El ministro de Asuntos Exteriores de Irán viajó el jueves a Arabia Saudita, en lo que constituye el primer viaje al reino del máximo diplomático de Teherán en años, después de que ambas naciones alcanzaran una distensión con la mediación de China.
La visita de Hossein Amirabdollahian se produce en un momento en el que Arabia Saudita e Irán intentan aliviar las tensiones entre ambos países, que durante mucho tiempo se han considerado archienemigos por su influencia en Oriente Próximo. Sin embargo, persisten los desafíos, especialmente en lo que respecta al avance del programa nuclear iraní, la guerra liderada por Arabia Saudita en Yemen y la seguridad en las vías marítimas de la región.
El viaje de Amirabdollahian a Riad coincide con la reapertura de las misiones diplomáticas de ambas naciones en sus respectivos países.
El canciller iraní es acompañado por Alireza Enayati, nuevo embajador de Irán en el reino.
Amirabdollahian “llegó al aeropuerto de Riad hace unos minutos para un viaje de un día, y fue recibido por el viceministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita”, dijo la agencia oficial de noticias IRNA. La visita “se centra en los lazos bilaterales y en asuntos regionales e internacionales”, según la emisora estatal IRIB.
IRNA dijo que Amir-Abdollahian tenía previsto reunirse con su homólogo saudita y otros funcionarios en el reino.
El último ministro de Exteriores iraní que visitó Arabia Saudita en un viaje público fue Mohammad Javad Zarif, que viajó al reino en 2015 para ofrecer sus condolencias por la muerte del rey Abdullah.
Relaciones tensas
Irán, de mayoría chiita, y Arabia Saudita, musulmana sunita, habían roto lazos después de que manifestantes invadieran las sedes diplomáticas saudíes en ese país. Arabia Saudita había ejecutado días antes al destacado clérigo chiita Nimr al-Nimr junto a otras 46 personas, lo que desencadenó las manifestaciones.
Eso ocurrió cuando el príncipe heredero Mohammed bin Salman, entonces adjunto, comenzó su ascenso al poder. El príncipe Mohammed, hijo del rey Salman, ya había comparado al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, con el nazi Adolf Hitler, y había amenazado con atacar Irán.
La religión también desempeña un papel clave en las tensiones. Arabia Saudita, hogar de la Kaaba en forma de cubo hacia la que los musulmanes rezan cinco veces al día, se ha retratado como la principal nación sunita del mundo. La teocracia iraní, por su parte, se considera protectora de la minoría chiita del Islam.
Pero tras la pandemia de coronavirus y la caótica retirada estadounidense de Afganistán, las naciones árabes del Golfo, incluida Arabia Saudita, han empezado a replantearse cómo gestionar las relaciones con Irán. En marzo, el reino e Irán llegaron a un acuerdo con mediación china para reabrir embajadas.
La guerra en Yemen continúa, aunque los ataques liderados por Arabia Saudita han disminuido drásticamente en medio de sus esfuerzos por retirarse del conflicto, que ha visto cómo los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, mantienen su control de la capital, Saná, desde hace años.
En los últimos meses, Irán también se ha enfrentado a Arabia Saudita y Kuwait por un disputado yacimiento de gas.
Arabia Saudita y Kuwait reclaman la “propiedad exclusiva” del yacimiento, conocido como Arash en Irán y Dorra en Kuwait y Arabia Saudita, y Teherán ha advertido de que, si fracasan las negociaciones, “defenderá sus derechos” sobre la zona marítima.
Remediar las relaciones
El viaje de Amirabdollahian sigue una visita del príncipe Faisal bin Farhan a Irán en junio de este año, el primer ministro de Asuntos Exteriores saudita que viajaba a Irán desde 2006.
A principios de ese mes, Irán había reabierto su embajada en Riad con una ceremonia de izado de bandera.
El miércoles, los medios de comunicación estatales iraníes afirmaron que militares de ambos países se habían reunido en Moscú al margen de una conferencia sobre seguridad.
Amirabdollahian ha declarado esta semana que el nuevo embajador en Riad lo acompaña durante la visita del jueves para “iniciar oficialmente su misión”.
El 9 de agosto, Irán afirmó que la embajada saudita en Teherán había comenzado a funcionar, pero Riad aún no lo ha confirmado.
Irán ha intensificado su actividad diplomática en los últimos meses y ha impulsado el estrechamiento de lazos con otros países árabes en un intento de reducir su aislamiento y mejorar su economía.
Desde el acuerdo de marzo, Arabia Saudita ha restablecido los lazos con Siria, aliada de Irán, y ha intensificado sus esfuerzos por lograr la paz en Yemen.
La república islámica se ha tambaleado bajo las paralizantes sanciones de Estados Unidos desde que Washington se retiró en 2018 de un acuerdo nuclear histórico bajo el entonces presidente Donald Trump.
(Con información de AP y AFP)
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