Rusia comenzó a desplegar en Ucrania drones suicidas de fabricación propia

Así lo aseguraron los servicios de Inteligencia británicos. Según la información, Moscú copió el diseño de los artefactos iraníes y en pocos meses dejará de importar los aviones no tripulados

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Un dron de fabricación iraní se acerca para un ataque en Kiev (Yasuyoshi CHIBA / AFP)
Un dron de fabricación iraní se acerca para un ataque en Kiev (Yasuyoshi CHIBA / AFP)

Los servicios de Inteligencia británicos creen de manera “casi segura” que las Fuerzas Armadas rusas han comenzado a utilizar en Ucrania sus propios drones suicidas, después de que desde el inicio de la ofensiva hayan dependido básicamente de la tecnología iraní.

A partir de los diseños de los drones Shahed de Irán, que Rusia habría comenzado a importar en septiembre de 2022, la ingeniería rusa ha desarrollado sus propios productos, si bien por ahora no parece que haya supuesto un punto de inflexión en el campo de batalla.

La Inteligencia británica ha detectado un desempeño “variable” de estas nuevas armas, teniendo en cuenta además que los sistemas de defensa antiaéreos ucranianos han sido “eficaces” a la hora de neutralizar la mayoría de estas amenazas, según el informe difundido este miércoles por el Ministerio de Defensa de Reino Unido.

Londres ve “probable” que, en cuestión de meses, Moscú pueda dejar de depender de proveedores externos y sea autosuficiente con este tipo de tecnología. Hasta entonces, “seguirá dependiendo de los componentes o de las armas procedentes de Irán”, exportadas principalmente a través del mar Caspio.

Partes de lo que las autoridades ucranianas consideran un dron suicida Shahed-136 de fabricación iraní, encontradas después del ataque ruso a las instalaciones de almacenamiento de combustible, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Járkov, Ucrania. 6 de octubre de 2022.  REUTERS/Vyacheslav Madiyevskyy
Partes de lo que las autoridades ucranianas consideran un dron suicida Shahed-136 de fabricación iraní, encontradas después del ataque ruso a las instalaciones de almacenamiento de combustible, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Járkov, Ucrania. 6 de octubre de 2022. REUTERS/Vyacheslav Madiyevskyy

Ataques con drones

Rusia y Ucrania han aumentado sus ataques en el Mar Negro desde que Moscú salió de un acuerdo el mes pasado que permitía a Kiev exportar granos mediante el uso de corredores seguros.

Desde que se retiró del acuerdo, Moscú ha bombardeado de forma regular los puertos marítimos en la región de Odesa, en el sur de Ucrania, que fueron clave para las exportaciones de esos productos.

El 2 de agosto, Rusia atacó las estructuras portuarias de Izmaíl, en la región de Odesa junto al río Danubio. Fronteriza con Rumania, se trata de una de las principales rutas para el tránsito de productos agrícolas ucranianos.

Los ataques nocturnos con misiles y drones se producen un día después de que Moscú afirmara que un buque de guerra ruso lanzó disparos de advertencia contra un carguero que se dirigía al puerto de Izmaíl.

El Mar Negro, uno de los puntos importantes para Rusia.
El Mar Negro, uno de los puntos importantes para Rusia.

Según un comunicado del Ministerio de Defensa ruso, el barco Sukra Okan navegaba bajo la bandera de Palaos. Tras negarse el capitán del carguero a detener la nave para una inspección, los militares rusos abrieron fuego al aire y embarcaron en el barco para registrar su carga. Una vez completada la inspección, el carguero siguió su curso.

Rusia advirtió el pasado 19 de julio, dos días después de salir del acuerdo del grano, que considerará a todos los barcos que se dirijan a puertos ucranianos a través del mar Negro posibles transportistas de cargamento militar y, por tanto, potenciales objetivos bélicos.

Durante el inicio del fin de semana, Ucrania fue blanco de nuevos bombardeos rusos. Un policía murió y otras 12 personas resultaron heridas en la región de Zaporizhzhia (sur).

(con información de Europa Press y AFP)

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