Una delegación en representación de los mercenarios del Grupo Wagner llegó este domingo a la capital de Malí, Bamako, ante el empeoramiento de la situación de seguridad tanto en el país africano como a nivel regional ante una posible intervención militar en el vecino Níger.
Según información de fuentes locales en Malí al portal de noticias Bamako, un avión Il-76 aterrizó en la capital maliense, en el marco de un aparente intento de pacificar los enfrentamientos que han estallado en las últimas semanas entre la coalición rebelde tuareg y el Ejército maliense, en los que también participan miembros del grupo de mercenarios ruso.
Asimismo, la visita se produce en un momento de tensión en el vecino Níger, donde el líder golpista y general Abdourahmane Tchiani, advirtió de que está preparando ya la intervención militar en el país por parte de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO).
Durante un discurso, Tchiani anunció un “diálogo nacional inclusivo” y dio un plazo de 30 días a la sociedad civil y partidos de Níger para presentar sus propuestas entre las cuales debe incluirse un proceso de transición a un escenario democrático que “no puede prolongarse más allá” de tres años.
Semanas atrás el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, había alertado que el grupo mercenario ruso está “aprovechando” la inestabilidad en Níger para profundizar su influencia en África.
Blinken hizo estas declaraciones después de las conjeturas de que los líderes del golpe recibieran ayuda de los mercenarios rusos.
“Creo que lo que pasó, y lo que sigue pasando en Níger, no fue instigado por Rusia ni por Wagner, pero trataron de aprovecharse de ello. Cada lugar al que ha ido este grupo Wagner ha seguido la muerte, la destrucción y la explotación”, dijo el jefe de la diplomacia norteamericana.
“La inseguridad ha subido, no ha bajado”, agregó Blinken, quien resaltó que hubo una “repetición de lo que ha pasado en otros países”.
Se estima que el Grupo Wagner cuenta con miles de combatientes en países como la República Centroafricana (RCA) y Mali, donde tiene intereses comerciales lucrativos pero también refuerza las relaciones diplomáticas y económicas de Rusia.
Los mercenarios del grupo liderado por Yevgeny Prigozhin han sido acusados de abusos de los derechos humanos en varios países africanos.
En junio pasado las autoridades militares malienses pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU la retirada de la Misión de Naciones Unidas de Estabilización de Mali (Minusma), que llegó a contar con más de 17.000 miembros y es una de las mayores del mundo.
La junta militar que gobierna Mali -tras dos golpes de Estado en 2020 y 2021- considera la Minusma “parte del problema” que sufre el país africano y causante de la “gran desconfianza” entre la población y el Gobierno.
Según Estados Unidos, la petición maliense de retirar la Minusma fue promovida por el Grupo Wagner, con fuertes lazos con los gobernantes de Mali desde 2021.
Mali y Burkina Faso, que respaldaron el golpe de Estado del 26 de julio que derrocó al presidente nigerino, Mohamed Bazoum, se oponen al uso de la fuerza y alegan que cualquier intervención en Níger equivaldría a una declaración de guerra también contra ellos.
Por contra, Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal han confirmado de una manera clara la disponibilidad de sus ejércitos para intervenir en territorio nigerino con el fin de restaurar el orden constitucional.
La semana pasada Putin mantuvo una conversación telefónica con el líder transitorio de Mali, Assimi Goita, con el que abordó la situación en Níger, según informó el Kremlin.
(Con información de Europa Press y EFE)
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