas públicas en nombre del laicismo de la abaya, un vestido femenino que cubre de la cabeza a los pies ocultando las formas de la mujer y al que se reprocha estar siendo utilizando como signo de identificación de la comunidad musulmana.

La primera ministra señaló que aunque todo el mundo, sea cual sea su religión, tiene su espacio en Francia, “hay un principio, el laicismo. Y hay una ley que prohíbe llevar cualquier signo o vestido por el que un alumno manifiesta su pertenencia a una religión. La ley se tiene que aplicar a todos”.

El viernes, Macron ya había advertido de que él y su Gobierno se mostrarían “inflexibles” en la aplicación de esa prohibición

“Un chico -argumentó Macron- va a la escuela para ser formado como un ciudadano, sea cual sea el origen, la religión, las creencias de los padres, de la familia. Por tanto, los signos religiosos están fuera de lugar y defenderemos con vigor este laicismo”.

(Con información de EFE)

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