La crisis en Níger está ya en su sexta semana desde que, el pasado 26 de julio, una junta militar derrocara al presidente Mohamed Bazoum y se instalara en el poder.
Desde entonces, la situación en el país ha captado la atención de todo el mundo que, si bien prioriza las vías diplomáticas para alcanzar la paz, no ha descartado el uso de la fuerza para restablecer el orden democrático.
En medio de cruces y negociaciones truncas, la junta militar sigue avanzando contra los funcionarios legítimamente elegidos, haciendo caso omiso a las advertencias extranjeras.
Este viernes, los golpistas retiraron el pasaporte diplomático a cinco funcionarios del Gobierno de Bazoum alegando que los documentos están vencidos y, por tanto, son inválidos.
Así, quienes supieron oficiar como primer ministro, Mahamadou Ouhoumoudou; ministro de Asuntos Exteriores, Hassoumi Massoudou; consejero de la Presidencia, Rhissa Ag Boula; director del gabinete, Takoubakoye Daouda Dijbo; y el actual embajador de Níger en Francia, Boulama Aichatou Kané, se vieron alcanzados por la medida.
Junto con esto, los golpistas apuntaron contra Francia, que mantiene a sus 1.500 soldados -que brindan apoyo en la lucha contra el terrorismo en el Sahel- y que se opone a retirar a sus funcionarios del territorio.
El Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP), nombre oficial de la junta, acusó a Emmanuel Macron de crear divisiones en el país y en el continente para perpetuar su “control neocolonial” con acciones y declaraciones paternalistas e intervencionistas.
Macron pretende “infantilizar” a los jefes de Estado africanos “agitando las diferencias entre los distintos contextos nacionales”, así como “asustar” a los líderes del continente para “instrumentalizar” a la Cedeao y, con ello, hacer que los países adhieran a su “proyecto” de cara a una “invasión”, sostuvieron.
A continuación, los golpistas acusaron al Presidente de intentar “crear una división étnica artificial para enfrentar a los nigerinos entre sí y crear las condiciones para un conflicto” a nivel nacional, una postura que calificaron de “flagrante injerencia”.
“Esta confesión demuestra que el régimen extinto estaba efectivamente al servicio de agendas extranjeras en detrimento de los intereses de Níger”, concluyeron y resaltaron que se opondrán a “todo paternalismo y a todo intervencionismo de una época pasada”.
Este lunes Macron ratificó su postura de apoyo al Gobierno derrocado e insistió en que no responderá a los militares ni se dejará intimidar por sus “presiones”.
Parte de ello implica que el embajador galo en el país, Sylvain Itté, no acatará lugar a la orden de expulsión dictada por la junta, al igual que los oficiales que, según indicó el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, no se retirarán del país a menos que se trate de un pedido de Bazoum.
Así, Macrón dejó en claro su apoyo al “valor” demostrado por el depuesto Presidente y descartó que se trate de un acto de “paternalismo” ni “debilidad” sino de una “política responsable”.
“La debilidad que algunos han mostrado en relación a los anteriores golpes de Estado ha alimentado las vocaciones regionales”, dijo en referencia a otros coup d’Etat en la región.
Por su parte, Lecornu se refirió a los intentos de la Cedeao de intervenir en la crisis y sostuvo que “Francia sería un mal socio si se mantuviera centrada en sí misma en lugar de apoyarla. Ese es nuestro deber, Francia no es débil”.
Sobre el accionar y la permanencia de sus soldados en Níger, el Ministro omitió decir cuánto tiempo más podrán aguantar sin estar abastecidos en el país aunque remarcó de que se trata de la respuesta a un pedido de Bazoum para afrontar el terrorismo,
“En cuanto esta lucha deje de ser la prioridad de los poderes de facto, como es el caso de Mali, no tenemos motivos para quedarnos. En Níger la cuestión no se plantea exactamente en estos términos porque sólo reconocemos la autoridad del presidente Bazoum”, aclaró.
Asimismo, diferenció la situación de la de otros países de la zona donde Francia también tiene presencia militar, como Gabón, donde recientemente tuvo lugar un golpe de Estado.
“No podemos equiparar la situación de Níger, donde soldados ilegítimos depusieron a un presidente legítimamente elegido, con la de Gabón, donde el motivo esgrimido por los militares es precisamente el incumplimiento de la ley electoral y la Constitución”, explicó y sumó que la presencia militar allí se basa en “soldados que imparten formación y que siempre han trabajado junto al Ejército gabonés”.
“Sus actividades se han suspendido a la espera de que se aclare la situación política”, aclaró, sin embargo.
Respondió, también, a los señalamientos de la junta y rechazó que su despliegue militar haya dado lugar a la inestabilidad de los países que sufrieron golpes. Dijo que, en este tipo de situaciones, se deben considerar otros factores como los intereses económicos de China y otros actores que “alimentan, ahora, la competencia entre Estados”.
En su lugar, defendió que “gracias a Francia y con el sacrificio de 58 de nuestros soldados en el Sahel, millones de vidas se han salvado y los principales líderes terroristas han sido neutralizados”.
Fuera de las altas esferas, la sociedad nigerina también hace sentir su parecer.
Este viernes, en medio de estos cruces, miles de personas salieron a las calles para respaldar a la junta y exigir el retiro inmediato de las tropas francesas así como repeler la llegada de otras extranjeras.
Al grito de “Abajo el imperialismo”, “Soldados franceses, Níger es un país soberano, ¡váyanse!” y “Macron, Níger no es tu propiedad”, los manifestantes -con el respaldo de los principales líderes musulmanes del país- se movilizaron hasta las inmediaciones de la base aérea 101 del ejército de París en Niamey.
Allí, el presidente del Consejo Islámico, Issaka Hassane Karanta, rezó para que Níger esté protegido de los “enemigos de la paz” y criticó la actitud de la Cedeao.
“Somos un pueblo pacífico y justo, y Dios está siempre del lado del justo. Él nos protegerá contra toda forma de agresión interna como externa”, dijo.
La movilización se extenderá durante toda la noche y el sábado está prevista otra concentración, la “más grande” desde el 26 de julio.
(Con información de EFE y Europa Press)