El colectivo Anonymous lanzó este viernes un ciberataque contra el sitio web de la central nuclear de Fukushima y de otras páginas gubernamentales en señal de protesta por el plan para verter sus aguas en el océano.
La empresa de ciberseguridad NNT informó que la banda había iniciado un ataque de denegación de servicio distribuido o DDoS, que desborda un sitio web al enviar una avalancha de datos procedentes de diversas fuentes en un corto tiempo. A raíz de ello, el servidor se ve imposibilitado a dar respuesta a todas las solicitudes y se satura.
El ataque fue reivindicado por la rama italiana de Anonymous aunque también se confirmaron actividades provenientes del grupo basado en Vietnam.
Junto con la de Fukushima, las páginas web de la Agencia de Energía Atómica y la Sociedad de Energía Atómica de Japón también fueron alcanzadas por el ciberataque. Inclusive, funcionarios de la primera aseguraron que su dominio registró un tráfico 100 veces superior al habitual aunque señalaron que, afortunadamente, los usuarios podían seguir navegando mientras se trabajaba en una solución.
Por otro lado, NTT dijo que el grupo intensificó sus ataques en el último tiempo y hasta publicó una “lista de objetivos” de sus ataques, entre los que figuran Tepco, el Partido Liberal Democrático y el Ministerio de Economía, Comercio e Industria.
“Es necesario mantener la vigilancia ya que los ataques podrían intensificarse tras la aprobación de la gestión”, sumó un representante de la empresa con sede en Tokio.
El accionar de Anonymous se dio en señal de rechazo al plan del Ejecutivo nipón, por el que planea verter en el océano las aguas residuales.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estudió su condición y concluyó que cumple con “los estándares” a nivel internacional para ser liberadas y que supone un “impacto radiológico bajo” para la población y el medioambiente.
Sin embargo, estas declaraciones no lograron contener el gran descontento que la iniciativa generó en muchos sectores de la sociedad y de otros países de la región.
Anonymous, uno de los principales detractores, sostiene que la liberación de las aguas dispersará su contaminación en la inmensidad del océano y pondrá en riesgo la vida marina y la cadena alimentaria.
Por otro lado, cuestiona la falta de participación ciudadana en la votación del proyecto, el nulo debate público a nivel internacional y hasta acusan al gabinete del primer ministro Fumio Kishida de maniobras poco transparentes.
“Debemos poner fin al acto sin sentido de convertir el mar en un vertedero para obtener beneficios económicos”, sostuvo uno de los miembros de la organización al medio Kyodo News.
Corea del Sur también rechazó el plan y mantuvo activo su veto sobre los productos pesqueros de la región de Fukushima, inclusive a pesar de prever un “impacto mínimo” en sus costas.
El agua en debate fue sometido al Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS), que permite eliminar las sustancias radiactivas en su práctica totalidad -con excepción del tritio, un isótopo natural del hidrógeno- y permanece almacenada en tanques a la espera de su vertido.
Kishida tiene previsto visitar la central nuclear este fin de semana para inspeccionar las instalaciones de descarga y las condiciones de almacenamiento antes de encabezar la reunión ministerial en la que se definirá el inicio de las operaciones.
(Con información de Europa Press)
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