Como cualquier mujer luego de dar a luz, Victoria Whitfield estaba cansada. Era noviembre de 2013 y había sido sometida a una cesárea de urgencia apenas unos días atrás. La pequeña Felicity, nacida con 31 semanas, ya estaba con ella, pero continuaba con cuidados especiales en la unidad de neonatología del Hospital Countess of Chester.
Su instinto maternal la invadió por completo y decidió ir a ver cómo se encontraba su hija. Al llegar a la unidad, se dio cuenta que no se encontraba bien, pese a que el personal de salud del hospital le había asegurado que su estado era estupendo.
Victoria no sabía en ese momento que la enfermera rubia que decía haber visto esa mañana junto a la cuna de su hija sería más tarde declarada culpable de asesinar a siete bebés e intentar asesinar a otros seis entre junio de 2015 y junio de 2016.
Los escritos hallados por la policía confirmaron luego que Lucy Letby había participado en el cuidado de Felicity, que sufrió un colapso no mortal antes de ser trasladada a otro hospital. Victoria y su marido, Mike, creen que su hija fue una de las primeras víctimas de la enfermera asesina.
“Recuerdo la primera vez que acusaron a Lucy. Yo estaba en el pub y recibí una llamada de Victoria y me dijo: ‘Por eso pasó eso esa mañana’. Y tuvimos suerte”, dijo en declaraciones al medio británico The Times.
Después del parto, Victoria recuerda haber visto una enfermera con una mascarilla que le dijo que Felicity estaba “estupendamente”. En ese momento no sabía quién era, pero ahora piensa que podría tratarse de Letby.
La pequeña tenía solo dos días cuando una enfermera le recomendó a Mike que se fuera a su casa porque lo veía cansado. “No puedo estar seguro al cien por cien, pero estoy bastante seguro de que fue ella (Letby) quien me mandó a casa”, declaró a The Times.
A la mañana siguiente, le informaron que su hija se encontraba en grave estado.
“Eran sobre las 3 de la madrugada, estaba en mi habitación. No sé qué fue, llámalo instinto maternal. Sentí que tenía que bajar a la unidad neonatal. Entré y todo parecía bastante tranquilo. Lucy Letby estaba al lado de la cuna y luego se fue a la otra habitación. Fui a ver a Felicity y en unos minutos se desató el infierno. Era como si yo no estuviera en la habitación, pero había enfermeras corriendo por todas partes”, precisó al medio británico.
El personal médico le dijo que no creían que Felicity fuera capaz de sobrevivir. Decidieron llevarla a otro hospital, con la esperanza de que les dieran un panorama más alentador. Afortunadamente recibieron buenas noticias. En el hospital de Wirral les aseguraron que la pequeña iba a recuperarse. Posteriormente fue trasladada nuevamente al Hospital Countess of Chester para continuar su recuperación.
“La única imagen que tengo constantemente en la cabeza es la de esa noche, cuando me dirigía a la habitación. Ella (Letby) estaba en el lado opuesto del ventilador y miró hacia arriba, sin ninguna expresión en la cara. Se dio la vuelta y salió de la habitación. Nada.
“Por eso llamé a Mike cuando salió en la prensa y le dije: ‘Era ella’”.
Los delitos por los que se acusa a Letby ocurrieron en 2015 y 2016, pero la policía informó que está rastreando “toda la huella” de sus cuatro años como enfermera.
Letby, de 33 años, ha sido hallada culpable del asesinato de siete bebés y del intento de asesinato de otros seis, según informó este viernes el Tribunal de la Corona de Manchester.
Durante el juicio, las pruebas presentadas por la Fiscalía indicaron que Letby acabó con la vida de los pequeños, inyectándoles aire con una jeringuilla vía intravenosa mientras trabajaba en el centro sanitario de Countess.
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