La capital ucraniana planea construir más fortificaciones, ya que persiste el riesgo de un ataque ruso, informaron el jueves las autoridades de Kiev.
El ejército ruso intentó tomar la capital en la primera fase de su invasión a gran escala lanzada en febrero de 2022, pero se retiró tras enfrentarse a una feroz resistencia ucraniana.
El alcalde Vitali Klitschko dijo que Kiev destinará 800 millones de grivnas (21,74 millones de dólares) para construir fortificaciones y para otras necesidades militares urgentes.
“Kiev es y será el objetivo prioritario número uno del enemigo”, declaró Serhi Popko, jefe de la administración militar, en la aplicación de mensajería Telegram.
Klitschko también dijo que presentará una enmienda separada para que sea considerada en el presupuesto de la ciudad para asignar 300 millones de grivnas para las necesidades de las fuerzas armadas de Ucrania.
El ejército ruso controla franjas del este y el sur del país, y por ahora no hay señales inmediatas de que planeen otro asalto a la capital ucraniana. No obstante, Kiev es blanco habitual de ataques con misiles y drones; el último mató a dos personas el miércoles.
El principal asesor de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha afirmado que estos bombardeos sobre la población llegan como “venganza” por los “crecientes accidentes” en Rusia y los “fallos” en el frente de combate y reflejan “un odio étnico y un intento de intimidación psicológica”.
Esta ola de ataques ha tenido lugar el miércoles precisamente en una noche en la que Rusia ha denunciado un intento de “ataque masivo con drones” en territorio ruso, al haber derribado vehículos de este tipo en al menos cinco regiones distintas del país. En las últimas semanas, las autoridades rusas han informado de numerosos derribos de drones en varias provincias, lo que supone un aumento de las incursiones de este tipo de vehículos, especialmente en la zona fronteriza.
Los aparentes drones ucranianos que ingresan profundamente en Rusia y las misiones de sabotaje transfronterizas forman parte de los esfuerzos de Kiev por ejercer presión interna sobre el Kremlin, militar y políticamente. Por otro lado, una contraofensiva ucraniana lanzada en junio está erosionando algunas partes de la línea del frente, afirman funcionarios de Kiev.
Ucrania pretende “erosionar la moral rusa y aumentar la presión sobre sus comandantes”, afirmó en una evaluación el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, un centro de investigación. La estrategia es “llevar a las fuerzas rusas a un punto de inflexión en que el poder de combate y la moral puedan comenzar a quebrarse”, señaló el Instituto en el análisis el miércoles por la noche.
(Con información de AFP, AP, EFE y Reuters)
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