Una nueva delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), llegó este sábado a Niamey, capital de Níger, para entablar diálogos con la junta golpista que se puso al frente del país tras realizar un golpe de Estado el pasado 26 de julio y enviar “un mensaje de firmeza”.
Cerca de las 13:00 horas aterrizó “una delegación de la Cedeao encabezada por el general Abdulsalami Abubakar -ex presidente de Nigeria entre 1998 y 1999-” que “viajó nuevamente a Niamey para dialogar con los golpistas”, comentó una fuente nigeriana y remarcó que el bloque sigue apostando por la vía diplomática para poder restaurar el orden constitucional.
“La Cedeao siempre ha dicho que la intervención militar es el último recurso para restaurar el orden constitucional en Níger. Se espera que la junta finalmente le dé una oportunidad al diálogo”, agregó en ese sentido y destacó avances ya que a principios del mes una delegación anterior había fallado en conseguir un encuentro.
Los emisarios fueron recibidos por el primer ministro de facto, Ali Mahaman Lamine Zeine, y se reunieron con algunos altos oficiales de la junta -aunque no se sabe de momento si estuvo presente el general golpista Abdourahamane Tiani-. También visitaron al presidente derrocado Mohamed Bazoum, quien se encuentra “de buen humor” y en buenas condiciones de salud aunque sigue sin acceso a la electricidad.
La llegada de la delegación se dio tan solo un día después de que el bloque asegurara estar listo para desplegar unidades militares en el país, si le es solicitado.
Tras un encuentro en Ghana que reunió a los jefes militares del bloque, el comisionado de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad, Abdel- Fatau Musah, declaró que “todas las opciones están sobre la mesa” pero “si todo falla, no tenemos otra opción”. Según sostuvo, todos los países que participaron de la reunión confirmaron su participación en la eventual intervención.
No obstante, aseguró que, de solicotársele dicha acción, sería “quirúrgica y de corta duración” y se limitaría exclusivamente a “asegurar que el orden constitucional sea restaurado”.
“Con nuestra llegada a Níger no estamos declarando la guerra. Si no devolvemos el orden constitucional y nos aseguramos de que los militares se centren en su principal responsabilidad -que es la defensa de la integridad territorial de Níger- estaremos aumentando la inseguridad”, continuó.
Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal respaldaron las iniciativas militares en el territorio y confirmaron la disponibilidad de sus ejércitos para ello. Sin embargo, Mali y Burkina Faso -países donde también gobiernan juntas militares- se opusieron al uso de la fuerza y de cualquier intervención extranjera ya que eso supondría una declaración de guerra, también contra ellos.
Chad, Guinea-Conakri, Argelia y Cabo Verde también rechazaron una acción militar e insistieron en recurrir al diálogo.
Por su parte, si bien la Unión Africana (UA) no ha expresado públicamente su postura, su Consejo de Paz y Seguridad (PSC) impulsó esta semana la creación de un comité ad hoc a nivel de jefes de Estado con el fin de “persuadir a los líderes de la junta de Níger” para que “se comprometan con una resolución pacífica de la crisis”.
Hasta el momento, los golpistas no han dado lugar a estos pedidos de la comunidad internacional y, en su lugar, nombraron un nuevo Primer Ministro, formaron un gobierno transitorio, reforzaron su dispositivo militar y amenazaron con una respuesta “instantánea” y “enérgica” a cualquier intento de uso de la fuerza.
De esta forma, desde hace tres semanas, tras las acciones del autodenominado Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP) se convirtió en el cuarto país del oeste de África liderado por una junta militar.
(Con información de EFE y AFP)
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