El régimen de Corea del Norte no detiene su desarrollo nuclear y continúa enviando señales de provocación a Occidente. El dictador Kim Jong-un visitó una unidad naval y supervisó una nueva prueba de misiles de crucero estratégico, de acuerdo a lo informado por la prensa estatal el lunes.
El anuncio se da en la previa al inicio de los ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur y Estados Unidos.
Kim inspeccionó una de sus flotas en el Mar del Este, también conocido como Mar de Japón, y observó mientras la tripulación presentaba el ejercicio de lanzamiento de “misiles de crucero estratégico”, reportó la agencia estatal norcoreana KCNA.
Según la prensa estatal, el dictador inspeccionó la Segunda Flotilla de Buques de Superficie de la Guardia de la Flota del Mar del Este, donde observó “el estado de preparación de los buques de guerra para el combate y la guerra”.
El simulacro estaba “destinado a reconfirmar la función de combate del barco y la característica de su sistema de misiles y hacer que los marineros sean hábiles para llevar a cabo la misión de ataque en la guerra real”.
La agencia, no obstante, no especificó cuándo tuvo lugar la visita ni dio detalles adicionales sobre el tipo de misiles lanzados, aunque dijo que “rápidamente impactaron el objetivo sin siquiera un error”.
Kim Jong-un remarcó la intención de las autoridades de impulsar “la modernización de las armas y equipos navales, incluida la construcción de poderosos buques de guerra y el desarrollo de sistemas de armas a bordo y submarinos”.
El anuncio se da antes de los ejercicios anuales Ulchi Freedom Shield, un gran ejercicio conjunto entre Seúl y Washington programado para el 31 de agosto. Además de los participantes surcoreanos y estadounidenses, se sumarán al ejercicio efectivos de nueve países miembros del Comando de las Naciones Unidas (UNC): Australia, Canadá, Francia, Reino Unido, Grecia, Italia, Nueva Zelanda, Filipinas y Tailandia.
Este despliegue pretende contrarrestar las crecientes amenazas de una Corea del Norte con armas nucleares.
Pyongyang asume ese tipo de ejercicios como ensayos para una invasión y ha advertido repetidamente que tomaría acciones “abrumadoras” en respuesta.
El anuncio de la prueba de misiles crucero también sucede días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, hiciera de anfitrión en Camp David para recibir al líder surcoreano Yoon Suk Yeol y al primer ministro japonés Fumio Kishida.
En una conferencia de prensa el viernes, los líderes señalaron que luego de la cumbre prevén un “nuevo capítulo” de estrecha cooperación a tres bandas, que habría sido impensable hasta hace poco debido a la ocupación japonesa de la península de Corea entre 1910 y 1945.
Es la primera vez que líderes de los tres países se reúnen para una cumbre independiente, y aunque China fue un tema importante, también lo fue Corea del Norte.
Los tres acordaron un plan multianual de ejercicios regulares en todos los territorios, que van más allá de los ensayos en respuesta a Pyongyang, e hicieron un “compromiso de consulta” formal durante las crisis, para el que Biden dijo que abriría una línea directa.
También lograron un acuerdo para compartir datos sobre Corea del Norte en tiempo real y para realizar cumbres cada año.
Expertos militares surcoreanos han mostrado recientemente su preocupación por lanzamientos de misiles balísticos, temor que viene a raíz de un reciente anuncio a principios de mes en la televisión estatal norcoreana, que informaba de una orden estratégica adoptada por Kim para poner al Ejército en una alerta especial marcada por el comienzo de “preparativos prácticos”.
Con información de AFP y Europa Press
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