China anunció este martes que suspendía la publicación de estadísticas sobre desempleo juvenil, en medio de la aparición de varios indicadores que suscitan preocupación por el estado de la segunda economía mundial.
En los meses recientes, la gran economía asiática acumula una serie de indicadores decepcionantes que parecen indicar un freno a la recuperación posterior al covid-19.
Entre ellos destacaba el desempleo juvenil, que registró un récord del 21,3% en junio.
La cifra del mes de julio debía conocerse este martes, pero la Oficina Nacional de Estadística anunció que ya no iba a publicar los datos de desempleo desglosados por grupos poblacionales de edad por la necesidad de “mejorar más y optimizar los estudios estadísticos del mercado laboral”.
“A partir de este agosto, la publicación de las tasas de desempleo urbano para jóvenes y otros grupos de edad a través del país será suspendida”, dijo el portavoz de la oficina, Fu Linghui, en rueda de prensa. La cifra comenzó a contabilizarse en 2018.
“La principal tarea de los estudiantes es estudiar, y hay diferentes opiniones sobre si los que buscan trabajo antes de graduarse deben ser considerados como parte de la fuerza laboral”, indicó el vocero.
Asimismo, la Oficina indicó que, con el aumento del nivel educativo de los residentes, los jóvenes prolongan su tiempo de estudio, lo que también “plantea la necesidad de revisar el rango de edad para definir a este grupo”, hasta ahora incluidos en una franja de edad comprendida entre 16 y 24 años.
De su parte, la tasa de desempleo global creció en julio al 5,3%, una décima por encima del mes anterior, dijo este órgano estadístico.
Los datos oficiales también mostraron un crecimiento del 2,5% de las ventas minoritas, por debajo de las expectativas de los analistas, y un aumento de la producción industrial del 3,7%, inferior al 4,4% registrado en junio.
Poco después de conocerse estos indicadores y la suspensión de la publicación del desempleo juvenil, el banco central chino rebajó un tipo de interés crucial para intentar estimular el crecimiento.
Estas cifras sugieren que China puede verse con problemas para cumplir el objetivo de crecimiento del 5% anual fijado para 2023, uno de los más bajos de las últimas décadas.
En el primer semestre del año, el PIB de la segunda economía mundial solo creció un 0,8%, según datos oficiales.
Tras un prometedor inicio de año, la recuperación pospandémica de la economía china da síntomas de haberse frenado, creciendo menos de lo esperado en el segundo trimestre (+6,3 % interanual).
La baja demanda nacional e internacional, riesgos de deflación y estímulos insuficientes, junto con una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo y una falta de confianza en el sector privado son las principales causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.
(Con información de AFP y EFE)
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