El Gobierno sueco señaló este martes que cuenta con que Turquía ratifique su ingreso en la OTAN el próximo otoño, siguiendo el acuerdo alcanzado en la cumbre de la Alianza Atlántica en Vilna del mes pasado, a pesar de las nuevas reticencias de Estambul.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, insistió ayer en que la entrada de Suecia depende de si este país nórdico cumple sus compromisos y cesan además las quemas públicas del Corán, que han provocado en las últimas semanas un conflicto diplomático con varios países musulmanes.
“Damos por hecho que la ratificación se iniciará en octubre”, declaró hoy el ministro de Exteriores sueco, Tobias Billström, quien resaltó que el acuerdo de Vilna no fue “un gesto para la galería”, sino una “confirmación” de la declaración “clara” negociada en los días previos.
Billström destacó además que no discutió entonces con su colega turco, Hakan Fidan, la cuestión de las quemas del Corán y se mostró esperanzado en que el proceso de aprobación en el Parlamento turco vaya rápido.
“Lo que sabemos del proceso de la pasada primavera con Finlandia es que tardó unos trece días. Algo similar esperamos que pase con nosotros”, afirmó.
Erdogan había instado ayer a Suecia a “asumir el control de las calles de Estocolmo”, en referencia a las quemas del libro sagrado de los musulmanes, antes de que el proceso pudiese seguir adelante y señalado que no puede garantizar la rapidez de este.
La intervención militar rusa en Ucrania en febrero de 2022 provocó que Finlandia y Suecia acabasen con dos siglos de no alineación militar y solicitasen su entrada en la Alianza Atlántica, aprobada en la cumbre de junio de 2022 en Madrid, después de que Turquía levantase a última hora su veto a cambio de ciertas condiciones.
El ingreso de Finlandia fue aprobado la pasada primavera por Hungría y Turquía, los dos últimos países miembros que faltan por hacerlo, pero ambos no han hecho lo mismo con Suecia todavía.
Budapest ha criticado la actitud “hostil” de Estocolmo y ha apuntado a que es necesario resolver una “amplia cantidad de quejas”, mientras que Ankara reprocha a este país nórdico que no extradite a personas vinculadas a organizaciones terroristas, especialmente del ámbito kurdo.
Durante la cumbre de Vilna, tanto Hungría como Turquía se comprometieron a impulsar el proceso lo antes posible.
Adiós a la neutralidad
Para un país que no ha luchado en una guerra en dos siglos, la decisión de unirse a la OTAN fue enorme. Suecia se negó a tomar partido durante las dos guerras mundiales y a lo largo de la guerra fría, y adoptó la neutralidad como parte esencial de su política de seguridad e incluso de su identidad nacional.
Aunque modificó su estatus a “no alineado” tras ingresar en la Unión Europea en 1995 y aumentó gradualmente su cooperación con la OTAN, Estocolmo descartó hasta el año pasado solicitar el ingreso, con la opinión pública firmemente en contra.
Ya en noviembre de 2021 -tres meses antes de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia- el entonces ministro de Defensa, Peter Hultqvist, prometió que Suecia nunca entraría en la OTAN mientras sus socialdemócratas de centro-izquierda estuvieran en el poder.
Entonces empezó la guerra. Cuando los tanques rusos atravesaron la frontera ucraniana y los misiles alcanzaron Kiev y otras ciudades, la opinión pública cambió tanto en Finlandia como en Suecia. Incluso Hultqvist y los socialdemócratas dieron marcha atrás, y en mayo del año pasado Suecia y Finlandia solicitaron conjuntamente el ingreso en la OTAN.
(Con información de EFE)
Seguir leyendo: