Los expertos esperaban que China, la segunda mayor economía del mundo, protagonizase una espectacular recuperación tras dejar atrás su política de ‘cero covid’, pero un prometedor inicio de año ha dado paso a datos cada vez menos halagüeños. Estas son las cinco principales claves que lo explican:
1. Los datos no cumplen las expectativas
En las últimas semanas parece venir cumpliéndose una constante en los datos económicos divulgados por las autoridades chinas: la mayoría de ellos está quedando por debajo de lo esperado por los analistas.
El caso más destacado es el del producto interior bruto (PIB), que aumentó un 6,3% interanual en el segundo trimestre, un punto por debajo de las proyecciones más extendidas entre los expertos.
No obstante, otros indicadores clave también están dibujando una tendencia descendente: la producción industrial frenó del 4,4% al 3,7% en julio, mientras que los analistas esperaban que mantuviese el mismo nivel del mes anterior, al igual que la inversión en activos fijos, que frenó al 3,4% en el acumulado entre enero y julio desde el 3,8% registrado en el primer semestre.
2. Preocupa la deflación
El índice de precios al consumidor (IPC), que en otras potencias económicas ha presentado recientemente altas tasas de crecimiento tras la reapertura pospandémica, genera preocupación en China después de que cayese un 0,3% interanual en julio, marcando su primera contracción desde febrero de 2021.
Pese a ello, Fu Linghui, portavoz de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), aseguró la semana pasada que “no hay riesgo de deflación en China ni ahora ni en el futuro”, una lectura en la que coincide la consultora Capital Economics, que cree que tanto el IPC como el IPP -medidor de los precios industriales- podrían haber abandonado la zona de contracción hacia finales de este año.
La reciente tendencia a la baja de los precios viene dada en buena parte por la falta de demanda nacional -las ventas al por menor, indicador clave del consumo, aumentaron un 2,5% en julio, dos puntos por debajo de lo esperado- e internacional, con las exportaciones denominadas en yuanes bajando un 9,2% ese mes.
3. Ocultar el desempleo juvenil récord
La desconfianza sobre los datos económicos no hizo sino aumentar la pasada semana, cuando la ONE anunció que dejaría de publicar las cifras del desempleo juvenil -entre 16 y 24 años- después de unos meses en el que el indicador marcó récords por encima del 20%, alcanzando un pico del 21,3% inédito desde que se comenzó a contabilizar en 2018.
Fu aseguró que la decisión se tomó tras el aumento del número de estudiantes en las ciudades chinas en los últimos años: “La principal tarea de los estudiantes es estudiar, y hay diferentes opiniones sobre si aquellos que buscan trabajo antes de graduarse deben ser considerados como parte de la fuerza laboral”.
“Probablemente, el desempleo juvenil batió otro récord en julio, pero no podemos saberlo”, indicó la consultora Trivium China, que recordó que “no es la primera vez que Beijing hace desaparecer datos económicos cruciales” pero matizó que las autoridades seguirán de cerca la situación: “El Partido (Comunista) sabe bien que los jóvenes sin trabajo pueden engendrar movimientos sociales y protestas”.
4. Country Garden se suma a la crisis inmobiliaria
El sector inmobiliario chino -cuyo peso sobre el PIB nacional se estimaba en torno a un 30%, sumando factores indirectos- no parece vislumbrar la luz al final del túnel pese a las medidas de apoyo anunciadas por las autoridades, que lo consideran clave a la hora de volver a impulsar la recuperación económica.
Según la consultora CRIC, las ventas de las cien principales promotoras del país cayeron un 33,1% interanual en julio, y las malas noticias se acumulan con la reciente debacle de la mayor compañía del sector, Country Garden, que será excluida del referencial de la Bolsa de Hong Kong con sus acciones en mínimos tras alertar de pérdidas de hasta 55.000 millones de yuanes (7.645 millones de dólares, 7.043 millones de euros) hasta junio.
La compañía -considerada hasta ahora una de las promotoras mejor gestionadas en el marco de la crisis- advirtió de que se enfrenta a una “presión de liquidez” mientras la prensa económica recuerda que se enfrenta al vencimiento de miles de millones de dólares en deuda en los próximos meses, situación que ya ha hecho que suspenda 11 bonos ‘onshore’ y pida “guía y apoyo” a Beijing.
5. Bajadas de tipos “decepcionantes”
La situación hacía que expertos e inversores anticipasen medidas más agresivas por parte del Banco Popular de China (BPC, el banco central chino), pero la bajada de tipos que anunció esta misma semana fue calificada de “decepcionante” por algunos analistas.
Concretamente, la institución anunció una bajada de diez puntos básicos, hasta el 3,45%, en la tasa referencial para créditos (LPR) a un año, indicador que sirve para fijar el precio de los nuevos créditos -generalmente, para empresas- y de los de interés variable que están pendientes de devolución, mientras que la LPR a cinco años o más, de referencia para hipotecas, quedó intacta en el 4,2%.
En ambos casos, los expertos habían pronosticado bajadas de 15 puntos básicos tras el mayor recorte, precisamente de esa cantidad, a los servicios de préstamos a medio plazo (MFL), la principal herramienta del BPC para financiar a los bancos y habitualmente guía para las LPR; ahora, apuntan que las esperanzas de un repunte basado en estímulos dependen de la posibilidad de un mayor apoyo fiscal.
(Con información de EFE)
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