El presidente de Rusia, Vladimir Putin, responsabilizó este miércoles a Occidente por la guerra en Ucrania, en su intervención a distancia para la cumbre de los BRICS que se desarrolla en Sudáfrica.
Putin reiteró su discurso de que el conflicto en Ucrania es una respuesta a las acciones de Kiev y Occidente, incluida la expansión de la OTAN.
“Nuestras acciones en Ucrania están dictadas por una sola cosa: poner fin a la guerra desatada por Occidente y sus satélites contra la gente que vive en el Donbás”, dijo el presidente ruso.
El líder del Kremlin dijo que algunos países “promueven el colonialismo”, lo que originó una “grave crisis” en Ucrania.
“Quiero señalar que fue el deseo de mantener su hegemonía en el mundo, el deseo de algunos países de mantener esta hegemonía lo que llevó a la grave crisis en Ucrania”, precisó Putin.
El presidente de Rusia es objeto de una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional por la guerra en Ucrania, por lo que participa en el encuentro de manera remota.
La 15ª Cumbre de los BRICS llega en un momento de división en la escena internacional, que se ha amplificado por la invasión rusa de la antigua república soviética.
Ni Sudáfrica, ni China, ni India han condenado la ofensiva de Rusia, y Brasil se ha negado a enviar armas a Ucrania o a imponer sanciones a Moscú.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, insistió el domingo en su política de no alineación, y aseguró que su país “no se dejará arrastrar a una competición entre las potencias mundiales”.
Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó el lunes que los dirigentes en la cumbre exhortarán a la comunidad internacional a “promover un papel más importante del mecanismo de cooperación de los BRICS en la gobernanza mundial”.
No alineados
El bloque, nacido en 2009, representa actualmente el 23% del PIB mundial, el 42% de la población y más del 16% del comercio global.
Pese a la disparidad de sus miembros, los BRICS coinciden en la reivindicación de un equilibrio político y económico mundial más inclusivo, en particular frente a Estados Unidos y la Unión Europea.
El grupo busca extender su influencia y se plantea abrirse a nuevos miembros.
Al menos 40 países han expresado su deseo de unirse al club, incluidos Argentina, Irán, Bangladés o Arabia Saudita, y 23 de ellos ya presentaron formalmente su solicitud de adhesión.
(Con información de AFP)
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