La agencia estatal de noticias de Corea del Norte advirtió este martes que los ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos podrían desencadenar una “guerra termonuclear”.
El informe de KCNA condenó los ejercicios militares Ulchi Freedom Shield, un importante ejercicio conjunto entre Seúl y Washington que comenzó el martes, por tener, según Pyongyang, “un carácter agresivo”.
Además de los participantes surcoreanos y estadounidenses, se sumarán al ejercicio efectivos de nueve países miembros del Comando de las Naciones Unidas (UNC): Australia, Canadá, Francia, Reino Unido, Grecia, Italia, Nueva Zelanda, Filipinas y Tailandia.
Asimismo, la dictadura de Kim Jong-un notificó a la guarda costera de Japón que lanzará un satélite en los próximos días, según informaron medios nipones.
El satélite, cuyo lanzamiento está previsto entre el 24 y el 31 de agosto, podría ser el dispositivo de reconocimiento militar que Pyongyang ya trató de poner en órbita, sin éxito, en mayo de este año, indicó la agencia de noticias Kyodo.
En mayo, Corea del Norte intentó poner en órbita lo que describió como su primer satélite de reconocimiento militar, pero el cohete que lo transportaba cayó al mar minutos después del despegue.
Pyongyang explicó que había desarrollado este satélite de espionaje como un contrapeso necesario para la creciente presencia militar de Estados Unidos en la región.
Esta nueva amenaza del régimen norcoreano se da luego de que Kim Jong-un visitara una unidad naval y supervisara una nueva prueba de misiles de crucero estratégico.
Kim inspeccionó una de sus flotas en el Mar del Este, también conocido como Mar de Japón, y observó mientras la tripulación presentaba el ejercicio de lanzamiento de “misiles de crucero estratégico”, reportó la agencia estatal norcoreana KCNA.
Según la prensa estatal, el dictador inspeccionó la Segunda Flotilla de Buques de Superficie de la Guardia de la Flota del Mar del Este, donde observó “el estado de preparación de los buques de guerra para el combate y la guerra”.
El simulacro estaba “destinado a reconfirmar la función de combate del barco y la característica de su sistema de misiles y hacer que los marineros sean hábiles para llevar a cabo la misión de ataque en la guerra real”.
En medio de esta tensión en Asia, la semana pasada el presidente estadounidense, Joe Biden, hizo de anfitrión en Camp David para recibir al líder surcoreano Yoon Suk Yeol y al primer ministro japonés Fumio Kishida.
Los tres acordaron un plan multianual de ejercicios regulares en todos los territorios, que van más allá de los ensayos en respuesta a Pyongyang, e hicieron un “compromiso de consulta” formal durante las crisis, para el que Biden dijo que abriría una línea directa.
También lograron un acuerdo para compartir datos sobre Corea del Norte en tiempo real y para realizar cumbres cada año.
Con información de AFP y EFE
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